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Fin al sueño de Bluesmart: cerró la empresa argentina de valijas inteligentes

La compañía anunció su venta a Travelpro luego de que varias aerolíneas estadounidenses prohibieran despachar equipaje con baterías no removibles
02/05/2018 - 20:13hs
Fin al sueño de Bluesmart: cerró la empresa argentina de valijas inteligentes

La historia de Bluesmart arrancó en 2013, cuando a los argentinos Diego Saez-Gil y Tomás Pierucci se les ocurrió en una café de Nueva York la idea de crear una valija "inteligente", que pudiera ser localizada con el smartphone para así evitar que se sea una de las 25 millones de equipajes que se pierden pro año. Y que hasta incluyera puertos USB para cargar dispositivos.

Pero terminó en las últimas horas luego de que las aerolíneas estadounidenses prohibieran el uso de equipaje con baterías no removibles. De nada sirvió que la compañía indicara a los usuarios cómo quitarla para cumplir con los requerimientos de las líneas aéreas.

La empresa fundada por Saez-Gil y Pierucci –a quienes luego se sumaron Alejo Valenti, Martín Diz y Brian Chen– decidió vender su tecnología, propiedad intelectual, branding y diseño a Travelpro, una empresa que diseña equipaje para viajeros frecuentes y personal de aerolíneas.

En el medio, Bluesmart supo conseguir financiamiento por u$s5 millones a través de crowdfunding y había vendido 70.000 unidades de la primera y segunda generación del producto desde su lanzamiento en 2014.

Estas valijas inteligentes tenían se vendían por entre u$s250 y u$s500, según el modelo. Y supieron cosechar los elogios del corredor jamaiquino Usain Bolt y el basquetbolista estadounidense Shaquille O'Neal.

Pero no fue el único de la NBA que se deslumbró con el producto: el propio Emanuel Ginóbili alentó desde su Twitter la campaña de financiamiento colectivo. "Una gran idea de un grupo de argentinos. ¡Conseguiré uno! Bluesmart: el primer carry-on inteligente y conectado del mundo", escribió Manu.

Los emprendedores habían prometido al ministro de Producción, Francisco Cabrera, invertir $100 millones para abrir un centro de desarrollo en la ciudad de Buenos Aires. Y hasta se reunieron con el presidente Mauricio Macri. Hasta allí, todo era optimismo.

Pero el destino de la valija cayó en desgracia a principios de 2017, junto con la mala fortuna de otro artículo tecnológico: el Samsung Galaxy Note 7.

La firma surcoreana debió llamar a revisión a los usuarios de este equipo luego de que se reportaran fallas en su batería que provocaban explosiones y hasta la posibilidad de incendios. La industria aeronáutica no dudó en prohibir estos teléfonos ni otros dispositivos con baterías no removibles.

"Tenemos noticias agridulces para compartir. Los cambios en las políticas anunciadas por varias de las principales aerolíneas a fin del año pasado –la prohibición de equipaje inteligente con baterías no removibles­­– puso a nuestra compañía en una difícil e irreversible situación financiera y empresarial", arranca el comunicado publicado por la empresa para difundir su cierre, donde anuncia que los productos no tendrán más garantía y que las funcionalidades de las apps se reducirán con el tiempo. También informa que se le devolverá el dinero a quienes hayan aportado a la campaña de crowdfunding y no hayan recibido el equipo.