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Encuestas: la polarización con el kirchnerismo le da resultado a Cambiemos

Las encuestas muestran que la polarización le da resultado a Cambiemos, pero es una estrategia no exenta de riesgos
29/03/2017 - 10:39hs
Encuestas: la polarización con el kirchnerismo le da resultado a Cambiemos

Una reciente encuesta refleja que la estrategia de polarización con el kirchnerismo que decidió el oficialismo para competir en los próximos comicios le está dando sus frutos en Buenos Aires, el principal bastión electoral del país, aunque parece un arma de doble de filo.

El consultor Ricardo Rouvier realizó un estudio en marzo que muestra un escenario electoral bonaerense con el Frente para la Victoria y Cambiemos cabeza a cabeza.

“El FpV está levemente por encima, pero ambas fuerzas se encuentran en un empate técnico, casi en el 30% de las menciones”, indicó Rouvier.

El especialista analizó dos posibles escenarios, uno con una fórmula kirchnerista y otro con una dupla más peronista enfrentando siempre a Elisa Carrió.

En el primero, en el que la expresidenta Cristina Fernández y Daniel Scioli comparten boleta y enfrentan a la fórmula Elisa Carrió – Facundo Manes, la combinación Klidera las preferencias con cerca del 33% de menciones”. Pero el binomio Carrió-Manes “se ubica muy cerca con el 28,4%”.

En el segundo escenario no se contempla la participación de Cristina y la fórmula la encabezan Florencio Randazzo y Julián Domínguez. Esa “oferta pierde algunos puntos de porcentaje y permite un empate técnico con la oferta de Cambiemos”, que en este caso la componen Carrió y el ministro de Seguridad bonaerense Cristian Ritondo. Justamente, ese binomio oficialista se impone en esa hipótesis con el 28,8% contra un 27,3%.

En ambos cuadros, el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, “no logra romper este aparente rumbo de polarización que va tomando la elección, ya que su fórmula junto con Margarita Stolbizer, ha descendido desde la última medición”. En el primer escenario, la fórumla Massa-Stolbizer se ubica con 21,7% y en el segundo con 23,7%.

Los números se explican, en parte, por la decisión del Gobierno de enfrentarse públicamente con la gestión anterior. Esa voluntad quedó expuesta claramente en la apertura del año legislativo cuando Mauricio Macri se mostró beligerante y con un adversario concreto: el kirchnerismo.

Desde entonces, cuando se abrió algún frente de conflicto social que incomodó a Macri, los voceros de la Casa Rosada no dudaron en adjudicar sus causas a alguna mano K. Así sucedió con el conflicto docente, con la movilización de la CGT y con la marcha por el Día de la Memoria, por citar solo tres casos paradigmáticos. 

A esa estrategia de culpar al kirchnerismo  y tildarlo de “desestabilizador” se suma la constante mención a la supuesta “pesada herencia”. Una maquinaria retórica que, a la luz de las encuestas, tiene un claro objetivo electoral -y otros simbólicos mucho más delicados-.

Porque, sobre todo, Sergio Massa, el dirigente hacia el que podrían ir los votos del electorado macrista desencantado, se hunde en las encuestas a medida que se acercan las PASO. Es cierto, que el líder del Frente Renovador no confirmó su candidatura y, de lanzarse, en campaña seguramente logre repuntar en las mediciones. De gira por China parece más interesado en una estrategia de mediano plazo que apunta al 2019.

Postulaciones, riegos y ventajasSi bien aún es muy precipitado arriesgar quiénes serán los candidatos de las distintas fuerzas (el cierre de listas es recién el 24 de junio), la reciente encuesta de Rouvier arroja un dato alarmante para el oficialismo: si las elecciones fueran hoy, siguiendo las proyecciones del estudio, perdería contra Cristina Fernández. Acaso, el peor de los escenarios para Macri.

No obstante, si la expresidenta se postula o no en las próximas elecciones es una gran incógnita. Lo más probable es que Cristina Fernández juegue al misterio hasta días antes del cierre de listas.

Si la exmandataria no se postulase en los comicios de medio término, se abre el segundo escenario que proyecta Rouvier. Y ahí aparece otro riesgo para el bloque gobernante. Randazzo podría reunir las condiciones que busca el peronismo para aglutinarse y cerrar filas.

El peronismo unido es otro fantasma que espanta al oficialismo. Desde Cambiemos apuestan a un PJ fragmentado, al menos, en tres partes (e incluyen a Massa como una pata peronista aunque no juegue dentro de la estructura pejotista).

Desde el PJ no falta quien, ante una ausencia de Cristina, se entusiasme en una interna fuerte entre Daniel Scioli y Florencio Randazzo que atraiga al electorado. Pero aún resta mucho camino por recorrer para saber si eso es posible.

En un principio, Randazzo –que es visto con buenos ojos por organizaciones sociales y algunos intendentes- no confirmó si se postulará. Si decide presentarse como candidato, posiblemente en campaña logre asentar en votos la imagen positiva que muestra en las encuestas.

De acuerdo a las mediciones de Rouvier, el ex ministro de Transporte es uno de los dirigentes con mejor imagen: 51,6%. Y su techo, siempre siguiendo el mismo trabajo, es alto: la imagen negativa es de 36,2%.

Otra gran duda en la Provincia es qué hará Carrió. Si bien en el oficialismo la piensan como candidata en Buenos Aires, nadie se anima a confirmarlo. Es una dirigente con muy buen desempeño electoral en la Ciudad. Sin ella, a Cambiemos le faltaría un postulante de peso en las boletas bonaerenses, una ausencia que intentaría saldar con la presencia de la gobernadora María Eugenia Vidal en la campaña: la mandataria es una de las dirigentes con mejor imagen en la Provincia. Por eso, se descuenta que la mandataria tendrá un peso relevante durante el período proselitista.

En este juego de posibilidades, un interrogante se abrió con la reciente difusión de los datos de pobreza que midió el Indec para el segundo semestre de 2016. Escondido entre los números, y a contramano de la tendencia general que marcó el estudio, en el conurbano bonaerense la pobreza subió casi 4 puntos porcentuales. Pasó de 30,9% a 34,6%. Entonces, la duda se hace inevitable: ¿Cuánto repercutirá el escenario social en el humor político del electorado?

La respuesta, quizás, comience a asomar durante la campaña.