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Degiorgis de la UB: "Lo que sucede en la región obliga al nuevo gobierno argentino a tener una máxima prudencia en los gestos"

El director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Belgrano habló con iProfesional sobre los desafíos externos de Alberto Fernández
28/11/2019 - 06:56hs
Degiorgis de la UB: "Lo que sucede en la región obliga al nuevo gobierno argentino a tener una máxima prudencia en los gestos"

Uno de los desafíos que tendrá Alberto Fernández al asumir el 10 de diciembre será el de conducir la política internacional del país en un entorno regional complejo y conflictivo, donde la inestabilidad es lo que predomina. Como muestra alcanza ver lo que sucede en Chile y Bolivia.

Para analizar la estrategia de alianzas y enfrentamientos que deberá desplegar el nuevo gobierno de Argentina en este contexto, iProfesional dialogó con Patricio Degiorgis, director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Belgrano (UB).

-¿Cómo puede impactar localmente la sucesión de conflictos políticos en los países vecinos?

-La situación regional no es para nada sencilla. Los conflictos registrados primero en Ecuador, luego en Chile y más tarde en Bolivia obligan a una máxima prudencia en las expresiones y en los gestos del nuevo gobierno argentino. No sabemos cómo será la evolución de los acontecimientos en estos dos últimos países, ya que uno enfrenta un proceso de reforma constitucional, y el otro un esperable y pronto llamado a elecciones. En esa línea, la cautela del estadista debe primar por sobre cualquier impulso ideológico.

-En este escenario de reacomodamientos regionales, ¿cómo evalúa el acercamiento de Fernández al gobierno mexicano?

-En este contexto, y frente a los fuertes y reiterados gestos y declaraciones de Jair Bolsonaro, el Presidente electo Alberto Fernández acude a un rápido acercamiento hacia México de López Obrador. Ahora bien, luego del 10 de diciembre, el nuevo Presidente argentino tendrá la responsabilidad ya efectiva de guiar la política exterior del país, y ahí deberá gestionarla muy prudentemente. En especial, con los países vecinos: el Brasil de Bolsonaro seguirá siendo nuestro principal socio comercial y aliado regional; el Uruguay probablemente de Lacalle Pou, nuestro país hermano más cercano; el Chile de Piñera, nuestra salida al Pacífico con el que compartimos más de 5.000 kilómetros de frontera. Y la Bolivia de no sabemos aún quién, un país del cual aún dependemos en materia de gas y con el que compartimos también una frontera muy sensible que no puede descuidarse.

-Justamente, en base a la tensión existente entre Fernández y Bolsonaro, ¿qué puede ocurrir a futuro con el Mercosur?

-No creo que el Mercosur corra riesgos. Es más, veo un futuro muy auspicioso, si se sabe aprovechar el momento histórico que estamos viviendo. La firma del acuerdo con la Unión Europea obligará justamente a que los cuatro socios deban sentarse con mucha frecuencia a debatir y negociar sobre su implementación. Gracias a ello, espero que se alcance un refuerzo del bloque. Comenzarán a nacer las solidaridades de hecho en sectores concretos de las economías de los estados parte del Mercosur, que fueron la clave del éxito de la actual Unión Europea a mediados de los años '50. Y es que, en este mundo globalizado, no queda otra salida que la integración regional para, por su intermedio, integrarse al planeta desde una posición más sólida.

-¿Todos los países de la región tienen claro este tema?

-Uruguay y Paraguay lo saben y pregonan desde hace años. Brasil y Argentina de a poco lo van entendiendo. Es ello o el aislamiento. Y por más tensiones que pueda haber entre Bolsonaro y Fernández en estos últimos tres meses, las cuestiones de Estado y el bienestar de sus respectivas poblaciones seguramente primarán.

-Tras la derrota en Uruguay del candidato presidencial de la izquierda (Frente Amplio), ¿puede quedar debilitada la posición de Argentina en la región?

-Efectivamente, el candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, terminó al frente, sin embargo, habrá que esperar al conteo definitivo para saber quién gobernará Uruguay durante los próximos cinco años. Dicho esto, vi totalmente lógico, y hasta esperable, el apoyo explícito brindado por el presidente electo Alberto Fernández al candidato del Frente Amplio, Daniel Martínez, tanto por una afinidad ideológica natural, como por una suerte de gesto de "reparación histórica personal" hacia el presidente Tabaré Vázquez, por aquellos duros años de conflicto por las pasteras. Tabaré, que en aquellos años también ejercía la presidencia uruguaya, merecía de Fernández, que era por aquel entonces jefe de Gabinete de Ministros argentino, ese gesto. Ahora bien, las relaciones argentino-uruguayas son hoy lo suficientemente sólidas como para que, en caso de confirmarse el triunfo de Lacalle Pou, se continue la estrechísima vinculación que se ha registrado durante estos cuatro últimos años, con gobiernos que también han sido de distinto color político, como los de Macri y Tabaré. No veo pues que el resultado del domingo pueda influir o menoscabarla.

-En resumen, ¿qué salidas y reacciones posibles puede tener el gobierno de Fernández para encarar la política internacional del país?

-La realpolitik deberá primar para poder seguir manteniendo sólidos lazos con los países de la región. En esa línea, la idea de no salir del Grupo de Lima, si no desde adentro hacer escuchar la voz del nuevo gobierno argentino respecto de la situación de Venezuela, me parece una actitud muy adulta que va en línea con lo que sucede en el mundo. Esto es: la continuidad de la política exterior más allá de los pequeños matices que pueda dársele en virtud del color político de quién lo gobierna. No mucho más que ello, para no caer una vez más en la triste tradición argentina de las fracturas y discontinuidades en los frentes externos.-