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Según las estadísticas difundidas por la Subsecretaría de Ingresos Públicos, creció la relevancia de los tributos provinciales     
06/03/2018 - 12:50hs

La presión tributaria de las provincias creció durante 2017 respecto al producto bruto por un mayor peso de los impuestos a la propiedad, mientras que los gravámenes nacionales disminuyeron su carga.

En definitiva, de acuerdo a cifras oficiales, la presión impositiva general cayó 30,8% del PBI durante en 2017 frente a 31,14% del año anterior. De todas formas, si se elimina de la muestra el aporte en los últimos dos años, la presión de los impuestos nacionales fue mayor.

Según las estadísticas difundidas por la Subsecretaría de Ingresos Públicos, que analiza trimestral y anualmente la recaudación tributaria, creció la relevancia de los tributos provinciales sobre la recaudación general del Estado. En 2017 los gravámenes de las gobernaciones (principalmente Ingresos Brutos) representaron el 17,3% del total, el número más alto desde 2001, cuando fue de 17,4%.

El salto en la presión tributaria provincial se explica por un mayor ingreso de impuestos internos "sobre bienes y servicios" (que pasó de tener un peso relativo de 12,2% a 12,5% del producto) y tributos "sobre la propiedad" (que crecieron desde 3,6% a 4,2%), según la clasificación internacional tributaria que se utiliza para estos casos. La presión impositiva de las gobernaciones, en definitiva, creció desde 5,08% del producto bruto hasta 5,34%, un número similar al de 2015.

Por el lado de los tributos recuadados por la administración nacional, el peso de los impuestos fue menor el año pasado respecto a 2016 (26,07% del PBI contra 25,46%).

La mayor parte del alivio en la presión nacional fue por un menor aporte de los derechos de exportación (pasó de 0,89% a 0,64% del producto) y el diferencial de lo recaudado a fines de 2016 por el Sinceramiento Fiscal en comparación con el año siguiente. La cifra global de los impuestos nacionales es la más baja desde 2011.

Según el economista Nadin Argañaraz, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), "la suba de la presión impositiva no necesariamente es una mala noticia, porque puede responder no solo a una mayor presión tributaria legal por subas de alícuotas de algún impuesto sino también a que se registre un nivel de evasión impositiva menor, algo que en Argentina suele darse en momentos de reactivación económica".

Quitando de la cuenta el aporte del blanqueo de capitales, las cifras finales cambian.

"La presión tributaria se redujo de 26,07% a 25,46% del PBI, aunque, si no se contabilizan los recursos originados en el Régimen de Sinceramiento Fiscal, registró una leve alza de 24,75% a 25,06%", explicó el informe oficial. El peso del impuesto especial del blanqueo en 2016 fue mayor que el del año siguiente, ya que se recaudaron $106.000 millones en el último tramo de ese año y representaron 1,38% del producto, mientras que el último tramo del sinceramiento le reportó ingresos extraordinarios al fisco por el 0,45% del PBI.

Otros gravámenes que ganaron peso fueron los Aportes y Contribuciones de la Seguridad Social, que "tanto en términos del PBI como en su participación en el total de recursos tributarios, estos ingresos alcanzaron niveles máximos históricos, de 7,12% y 28%, respectivamente".