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Ramiro Castiñeira: “El error fue no haber llamado al FMI ni bien comenzó la gestión de Macri”

El economista jefe de Econométrica analizó cuáles son las posibilidades de revertir el escenario recesivo a partir de las medidas del equipo económico
10/12/2018 - 07:02hs
Ramiro Castiñeira: “El error fue no haber llamado al FMI ni bien comenzó la gestión de Macri”

Ramiro Castiñeira, economista jefe de Econométrica, la prestigiosa consultora a la que conduce Mario Brodersohn, ex Secretario de Hacienda del Ministerio de Economía de la Nación, dialogó respecto a los temas de la agenda económica. Gasto público, FMI, tipo de cambio y la duración de la recesión estuvieron en la charla con iProfesional.

-¿La discusión sobre si era mejor una política de shock o gradualismo perdió sentido por el gran ajuste de este año o demostró un rumbo equivocado?En 2018 hubo una fuerte devaluación de la moneda y dos ayudas del FMI, es claro que falló el gradualismo. Nadie pone en dura el desastre que heredó el Gobierno cuando asumió, donde la casa estaba prendida fuego, pero la estrategia de ser gradual no era lo que se necesitaba. 

De hecho, el gradualismo no cumplía ni siquiera con las propias metas de ir bajando el déficit. A ello hay que sumarle que nunca vino la lluvia de inversiones, al contrario, hubo sequia. 

Por lo tanto, ahora el Gobierno está teniendo que hacer un ajuste que se podría haber realizado apenas asumió Macri, a lo largo de los cuatro años de su mandato, pero la realidad llevó a que se haga en uno solo.

-¿Hubiese incluido al Fondo Monetario en la negociación?El error no fue haber llamado al Fondo ahora, sino que habría que haberlo llamado apenas asumió Macri para tener un financiamiento más accesible, porque la herencia que encontró el Gobierno fue un desastre.

La magnitud del déficit era enorme, ni siquiera había estadísticas oficiales cuando asumió. Estaba todo adulterado: el Banco Central vaciado, no había generación de energía, cepo cambiario. La fiesta fue muy linda, el tema es que había que ordenar la casa.

Otro tema es que Macri no pudo contener la inflación porque no pudo domar el gasto público. El gradualismo no era el camino.-¿Por qué el Gobierno no se dio cuenta antes que eso e impidió que la suba de precios fuera tan sentida? 

Lo que más llama la atención es que quiso disminuir la inflación sin frenar la maquinita de crear dinero, al subir la emisión a un ritmo de 30% anual, algo que ocurrió durante 2016 y 2017.

Recién ahora, como consecuencia del acuerdo con el FMI, tuvieron que frenar la impresión de pesos para poder parar la inflación. Igual es tal la magnitud de los billetes emitidos y la necesidad de desarme de Lebac y Leliq –que son Letras que equivalen a pesos emitidos-, que sigue siendo elevada la circulación. Por lo tanto, va a llevar tiempo desarmar estos títulos y, por ende, disminuir la inflación.

-¿Se están tomando las medidas correctas a nivel económico?Argentina arrastra 70 años de populismo, hacer bien las cosas ahora no implica que se vean los frutos en lo inmediato. Pero sin el Fondo Monetario esto colapsaba. 

Ahora con el déficit y emisión cero se está haciendo un modelo lógico y más fuerte, porque el ajuste debe ser más fuerte. Es que Argentina primero vivió de la soja, después de las reservas del Banco Central, luego del financiamiento externo y ahora del FMI. Nos comimos todos los fondos, si no se hace un ajuste se viene una crisis.No se puede vivir gastando más de lo que se recauda, y pensar que la maquinita de emitir pesos resuelve todo. Argentina está llegando a un límite de este  modelo de 70 años. Somos uno de los contados países que tenemos crisis con gran déficit fiscal e inflación, junto con Venezuela y Brasil, que tapó el gasto público con deuda.

