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Una bodega mendocina lanza su criptomoneda para vender sus vinos

Se trata de la bodega Costaflores que se transformará en el proyecto Openvino, una plataforma que compartirá información y se soportará en una cibermoneda
05/04/2018 - 10:56hs
Una bodega mendocina lanza su criptomoneda para vender sus vinos

"El vino es una metáfora deliciosa para el dinero, para la criptomoneda". El mundo de los placeres, de la artesanía en el viñedo y en la bodega, de la intimidad y del disfrute que propone el vino se une con el de la frialdad de los datos, de la estadística, de la información objetiva que hoy conforman el insumo básico del mundo digital y de uno de sus últimos hijos, las monedas digitales. Desde Mendoza ya terminó de cosecharse la uva para el vino que será el primero de la Argentina y del mundo en estar respaldado por una cibermoneda.

El responsable de encarar el proyecto y de explicar mediante la metáfora del vino en qué consiste una criptomoneda es Mike Barrow, propietario de la bodega Costaflores, con viñedos en Perdriel, en Luján de Cuyo. Como su formación, además de la enológica, es también informática, y fue uno de los que allá por 1991 tuvo que explicarle a miles de personas qué era un e-mail, encontró en el producto emblema del dios Baco la mejor manera describir de qué se trata esta nueva unidad de intercambio, más allá del ya archifamoso Bitcoin.

La historia es así. Barrow viene produciendo vinos en Mendoza desde el año 2003. Para ello, cuenta con unas tres hectáreas de malbec, petit verdot y cabernet sauvignon. Desde siempre hubo tres preguntas cuya respuestas son difíciles de determinar.

Una de ellas, básica en toda la industria en verdad, es "¿cuál es el precio de la botella sin que sea una decisión arbitraria cuando hay vinos que cuestan $40 y otros $20.000?".

La otra: ¿Cómo se mide la calidad de un vino, si es bueno, o malo? Y, la última, ¿cómo comunico la honestidad de la elaboración de este producto a los consumidores? Porque, en el caso de los vinos de la bodega Costaflores, se trata de productos orgánicos por los que se paga una certificación que, realmente, es cara.

Y como estas tres preguntas siempre tenían -y tienen- difícil respuesta, y distinta en cada cosecha, Barrow decidió convertir a su empresa en la primera bodega opensource que se soportará con una criptomoneda.

La nueva compañía, Openvino, se moverá en dos vertientes. La primera es la que permitirá publicar toda la información que tiene que ver con el funcionamiento de la bodega: lo que ocurre en la viña (temperatura, riego, humedad, luz solar y demás), los costos operativos (vino, corcho, botella, cápsula, etiqueta, etc), los laborales y los impositivos. Los viñedos están dotados de sensores que recaban la información vinculada con el riesgo, producción, y demás factores climáticos vinculados con la vid, como también lo está la bodega mediante la que se recopilará la información relativa a la elaboración propiamente dicha.

"Toda esa información será compartida con los consumidores, los clientes, los académicos, los interesados en el mundo del vino.Porque Openvino no es un producto comercial sino una plataforma para compartir. El software, la información que surja del viñedo y de la bodega, todo lo demás estará ahí y si otra bodega lo quiere usar, criticar, modificar, podrá hacerlo. Está abierto para eso", dijo a iProfesional, Mike Barrow, también director de Openvino.

La información que allí se publique será la que ayude a responder a qué precio se venderá el caldo. Aunque esta vez, y a partir de ahora, todos los vinos que se produzcan estarán respaldados por la MTB (Mike Tango Bravo) 2018, la criptomoneda creada a tal fin.

Acá se abre la segunda vertiente.

Como se dijo, la cosecha para el vino que se soportará con esta moneda digital se hizo entre el 2 y el 4 de abril (se está encarando la última etapa de la vendimia al momento de la publicación de este artículo). "A finales de abril sabré qué volumen produciré, qué cantidad de litros, y todo eso quedará registrado en el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV)", tal como ocurre con cada uno de los vinos que se elaboran en la Argentina, agregó el bodeguero.

Aunque la cantidad de botellas exacta se conocerá a finales de abril, Barrow ya sabe que el vino estará un año en tanque y/o en barrica, según las decisiones enológicas que se tomen para cada línea. Y, luego, permanecerá otros dos años más en la botella. Es decir, el vino cuya cosecha acaba de terminarse saldrá a la venta en 2021.

