iProfesionaliProfesional

La inesperada grieta en el círculo rojo: Palazzo genera simpatías en su pelea con Mercado Libre

También hay una fisura interna a nivel sindical, dado que Armando Cavalieri cree que los empleados del nuevo sector deben encuadrar en el rubro comercio
16/07/2019 - 06:59hs
La inesperada grieta en el círculo rojo: Palazzo genera simpatías en su pelea con Mercado Libre

La pelea con Mercado Libre le dio una exposición inesperada a Sergio Palazzo, el titular del gremio bancario que representa a 107.500 trabajadores. Su intención declarada de encuadrar a 9.500 empleados de las fintech y regular una de las pocas actividades que hoy crece exponencialmente lo enfrentó a Marcelo Galperin, el CEO de la plataforma electrónica hoy valuada en u$s31.000 millones. Y lo convirtió en un nuevo blanco de la campaña oficial contra las "mafias sindicales", junto a camioneros y pilotos.

En realidad, las tensiones ya venían en ascenso desde fines de junio, cuando el dirigente de La Bancaria terminó de blanquear su apuesta electoral con la recepción de Alberto Fernández y Cristina Kirchner en la sede de su gremio.

"!Vos estás jugando con colores partidarios!", se enojó el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, en una llamada telefónica que desconcertó a Palazzo. "Más vale, como juega (Enrique) Cristofani y (Gabriel) Martino", le respondió el gremialista sin pelos en la lengua.

La alusión a los presidentes del Santander y el HSBC no fue casual. En las elecciones de 2015, Cristofani les ofreció un día franco a los empleados para fiscalizar por Cambiemos y ahora se entusiasma con un nuevo triunfo del gobierno. En tanto que Martino integra el grupo de WhatsApp de 256 empresarios que chatean con Macri y no ve con malos ojos la expansión de Galperin en el mundo de las finanzas.

La simbiosis creciente entre bancos y fintech preocupa a Palazzo. Su guerra no apunta solo a Mercado Pago, la pata financiera de Mercado Libre, sino también a frenar los movimientos en marcha dentro de la propia actividad para modificar las condiciones de trabajo en el marco de la ofensiva oficial para avanzar en una reforma laboral de mayor alcance. La batalla de los últimos días, con todo, habría empezado a rendirle sus frutos, con el acercamiento de interesados en el convenio bancario.

Las consultas -aseguran cerca del sindicalista- llegaron a través de emails, Facebook y Twitter.

¿El motivo? Luego de que se cerrara la paritaria con un aumento del 30% atado a la inflación, el salario inicial de un bancario ascendió a $51.000, muy por encima de los $30.000 que ganan aquellos empleados de Mercado Libre encuadrados en comercio. Pero la tarea del sindicalista no es fácil. Hoy, la plataforma digital emplea a más de 5.000 personas en el país, y 1.000 de ellos en Mercado Pago. En su mayoría se trata de jóvenes millenials alejados de la cultura sindical.

Para retenerlos, la empresa ofrece flexibilidad horaria, descuentos en gimnasio y hasta masajes dos veces por semana. En el ranking de las empresas más atractivas para trabajar en Argentina, los estudiantes de Ingeniería y el sector IT la ubican en el puesto 12, por detrás de Google, Microsoft, YPF, Intel, Samsung, Gobierno nacional, Techint, IBM, Facebook, y Toyota, según un relevamiento de Universum. Las quejas de los empleados se enfocan en el nivel de los salarios en relación a la competencia, las guardias no pagas y la dificultad para ascender de categoría, sumado a la falta de actualización de sus ingresos.

Palazzo cree que ese esquema es un "fraude laboral". Su preocupación apunta al creciente puenteo del convenio de la actividad 18/75, facilitado por la batería de circulares del Banco Central que, por un lado, permiten delegar servicios fuera de los bancos y, por otro, aceleraron la expansión de la innovación tecnológica en el sector financiero, sin regulación, al no estar alcanzada por la Ley de Entidades Financieras. A lo que hay que sumar la pérdida de 2.545 empleos en la actividad entre diciembre de 2016 y marzo de este año, según los datos del BCRA.

El combo de medidas oficiales y cambio tecnológico terminó por encender la mecha en el último congreso de La Bancaria realizado entre el 25 y el 27 de junio pasado. Allí la comisión de tecnología, desregulación y seguridad advirtió en un documento de 15 páginas sobre la flexibilización y la precarización laboral producto de los nuevos procesos productivos, y del avance de la banca digital encabezado por Mercado Libre.

"La empresa ya ofrece tarjetas de débito prepagas y Mergado Pago, su plataforma de pagos digitales, no deja de crecer: en el primer trimestre del año tuvo un volumen de 5.600 millones, un 35% más que hace doce meses", destaca el informe sindical.

También mencionaron el caso de Findo, la fintech en la que es inversionista el extitular del BCRA, Federico Sutzenegger; Wilobank, perteneciente al extitular del Bapro, Guillermo Francos; y Brubank, liderada por el expresidente del Citi, Juan Bruchou. La lista incluye a Rebanking, cuyo CEO es el exvice de Multifinalzas, Stegffano Angeli; Openbank, la entidad digital del Santander que aún no debutó en el país; y Naranja, del Banco Galicia; así como Wenance y Ualá, la app asociada Mastercard que emite 4.000 tarjetas por día.

Esas son algunas de las 217 firmas registradas en el país, de las cuales la mitad se dedica a otorgar créditos y al negocio de los pagos digitales, según la Cámara Argentina de Fintech. A su vez el 50% de las organizaciones del sector financiero ya están asociadas con un desarrollo tecnológico fintech. Por ello, los bancarios siguen de cerca además las medidas que adoptan los bancos y el BCRA.

