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Aunque el sospechoso se negó a desbloquear su iPhone 4S durante la investigación, una empresa consiguió acceder al terminal después de varios meses
15/01/2018 - 13:23hs

Un tribunal de Alemania aceptó como prueba válida la información registrada por la aplicación Apple Health en un caso de violación y asesinato.

Los investigadores comprobaron que los datos de la aplicación de salud integrada en los iPhone coincidían con la actividad del sospechoso el día del crimen, y se correspondían al esfuerzo que supone arrastrar a una persona por un terraplén y deshacer el camino a solas.

Se trata del caso de violación y asesinato de Maria L., una estudiante de medicina de 19 años, en septiembre. Como demuestra la información de Apple Health, el sospechoso la arrastró por un terraplén junto al río Dreisam, allí la ahogó, dejó su cuerpo, y luego recorrió el camino de vuelta.

Aunque el sospechoso se negó a desbloquear su iPhone 4S durante la investigación, una empresa especializada consiguió acceder al terminal después de varios meses.

A parte de la información de Apple Health, los investigadores pudieron comprobar que el móvil se había conectado a una antena cercana a la escena del crimen y que hubo un largo período de inactividad hasta que volvió a conectarse a la misma torre.

Para certificar que los datos registrados en Apple Health se correspondían a la actividad realizada por el asesino, un oficial de la policía de la misma estatura que el sospechoso replicó sus pasos.

Los resultados fueron muy similares a los movimientos registrados en el iPhone del acusado. Esta información fue la prueba definitiva para culpar al sospechoso del crimen, ya que las imágenes recopiladas y los datos de posición estaban incompletos.

Las señales emitidas por un móvil sirven habitualmente para determinar la localización de sospechosos durante los hechos investigados. Pero esta es la primera vez que se usan los datos de actividad de Apple Health en una investigación criminal, sentando un nuevo precedente legal en Europa.

En los Estados Unidos, un hombre fue acusado de asesinar a su esposa con pruebas obtenidas de la pulsera de ritmo cardíaco FitBit. En el mismo país, un jurado consideró un GIF como arma letal ya que se empleó para causar un ataque de epilepsia a la víctima.