Antes que esto ocurra, el próximo 6 de mayo se lanzará la ICO (Initial Coin Offering u Oferta Inicial de Moneda Digital) de la MTB 2018 respaldada en vino. Si bien aún no se sabe a qué precio se ofrecerá (porque primero se debe definir el volumen) los interesados podrán comprar esa criptomoneda "a precio de costo", aseveró Bravo.

Y si ese día hay éxito de venta y quedan interesados fuera de la oferta, podrán comprarla luego en el mercado.

La bodega produce entre 11.000 y 14.000 botellas, según la cosecha de cada año. Hoy, los vinos de Costaflores que se compran en vinotecas en distintos puntos del país oscilan entre los $250 y los $280. Y recordar que el precio del vino es, en la visión de Bravo, una gran pregunta de difícil respuesta. La logística y la intermediación suelen ser dos de los grandes dilemas que se presentan en este sector, con impacto en el precio final, lo mismo que insumos básicos como la botella o el corcho.

"El vino cosecha 2018 saldrá a la venta en 2021 y sólo se venderá con los MTB 2018. De este modo, dejaremos que el mercado decida el precio del producto", aventuró el empresario.

¿Entonces, los que compren la criptomoneda ahora y la mantengan hasta ese entonces habrán ahorrado en su futura compra de vino?

Sí. Porque se supone que su valor se incrementará. Pero la cosa es más amplia aún.

Para Barrow habrán tres grupos diferentes en adquirir la cibermoneda:

-estarán aquellos interesados en el mundo del vino que comprarán MTB 2018 para, luego, hacerse de ese vino dentro de tres años, "y les será más barato".

-estarán aquellos inclinados a apostar a estas unidades digitales, que van a especular con su valor. Van a comprar ahora, y cuando suba, la van a vender y se moverán de acuerdo a la fluctuación que presente.

-yhabrá un tercer grupo, según identificó el bodeguero digital, que no tiene interés en la cibermoneda pero que sabe que en 2021 comprarán el vino con el valor que tenga en ese año.

"El precio del vino puede variar muchísimo. Y cuando se bebe un vino se compra lo delicioso, una potencial experiencia a futuro", subrayó. Razón por la que encontró en el desarrollo de una moneda digital una manera de ponerle el precio más acorde a través del camino que, en su parecer, es el más transparente

¿Por qué apalancar el precio del vino en una moneda digital?

"Lo hago por dos motivos. Se habla mucho de monedas digitales y blockchain pero hay pocos casos concretos. Y el vino es una metáfora deliciosa para la criptomoneda. Además, soy informático desde hace 30 años y las bodegas y los centros de datos son parecidos. Si mirás una bodega es un entorno en donde tenés que manejar la temperatura y la limpieza, y luego controlar el trabajo de las levaduras. En un centro de datos hay que administrar la temperatura y la conectividad, cuidar la seguridad", comparó.

En su mirada, lo que falta en el mundo del blockchain es que la gente pueda entender. "Tengo claro que en tres años todo el mundo sabrá muy bien lo que es una criptomoneda pero hoy no. Estamos en el mismo momento de 1991, cuando era muy difícil comprender el e-mail. Hoy es un absurdo. Pero estamos en ese mismo momento y es necesario que la gente pueda entenderlo", insistió.

Para impulsar el proyecto, Bravo cuenta con un equipo fuertemente digital, integrado por especialistas en criptomonedas y tecnologías, en redes sociales y diseño, sin dejar de lado las cuestiones vinculadas con el mundo del video y lo vinculado con las plataformas de código abierto.

El jueves el MTB 2018 será presentado en el Bitcoinday Buenos Aires, que se realizará en el Teatro Konex, destinado a explicar qué es el bitcoin, desde cero. Con una aclaración: los vinos que se produzcan en los años venideros serán respaldados por otras cibermonedas, ya no por el debutante MTB 2018.

"Voy a dejar de vender vino para vender criptomonedas. Todo podré venderlo así. Puedo tomar el riesgo porque la mía es una empresa pequeña. Si fuera una gran bodega ni loco encararía una iniciativa de este tipo", concluyó Bravo. Como para dejar en claro, además, que en esta etapa inicial las monedas digitales no sólo tienen sus riesgos sino también sus campos acotados. Aunque el vino es para todos.