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Burdman: "Si se complica lograr una unidad nacional, Alberto utilizará el Gabinete para ampliar la coalición"

En medio de la expectativa por los nombres que integrarán los principales cargos del nuevo Gobierno, Julio Burdman analizó la situación con iProfesional
12/11/2019 - 06:42hs
Burdman: "Si se complica lograr una unidad nacional, Alberto utilizará el Gabinete para ampliar la coalición"

En la atmosfera de expectativa política que se ha generado en los últimos días respecto de cómo Alberto Fernández conformará su Gabinete, con una inmensa cantidad de nombres circulando como posibles ministros en puestos clave, el analista político Julio Burdman advierte: "No descartemos que se pueda sorprender con nombres imprevistos".

En una entrevista a iProfesional, el politólogo que trabaja para la consultora Analytica considera que el "post-kirchnerismo" será el signo dominante en el nuevo gobierno.

También analiza la fortaleza política de Alberto Fernández, cómo puede jugarle la realidad económica y de qué forma tiene posibilidades de configurarse el liderazgo de Cambiemos para establecerse como oposición.

-¿De qué forma lee la configuración política que hay en este momento?

-Para el Frente de Todos fue una victoria que se inscribe dentro del historial de triunfos importantes de la democracia argentina, ya que obtuvo casi la mitad de los votos. Algo similar a lo que consiguieron Menem en su primera y segunda elección, De la Rua y Cristina Kirchner en su primera presentación. Las únicas excepciones fueron las de Ricardo Alfonsín en 1983 y la de Cristina en 2011.

Además, el elemento nuevo, no menor, es que ahora tenemos un resultado consolidado de Mauricio Macri, que muestra que Cambiemos no desapareció para la política argentina. De hecho, después de las PASO se pensaba que podía esfumarse su liderazgo, pero lo que sucedió en las generales pone en manifiesto que él sigue allí. De todos modos, este 48% de Alberto Fernández también está acompañado por un conjunto de indicadores de triunfos importantes, como en la mayoría de las provincias, donde gran parte de los gobernadores van a conformar el Frente de Todos y esta fuerza tendrá mayoría absoluta en el Senado y una primera minoría en la Cámara de Diputados que le permitirá realizar negociaciones para lograr quórum propio. Asimismo, ganó una gran cantidad de intendencias, por lo tanto estamos hablando de un buen caudal el que obtuvo la próxima gestión.

-¿Cómo considera que se desarrollará el traspaso de poder en las pocas semanas que quedan para la asunción de Fernández?

-Creo que va a ser un traspaso que va a ser acorde a la gravedad de la crisis y, a su vez, va a responder a lo que debería ser el pasaje de un gobierno a otro. En la historia argentina tuvimos algunos casos que no fueron muy ordenados, sobre todo en algunas áreas. No sólo me refiero a la última experiencia de Cristina a Macri, sino también a otras en el pasado, como la de Menem a De la Rua, donde hubo tensiones entre la coalición saliente y la entrante. En cuanto a los dos casos que mencioné antes en los que hubo problemas en el traspaso normal, ello se debió a que había en ese momento un clima de judicialización política posterior.

En cambio, ahora creo que la "normalidad" de la sucesión está siendo favorecida por las señales tranquilizadoras que envía Alberto Fernández de que él no cree que vaya a haber una judicialización de Macri. Eso me parece importante.

-¿Cómo piensa que puede ser el reparto de poder en el peronismo luego de verse los primeros cruces internos?

-Creo que las diferentes corrientes internas que va a tener el gobierno del Frente de Todos van a convivir armoniosamente, sobre todo en la primera etapa del mandato de Alberto Fernández. Esto lo atribuyo fundamentalmente a que hay una conciencia generalizada en todos ellos de la gravedad de la crisis financiera, y que no hay espacio para la competencia política ni para las internas que son tan habituales en toda coalición. Tal vez, en un contexto económico/financiero distinto, este tipo de "internismos" aflorarían con más facilidad, pero la situación actual no lo permite.

-¿Cuáles son las corrientes peronistas que tendrán más peso en el gobierno de Fernández?

-Entre los grupos internos que tiene el Frente de Todos, distinguiría fundamentalmente tres. En primer lugar, el kirchnerismo. En segundo, el conjunto de las corrientes postkirchneristas, como el massismo o el randazzismo, y en tercer orden el peronismo del interior, que está representado por los gobernadores. Esta tercera corriente creo que está más desarticulada políticamente, pero puede coordinarse si los intereses de los gobernadores estuviesen afectados por medidas del gobierno nacional.

-¿Y Alberto Fernández con cuál de ellas se siente más cómodo?

