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El presidente del gremio critica a los huelguistas que defienden la toma del poder por parte del Ejército, a los que tacha de “infiltrados”
29/05/2018 - 10:33hs

El paro de los camioneros en Brasil cumplió ocho días y el Gobierno del presidente Michel Temer comenzó a sufrir reclamos por el desabastecimiento de productos e insumos básicos. Si bien, el mandatario dijo que tiene la “convicción” de que la huelga se acercaba a su fin.

Pero este martes el país está al borde del colapso, con estantes de los supermercados vacíos, falta de frutas y verduras, un servicio de transporte público en las grandes ciudades con frecuencias mínimas, así como larguísimas filas en las estaciones de servicio y clases suspendidas en escuelas y universidades.

Tras aceptar parte de las exigencias de los huelguistas, entre ellas una reducción de 46 céntimos de real en el litro del diésel, los voceros del Poder Ejecutivo anunciaron que las negociaciones estaban concluidas. 

Pero de acuerdo con la Policia Rodoviaria Federal (el cuerpo de policías encargado de las carreteras nacionales) había casi 600 bloqueos en el país. No se trataban de bloqueos totales sino de puntos de aglomeración de camiones, en las áreas de descanso.

Los camioneros que seguían en huelga agregaron nuevas demandas al movimiento, entre ellas la destitución de Temer y un clamor por una “intervención militar”.

Aunque la petición del regreso ilegal de los militares al poder no sea unánime entre los huelguistas, en las calles del país sí queda patente una falta de interés por las elecciones de octubre, el descrédito casi que total de los políticos brasileños y la sensación de que el movimiento iniciado por los camioneros entró en otra dimensión. 

Aún no se sabe el alcance real que tiene el clamor por el regreso de los militares -una demanda que genera los peores recuerdos en un país que vivió bajo el yugo de los generales entre 1964 y 1985-. Cuestionado a este respecto, el general Joaquim Silva e Luna, ministro en funciones de Defensa, eludió criticar la exigencia. “La manifestación de la voluntad es libre. Estamos en un país democrático y las personas pueden manifestar sus intereses de acuerdo con lo que quieran”.

El presidente de la Asociación Brasileña de los Camioneros, José da Fonseca, ha criticado a los huelguistas que defienden la “intervención militar”, a los que tachó de “infiltrados”. “Me he enterado de que se involucraron intervencionistas, pero estamos trabajando para tratar de evitar el uso político de nuestro movimiento".