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En Europa, los mercados retroceden más de 1%, mientras que tanto el Nikkei en Japón como el Shanghai en China cerraron la jornada de hoy con pérdidas
11/07/2018 - 08:42hs

Las bolsas del mundo vuelven a terreno negativo tras agravarse la disputa comercial entre Estados Unidos y China, ya que en Europa, los mercados retroceden más de 1% y más temprano en Asia, tanto el Nikkei en Japón como el Shanghai en China cerraron con pérdidas.

El Ftse-100 de la bolsa de Londres opera con una caída de 1,2%, mientras que el DAX de Francfort pierde 1,3% y el CAC-40 de París 1,2%. En Madrid, el Ibex-35 registra una baja de 1,2%. 

Un cuadro similar se vivió más temprano en las bolsas asiáticas, que cayeron como consecuencia de los nuevos aranceles anunciados anoche por Estados Unidos contra importaciones chinas.

El Nikkei, principal índice de la Bolsa de Tokio, cerró hoy con una caída del 1,19%, mientras que el segundo indicador, el Topix, perdió un 0,83 % afectado por el último capítulo de la guerra comercial entre las dos principales potencias mundiales. 

Tokio rompió una racha de tres jornadas de ganancias, que ni siquiera la catástrofe ocasionada por las lluvias torrenciales en el centro y oeste del país había logrado volcar. 

En tanto, el índice general de la Bolsa de Shanghai, el principal indicador de los mercados chinos, cerró hoy con una caída del 1,85%, y quedó en 2.775,73 enteros. En la otra bolsa continental, la de Shenzhen, las pérdidas fueron aún mayores, ya que su índice general perdió un 2% y concluyó la sesión en 9.024,72 puntos.

La nueva ofensiva de EE.UU.

La administración de Donald Trump subió un escalón en su enfrentamiento con China al amenazar con imponer aranceles de un 10% sobre una lista de

importaciones chinas por valor de u$s200.000 millones, un movimiento que dañó a los activos de mayor riesgo en todo el mundo.

Washington divulgó una lista de bienes chinos que propuso que sean objeto de aranceles, incluidos cientos de productos alimenticios, así como tabaco, carbón, químicos y neumáticos, alimentos para perros y gatos, muebles, alfombras, bicicletas, papel higiénico, además de bienes electrónicos como componentes de televisores.

"Por más de un año, el Gobierno de Trump ha instado pacientemente a China para que detenga sus prácticas injustas, abra sus mercados, y participe en una verdadera competencia de mercado", indicó el representante Comercial, Robert Lighthizer, al anunciar los aranceles propuestos.

"En vez de abordar nuestras legítimas preocupaciones, China comenzó a tomar represalias sobre productos estadounidenses (...) No hay una justificación para dicha acción", agregó en un comunicado. La respuesta de China no se ha hecho esperar, pero su margen de maniobra empieza a agotarse.

La semana pasada, Washington impuso gravámenes del 25% sobre importaciones chinas con un valor de u$s34.000 millones y Beijin respondió inmediatamente igualando tarifas sobre exportaciones estadounidenses al gigante asiático valoradas en la misma cifra.

Trump ha dicho que podría imponer aranceles sobre más de u$s500.000 millones en productos chinos, aproximadamente el total de las importaciones estadounidenses desde China el año pasado.

Algunos grupos comerciales estadounidenses e importantes legisladores criticaron rápidamente la medida. El republicano Orrin Hatch, quien preside la Comisión de Finanzas del Senado, afirmó que "parece imprudente".

La Cámara de Comercio de EE.UU., que ha respaldado los recortes de impuestos promulgados por Trump y los esfuerzos para reducir la regulación en los negocios, también expresó su visión contraria a los aranceles propuestos.

"Los aranceles son impuestos, simple y sencillo. Imponer impuestos sobre otros productos valorados en 200.000 millones de dólares aumentará los costos de los bienes diarios de las familias estadounidenses, agricultores, trabajadores y creadores de empleos", aseguró una portavoz de la Cámara de Comercio. "También resultará en aranceles de represalia, dañando aún más a los trabajadores estadounidenses", agregó.

Responsables del Gobierno dijeron que habrá un proceso de dos meses para permitir que el público comente sobre los aranceles propuestos antes de que se termine de definir la nueva lista.

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