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Jornadas de emoción para las "minorías intensas", en extraño contraste con un mercado financiero en modo zen

El riesgo país volvió a caer y el dólar bajó, en un contexto de exacerbación de las pasiones por el juicio de CFK y ante nuevas definiciones de campaña
22/05/2019 - 06:30hs
Jornadas de emoción para las "minorías intensas", en extraño contraste con un mercado financiero en modo zen

Son días raros los que corren en la Argentina. Contrariando todos los pronósticos y los temores que se habían ventilado el fin de semana, los mercados lucen asombrosamente calmos ante el ruido político.

Ayer se dio la ansiada "foto" de Cristina Kirchner sentada en el banquillo de los acusados. Y se intensificaron las versiones respecto de que el presidente Mauricio Macri podría verse presionado a resignar, también él, la postulación electoral.

En ese contexto políticamente agitado, no solamente no subió el dólar, sino que la caída del martes compensa la leve suba del lunes y, para mayor asombro, el índice de riesgo país cayó por debajo de los 900 puntos.

Es cierto que los inversores consideran que el precio de los bonos soberanos ya estaba "priceando" una quita de 30% de la deuda, gane quien gane. Pero aun así, no deja de llamar la atención este aparente optimismo.

Primero, porque el propio Alberto Fernández, en su debut como candidato presidencial, dio señales claras de que su tema de preocupación prioritaria será la deuda. La lectura entrelíneas, claro, es que está dispuesto a renegociar "a cara de perro" con acreedores y el propio Fondo Monetario Internacional. No por casualidad ponderó públicamente –e insinuó que podría formar parte de su equipo- a Guillermo Nielsen, el negociador del megacanje de 2005.

Podría argumentarse que los inversores, puestos en rol de analistas políticos, consideren que tras la jugada de Cristina Kirchner, haya una disminución de las chances electorales con la nueva fórmula Fernández-Fernández. O que, en caso de que Alberto fuera presidente, finalmente adoptará una actitud moderada.

Pero en todo caso, no es lo que se infiere de las primeras señales del flamante candidato.

Por otra parte, la calma de los mercados tampoco parece justificada por los primeros sondeos que se han conocido tras el anuncio de Cristina del sábado. Las mediciones apuntan a un fortalecimiento de las chances electorales del neo-kirchnerismo. En una encuesta, Alberto Fernández aparece ganando cinco puntos de intención de voto respecto del que tenía Cristina. Mientras que Mauricio Macri empeora su performance, al punto que el resultado a favor del peronismo podría darse en primera vuelta.

Cristina, Alberto y el reparto de áreas temáticas

Mientras tanto, Cristina Kirchner tuvo su jornada protagónica, con todas las cámaras esperándola en la puerta de su casa, en la entrada de Comodoro Py, nuevamente en su regreso a su casa y luego en la llegada al Instituto Patria.

Ocurrió lo que se suponía: el enjambre de micrófonos, los gritos de aliento, la incómoda cercanía –aunque no tan cercana como se había previsto- con Julio De Vido, Lázaro Báez y José López, la extensa lectura de la acusación y el corte para el cuarto intermedio.

En definitiva, una jornada sin sorpresas en lo estrictamente judicial pero llena de imágenes políticas, que sirvió para que las respectivas "minorías intensas" ratificaran sus motivos para amar o repudiar a Cristina.

En los tuits de la ex mandataria, así como en las declaraciones de los dirigentes K, la reiteración de los argumentos sobre la persecución política y las acusaciones de parcialidad respecto del poder judicial.

"Claramente no se trata de hacer justicia. Sólo armar una nueva cortina de humo que pretende distraer a los argentinos y las argentinas -cada vez con menos éxito- de la dramática situación que vive nuestro país y nuestro pueblo", fue la frase destacada en el texto que escribió antes de sentarse en el banquillo de los acusados.

En ese sentido, la publicitada moderación del kirchnerismo dejó en claro cuál es su límite: la amenaza a la libertad de la líder. Cuando se entra en ese terreno, el discurso vuelve a tener el tono agresivo que Cristina viene mostrando desde que Claudio Bonadío la citó a declarar por primera vez en abril de 2016.

Es otro de los temas que está decodificando el mercado: la fórmula de los Fernández parece implicar una división de áreas temáticas, en las cuales Alberto cuenta con autonomía para enviar señales al mercado financiero, en tanto que Cristina mantiene el "relato" sobre una justicia copada por "las corporaciones".

Para las próximas jornadas se espera la continuación de las emociones fuertes. El peronismo alternativo siente la cuenta regresiva para la toma de definiciones, al tiempo que el macrismo se prepara para ver cómo sus socios radicales de la coalición Cambiemos le exigen al presidente un paso al costado.

En ese contexto, pasó algo inadvertido el que tal vez haya sido uno de los datos clave del día. En abril, la compra de dólares por parte de los ahorristas subió 60 por ciento. Y dado que la inflación mayorista se ubicó en un altísimo 4,6%, no parece que el humor social tenga perspectiva de mejora rápida.