De hecho, el gasto público pasó de 28 a 40 puntos del PBI. Ya es infinanciable, y hay que recortar gasto.-¿Cómo juega todo esto a que el 2019 sea electoral?

Lo económico no debería ser un problema para 2019. El acuerdo con el FMI le da una chance al Gobierno de ser reelegido. Es que del otro lado de la política, el que quiera coquetear a ser Venezuela, en destruir estadísticas, llevar a déficit fiscal del 7% del PBI, a poner cepos y restricciones, es el que quiere otro tipo de modelo. Es decir, volver al pasado y a la enorme herencia que se dejó.-¿Pero la situación económica tampoco lo ayuda demasiado al Gobierno a posicionarse?Lo único que se discute es el poder ahora, y no se hace un análisis de lo que pasó, del modelo implementado. Eso pone nervioso al mercado, porque no se está poniendo en relieve un rumbo concreto.-No suena como un planteo nuevo…

Claro, Argentina arrastra una alta inflación desde hace 70 años, porque siempre se puso como motor de crecimiento al Estado presente, con la maquinita de emitir pesos sin control, y no al impulso de las exportaciones, que es una forma genuina de crecimiento. Nosotros somos 40 millones de habitantes, en cambio el mundo tiene 7.500 millones de personas. El secreto es exportar, no el mercado interno.

Pero Argentina es un país adicto al gasto público, por eso tenemos esta magnitud de gasto que nos lleva a una enorme inflación y crisis reiteradas en la historia.-¿El contexto internacional tuvo responsabilidad en la crisis?En todos los problemas que sufre Argentina la responsabilidad es 100% de Argentina, porque el resto de los países de la región crecen. Nosotros no crecemos por el descalabro macroeconómico. La suba de tasas le cortó el crédito al Gobierno porque estaba haciendo una borrachera de endeudamiento, que en dos años tomó más de u$s80.000 millones. 

En resumen, la suba de la tasa mundial de un punto durante este año no le cortó el crédito a la Argentina, sino que llegamos al máximo de uso del “cupo de la tarjeta”, que es diferente. Nos endeudamos mucho. -¿Ves una salida a este círculo vicioso?

Para solucionar el problema, primero la sociedad y el arco político deben reconocer el problema y que es infinanciable el gasto y que hay que bajar la presión impositiva. Ese es otro tema: tenemos record en presión impositiva debido a que usamos tributos que ya no se usan en el mundo, como impuestos al cheque, retenciones y tantos otros como el IVA, que se usan en otras partes del planeta pero en Argentina están en los niveles más altos. 

El sector privado está ahogado en impuestos y por eso no puede crecer y generar más empleo. Por eso Argentina debe encontrar un equilibrio, no se puede matar a los privados con impuestos a expensas de sostener un inmenso sector público.

El problema es estructural, y empezando hacer bien las cosas un solo año no alcanza para solucionarlo. De la fiesta populista no se sale fácil. Argentina va a tener que acomodar las cuentas públicas para poder devolver la plata que tomó y asegurar el pago del trato acordado de deuda.-¿Un mundo más proteccionista por el conflicto Estados Unidos y China atenta para pensar que la salida puede estar en las exportaciones?

No, para nada. Que Trump haya cambiado la forma de negociar con China no significa que haya un proteccionismo. Se están imponiendo iguales condiciones para negociar, no se pone en duda el libre mercado.-¿Cómo son las perspectivas para el 2019?El ajuste más grueso ya se hizo en 2018, por más que mucha gente no se de cuenta de ello al estar cerrando el año con una inflación acumulada del 50% y con un plan del Fondo Monetario. En 2019 puede estar por debajo del 30% la suba de precios. Es decir, bajaría unos 20 puntos la inflación para empezar a estabilizar la macroeconomía que toco un piso.

También veo recuperación del turismo interno, de la cosecha y de las jubilaciones, que recuperarán 50% en 2019 el monto que se le paga a la gente. Por distintos aspectos, hay margen para rebotar y dejar de caer.-

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