Días antes de la feria judicial, el juez Sebastián Casanello ordenó una medida de prueba que puede comprometer a Cristina Kirchner en la causa denominada ruta del dinero K.

Casanello ordenó hacer un entrecruzamiento de las llamadas entre la expresidenta, el empresario detenido Lázaro Báez y los teléfonos celulares y de línea de los secretarios privados y estrechos colaboradores de ambos.

El objetivo fue "demostrar el vínculo que existía entre los imputados que se encuentran con procesamiento firme y los funcionarios públicos investigados". Casanello destacó que ordenó las medidas de prueba por un pedido de la Cámara.

Si bien Cristina se encuentra procesada en las causas Hotesur , Los Sauces , Vialidad y en el memorándum de Entendimiento con Irán, Casanello nunca se había decidido a investigar a la exmandataria en la denominada ruta del dinero K, una causa que ya lleva varios detenidos: además de Báez, los exempleados de la Rosadita.

El juez solicitó las llamadas entrantes y salientes de 78 líneas, entre teléfonos fijos y celulares de Cristina y su personal más íntimo, en el lapso que va desde 2010 hasta 2013. 

El juez ordenó cruzar las llamadas de los asistentes personales de Cristina con las de los teléfonos de Lázaro y sus hombres de confianza.

Con estos cruces de llamadas, Casanello apunta a confirmar si la expresidenta era ajena a las maniobras de lavado de Báez.