A ellos les exigen garantizar los puestos de trabajo y la reconversión laboral con capacitación, la disminución de la jornada laboral y la supervisión por parte de los trabajadores de la seguridad financiera, junto con la regulación convencional del teletrabajo respetando la jornada legal y el encuadramiento dentro del convenio de todos los empleados que prestan servicios bancarios y soporte tecnológico en tercerizadas, fintech, medios depago u otras empresas.

Grieta en sindicatos y bancos

La puja por el encuadramiento de los trabajadores de las finanzas digitales generó malestar en el sindicato de comercio, liderado por Armando Cavallieri, bajo cuyo convenio se encuentra hoy una porción de los empleados de Galperin.

El CEO amigo de Macri llegó a ese acuerdo con el "gitano", luego de un fuerte conflicto en 2011 por el que la empresa despidió a dos de los cuatro candidatos que intentaron montar el primer cuerpo de delegados en las oficinas de Costa Salguero.

"Las leyes sindicales atrasan para nuestro trabajo creativo", les dijo Galperin a los hombres de Cavalieri en el trajín de las negociaciones.

La disputa comenzó a escalar cuando el diputado kirchnerista Héctor Recalde convocó a los gerentes de Mercado Libre a la Cámara de Diputados y, antes de que la Justicia fallara, la empresa llegó a un arreglo. Si bien Mercado Libre sigue sin tener hoy representación sindical, finalmente aceptó el convenio de comercio, una misión en la que ya habían fracasado media docena de sindicatos, algunos de ellos apoyados por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo. Ahora, la ofensiva de Palazzo reforzó las coincidencias entre el representante de los "gordos" (grandes gremios de servicios) y las fintech.

Tanto el sindicalista como los empresarios del sector argumentan que la actividad principal de Mercado Pago es financiera y que La Bancaria no tiene la personería para representar a las entidades financieras no bancarias, una posibilidad en cambio contemplada en el artículo 2 del convenio mercantil. La plataforma, por otra parte, también es considerada una empresa de software por lo que recibe los beneficios fiscales contemplados en la Ley de Conocimiento, reglamentada el 11 de junio pasado cuando Macri visitó las nuevas oficinas de Saavedra en un fuerte gesto de respaldo a Galperín.

"No cayó bien lo de Palazzo, si la actividad principal de Mercado Libre es comercio las accesorias deben ser absorbidas por comercio, de lo contrario es una anarquía y entonces tiene que haber cinco o siete gremios", señalan cerca de Cavalieri, en donde no descartan crear un convenio laboral específico.

El líder de la Unión Informática, Ignacio Lonzieme, defiende en cambio la convivencia de diferentes convenios en una misma empresa, por lo que los bancarios deberían poder representar a los empleados dedicados a las tareas bancarias en la plataforma electrónica. Un modelo, por cierto, diferente al actual.

La Ley de Asociaciones Sindicales establece que la representación es exclusiva de la asociación con personería gremial de la actividad. En caso de conflicto, las partes deben recurrir al comité arbitral de la CGT, el organismo sindical encargado de dirimir las peleas de encuadramiento que hoy está inactivo. La otra vía es apelar en la Justicia laboral, un procedimiento mucho más engorroso. Palazzo ya se enfrentó con Cavalieri por el encuadramiento de los empleados de Nación Servicios, una pelea en la que si bien logró el aval de la CGT sigue pendiente desde hace seis años un fallo judicial.

La discusión sobre las nuevas tecnologías también alimentó divisiones en el ámbito empresario, ya recalentadas por el informe publicado en marzo por la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) junto con la fundación FIEL en el que cuestionan las "asimetrías" de carácter regulatorio y fiscal a favor de las fintech.

Entre los principales reclamos, se quejan de que los pagos electrónicos no retienen IVA, Ganancias e Ingresos Brutos, como sí lo hacen los medios de pago tradicionales, por lo que exigen reducirlos y equipararlos. 

En los bancos sostienen además que, al no estar reguladas por el BCRA, las fintech no tienen obligación de verificar la identidad y la situación fiscal de los titulares de cuentas.

Tampoco se le aplican controles para evitar que estas sean utilizadas con fines ilícitos ni deben realizar encajes en el Banco Central para garantizar la disponibilidad de fondos.

"En Adeba están más alineados a Palazzo, mientras que nosotros creemos que lo mejor es dejarlos que crezcan y luego regularlos", explicaron en un banco extranjero.

La idea de un aparente frente común entre sindicato y bancos locales choca con el pedido formulado por Adeba de extender los horarios y flexibilizar lugares de atención de las entidades, para lo cual sería necesario modificar los decretos y normativas del BCRA que limitan el horario de atención al público a cinco horas y la jornada laboral de lunes a vienes a 7.30 horas.

Palazzo también resiste el avance de las "agencias complementarias", como comercios, estaciones de servicio, correo y farmacias, que desde noviembre del año pasado pueden abrir una cuenta, un plazo fijo u otorgar préstamos.

La normativa del Banco Central les permite a los bancos delegar tareas en otras entidades y reducir costos mediante la externalización de tareas y la elusión del convenio laboral de los bancarios, lo que les permitiría migrar esos empleos hacia otros de menores salarios y beneficios. El Ministerio de Hacienda les dio otro empujón en mayo a las agencias al exceptuarlas de pagar el impuesto al cheque. Pero los banqueros todavía no se animan. "Hay muchas empresas interesadas, están avanzando comercios y bancos, pero ninguna funcionando en concreto", reconocieron en la autoridad monetaria.

La principal traba es el sindicato, que exige el cumplimiento del encuadramiento sindical. Una piedra en el zapato de Macri.