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Aparte del contrabando de armas y drogas, el principal problema comercial lo causa el ingreso de cigarrillos desde Paraguay          
22/04/2018 - 07:24hs

"Nuestras fronteras están siendo controladas por el crimen organizado", dijo Edson Vismona, presidente del Instituto Brasileño de Ética Competitiva (ETCO) —una asociación de empresas que promueven la integridad de los negocios— y lanzó un extenso debate sobre el comercio ilegal en la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay.

Aparte del contrabando de armas y drogas, el principal problema comercial lo causa el ingreso de cigarrillos desde Paraguay hacia los países vecinos. Las 35 fábricas tabacaleras instaladas en tierras guaraníes por los menores impuestos —16% frente a entre 70% y 90% en Argentina y Brasil— producen 20 veces más cigarrillos de lo que demanda el mercado interno, reseña El País de Uruguay.

Así entran a Brasil millones de cajillas atravesando ilegalmente el Río Paraná en la frontera entre Ciudad del Este y Foz de Iguazú, que acaparan el 48% del mercado de cigarrillos del país norteño.

Este fue el tema central del seminario "Comercio ilegal. La amenaza del crimen organizado transnacional en el Cono Sur", organizado por el Encuentro Nacional de Editores, Columnistas, Reporteros y Blogueros (Enecob) de Brasil, la semana pasada. El evento contó con 18 expositores de distintos países de Sudamérica que en seis paneles abordaron el tema desde diferentes ópticas.

El director de Enecob, Leandro Mazzini, hizo foco en el rol de la población: "Nos equivocamos al consumir productos (de contrabando) porque así financiamos al crimen organizado".

Varios expositores, coincidieron en marcar que comprando artículos ilegales también se fomenta un sistema que roza el trabajo esclavo, porque quienes pasan la mercadería por la frontera y corren riesgo de ser apresados son personas de bajos recursos, que si tienen éxito cobrarán unos pocos dólares en comparación a la ganancia que deja el negocio para las bandas que lo controlan. Vismona estimó en u$s43 billones los ingresos que cada año brinda a esos grupos el contrabando.

Por eso, hizo un llamado a "que cada país defienda su mercado legal, porque es su patrimonio, ya que genera empleo y hace que se recauden impuestos".

Precisamente el tema de los tributos es clave en este fenómeno: "Tenemos que tener las mismas reglas (impositivas) y no ésta asimetría. A Paraguay no le sirve el contrabando porque la ganancia se la queda el crimen organizado", subrayó el presidente de ETCO.

Añadió que la evasión impositiva derivada del contrabando provoca "una pérdida de competitividad enorme" en los sectores que respetan las normas, y así se hace fuerte el mercado ilegal, que puede bajar el precio del producto para acaparar más ventas e igual mantener "una ganancia enorme, que por la vía legal sería imposible".

Esto se relaciona con el objetivo de estos grupos delictivos, que es "ocupar el rol del Estado". Vismona puso como ejemplo algunas zonas de Río de Janeiro, donde para tener un puesto callejero o brindar el servicio de televisión por cable se debía pactar con las bandas que controlaban el lugar. "El crimen organizado no tiene límites legales ni presupuestales, por eso está constantemente ampliando su acción", advirtió.

En respuesta a esta situación, Vismona planteó que se debe reforzar el dinero que se destina a los cuerpos policiales y militares de frontera, y apostar a una mayor integración entre las naciones. "La integración comienza por las fronteras, que no deberían ser un lugar de separación entre los países sino de cooperación", sentenció.

El jefe adjunto en Foz de Iguazú de la Secretaría de Ingresos Públicos de Brasil, Rafael Rodrígues Dolzan, opinó que "la disparidad tributaria y de desarrollo" entre el país norteño y Paraguay "dan la oportunidad para que el crimen organizado crezca". Sostuvo que en el pasado el contrabando era una acción "que hacía una persona sola" por necesidad, pero ahora "son grupos organizados".

También marcó que buena parte del armamento que hay en Río de Janeiro —ciudad intervenida militarmente desde fines de febrero por los problemas de seguridad— llega a Brasil por la frontera con Paraguay. Lo mismo ocurre con las drogas y con miles de medicamentos falsificados, que "no tienen ningún principio activo" pero igual son consumidos por la gente.

"Los grupos de crimen organizado trabajan cada vez con más tecnología y se nos hace más difícil combatirlos", reconoció Rodrígues Dolzan.

Por su parte, el boliviano Douglas Farah, ex periodista y actual consultor en temas de seguridad en Latinoamérica de la Universidad Nacional de Defensa de Estados Unidos, dijo que los grupos que se dedican al tráfico de drogas, armas, humanos y hasta animales, controlan "entre el 5% y el 10% de la economía global".

"Hay regiones en nuestro continente donde el Estado no es la fuerza principal", indicó. También se refirió a otras zonas donde "los gobiernos utilizan al crimen organizado", apuntando a varios líderes de izquierda de la región —Evo Morales (Bolivia), el chavismo venezolano, Daniel Ortega (Honduras) o el ex presidente ecuatoriano Rafael Correa—.

Otro aspecto en que puntualizó Farah es la mixtura que se da "entre movimientos ideológicos y criminales", como las FARC u otras guerrillas de la región. "Hay gente en lugares de gobierno que trabaja para organizaciones criminales", afirmó.

El vicepresidente de la Asociación Civil Antipiratería de Argentina, Sergio Piris, fue otro de los expositores y analizó que "cuando un ciudadano común ve una persona en la calle vendiendo, no observa todo lo que hay detrás". Remarcó que el comercio ilegal "afecta a la sociedad, porque hace que crezca la desigualdad, el desempleo, la violencia y la inseguridad".

Informó los resultados de un relevamiento hecho en Argentina sobre este fenómeno: son 88.791 los vendedores ilegales encontrados en 500 localidades estudiadas. Según la Asociación Antipiratería, el vecino país "pierde 15.000 millones de pesos argentinos (u$s743 millones) por el IVA" que evade esta mercadería.

"Si Paraguay sigue con impuestos tan bajos no se podrá bajar el contrabando porque la diferencia de competitividad es mucha. Hay que equiparar la carga tributaria", subrayó Piris. Según la OCDE, la presión impositiva en Paraguay alcanza el 17,5% de su PIB, mientras en Brasil y Argentina está arriba del 30%.

El diplomático Regis Arslanian, que fue representante de Brasil ante la ONU y el Mercosur, señaló que la cooperación regional a más de 25 años de haberse inaugurado "está en momentos de integrarse por el bien, porque si no lo haremos por el mal". Apunto que su país "es el mayor responsable" de dar el paso para intensificar los controles en las fronteras, ya que tiene límites con 10 países.