-El Presidente electo está más identificado con la segunda de las corrientes. De hecho, él integró el Frente Renovador y también trabajó con el ex ministro Florencio Randazzo, y se asocia con aquellos sectores que reivindican al gobierno de Néstor Kirchner, pero son más críticos con el Cristinismo. Por eso tengo la impresión que, al menos en la primera formación del Gabinete nacional, va a dominar el postkirchnerismo. Y la mayoría de los ministros van a venir de ese sector, aunque tal vez también puede haber algunos integrantes más identificados con el kirchnerismo o con el peronismo de los gobernadores. Creo que estas últimas integraciones van a ser menores.

Asimismo agregaría la posibilidad de un cuarto grupo en el Gabinete que podrían ser extrapartidarios, en el marco de la convocatoria de la unidad nacional que podría hacer el Presidente electo.

No descartemos que Alberto Fernández pueda sorprender con nombres imprevistos provenientes de otros partidos, como el de Lavagna, o más identificados con el radicalismo o la sociedad civil. Todo esto va a estar en el marco en que la herramienta del pacto social y de dialogo va a ser fundamental para enfrentar la situación económico-financiera inicialmente.

-¿De qué forma puede "convivir" este Gabinete plural?

-En la medida que a Fernández le sea difícil convocar a una unidad nacional en la que logre  sentar en la misma mesa a Cristina y Macri, va a tratar de utilizar el Gabinete como una herramienta de ampliación de la coalición. Me parece que va a hacer este tipo de equilibrios. Hay otro elemento que va a formar parte del reparto de poder en el Gabinete, que van a ser aquellas figuras de absoluta confianza del Presidente, que tendrán un rol de articulador y operador. Políticamente veo a todos estos sectores, con el postkirchnerismo como el sector dominante.

-Alberto Fernández generó expectativas de cambio, ¿podría ver afectada su gobernabilidad si la economía no mejora en lo inmediato?

-Si bien ganó por debajo de la premisa de algunas encuestas, no olvidemos que va a llegar con bastante poder y con la mitad de los votos. En todo caso va a tener que administrar internamente ese poder porque su coalición va a ser amplia y diversa. Ahora bien, como Presidente peronista, Alberto Fernández va a ser medido fundamentalmente por la situación económica y social. Existen pocos casos de gobiernos peronistas que hayan basado su relación con el electorado en otras agendas que no sean económicas.

Igual no descarto que Fernández trate de apelar a agendas no económicas, como educación o ciencia y tecnología o, inclusive, una política innovadora en seguridad, para tener una relación más apelativa con el electorado. De todos modos, creo que el votante del Frente de Todos tiene una demanda social latente, por lo tanto me parece que va a ser muy dependiente que la economía tenga rédito. Creo que él y su gobierno lo saben, por eso dicen que siempre que esa área es la prioridad.

-Cambiemos perdió la Casa Rosada pero ganó poder en el Congreso, ¿cómo puede armarse en este contexto la oposición?

-Cambiemos va a sobrevivir a todo esto porque obtuvo bastantes votos, aun en un contexto económico adverso. Va a tener una buena bancada en diputados que no sólo se va a ver por esta buena elección, sino también por la de 2017. Creo que sigue siendo representativo de un sector amplio de la sociedad que es reactivo al peronismo y al que Mauricio Macri logró apelar bien con su discurso del cambio y de ese paradigma de crítica y ruptura con la Argentina peronista. Ahora creo que ese Cambiemos es representado, fundamentalmente, por Macri. No me puedo imaginar cómo puede hacer este espacio para sustituirlo a él porque, si bien es cierto que está la UCR y los liderazgos locales, como el de Horacio Rodríguez Larreta o la figura de Vidal, nadie logró como todos estos representar el discurso de Cambiemos y las marchas por todo el país como el propio Macri.

Es decir, Rodríguez Larreta, Cornejo o Lousteau no tienen ese tipo de liderazgo, al menos por ahora. Por eso uno de los principales dilemas de la oposición va a ser el liderazgo, donde no tiene una estructura partidaria de competencia por el mismo. Pero para que haya esto, es necesario contar con un discurso político alternativo o competir en el campo programático. Me parece que Rodríguez Larreta y Vidal no desplegaron eso, y ni siquiera estoy seguro que lo puedan hacer, creo que siguen siendo dirigentes macristas.

Distinto es el caso de la UCR, que sí tiene una identidad separada, pero no me queda claro que si desde las dos gobernaciones que tiene, o desde su presencia legislativa, esté en condiciones de competir ideológicamente También está el caso de Patricia Bullrich que desarrolló un liderazgo ministerial, pero no sé si todo eso está resuelto para ver quién va a representar a Cambiemos.

-¿Será una oposición activa?

-Si Cambiemos entra en una competencia por ver quién toma el mando, en una primera etapa, entre la centralidad que tendrá el nuevo gobierno, que va a tener que lidiar con una coyuntura muy crítica y la ausencia de un liderazgo opositor, entonces la política va a estar dominada por el oficialismo. Ahora bien, si Macri permanece ahí y va a ser crítico de Alberto Fernández dentro de un espacio de tiempo relativamente corto, ahí vamos a tener una polarización gobierno/oposición nuevamente planteada.