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Confidencial: la CGT se convierte en el nuevo botín de guerra que quiere quedarse el kirchnerismo

Las elecciones legislativas no son las únicas en que se disputa poder este año. La CGT también renueva conducción y en el Instituto Patria buscan cambios
Por S.R.
26/08/2021 - 11:00hs
Confidencial: la CGT se convierte en el nuevo botín de guerra que quiere quedarse el kirchnerismo

Son muchas las elecciones en este año, y donde hay una, la máquina de poder más fabulosa desde la recuperación democrática se activa. El kirchnerismo no deja nada sin disputar y el gobierno de Confederación General del Trabajo no va a ser una excepción. En noviembre se define la nueva cúpula y el período de Héctor Daer al frente de la central sindical, se extingue.

El hombre del gremio de la Sanidad es uno de los preferidos de Alberto Fernández, pero hoy, eso no implica mayor ventaja, especialmente cuando los propios "Gordos" no están conformes y mucho menos lo está el kirchnerismo. En cada espacio en que un dirigente cercano al presidente flaquea, aparecen prestos los soldados de Cristina para copar el espacio.

Y por supuesto la expresidenta tiene su candidato. Se trata Sergio Palazzo, secretario general del gremio de La Bancaria, sindicato de extraordinario poder económico del que Palazzo tiene un liderazgo indiscutido basado en los logros constantes en materia de reajustes salariales a favor de sus afiliados. Palazzo es hombre de confianza de Cristina Kirchner.

Sergio Palazzo, secretario general de La Bancaria, el candidato de Cristina

De hecho, va a ser diputado nacional. Hacía tiempo que un sindicalista no tenía un lugar privilegio en las listas del peronismo. Esa lógica que supo tener el Movimiento en materia de distribución de cargos, en la que el 33% le correspondía al Movimiento Obrero, parece extinguida. Sin embargo, el hombre de La Bancaria fue colocado cuarto en la lista de candidatos del Frente de Todos por la Provincia de Buenos Aires, ergo, ya es diputado electo antes de las elecciones.

Se viene una mujer en la CGT

Esa demostración de poder se traslada al armado de la CGT que se viene. La líder de la alianza gobernante empuja a Palazzo como nuevo secretario general y quiere completar el panorama con una mujer, también de su riñón, dado que todos consideran necesario remozar a la central gremial en el sentido en que va toda la sociedad: no va más la foto de un montón de muchachos "malotes", hay que flexibilizar e incluir mujeres, en la única institución relevante del país, en la que no hay ninguna.

De modo que la intención de Cristina es que a Palazzo lo acompañe Vanesa Siley, quien lidera un gremio de judiciales paralelo a la histórica UEJN que encabeza Julio Piumato. El poder de Siley no es poca cosa, no solamente ya es diputada nacional, sino que integra el Consejo de la Magistratura de la Nación, podríamos decir, saca y pone jueces.

Los "Gordos" de la CGT objetan a Palazzo con la excusa de que "es radical" y se indignan con Siley. "No pasa, la piba esa no pasa, lo que tiene no es un gremio, si ni tiene personería", dice el interlocutor de iProfesional. Es cierto, el SITRAJU (Sindicato de Trabajadores Judiciales) no consiguió todavía que su trámite prospere para ser reconocido por el Ministerio de Trabajo. "Si hace falta la paramos en el Ministerio o en la Justicia", dice el sindicalista tradicional consultado. Requiere estricto off, en señal de lo que Cristina inspira, incluso, en el sindicalismo.

Cristina quiere asegurarse el control de la CGT

No va a ser tan sencillo. Lo de la Justicia casi que causa risa en el kirchnerismo. "Pero si Vanesa es una topadora dentro del Consejo de la Magistratura, mirá si la va a vetar algún juez, no tenemos ni que hablar nadie, eso no va a pasar", dice el poderoso funcionario K que además ironiza: "'¿Ahora los ‘Gordos’ nos quieren correr con los jueces?", se pregunta casi divertido.

La realidad es que la "amenaza" juega el rol de "subir la apuesta para negociar". Es cierto que los muchachos no conocen otro método, pero con el kirchnerismo estas cosas suelen terminar mal. La verdadera intención sería jugar la carta de Gerardo Martínez, Secretario General de Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), al que consideran "digerible" para los dos bandos en pugna. Si Cristina aceptara a Martínez a cambio de Palazzo, los "Gordos" aceptarían a Siley, incluso cuando Piumato pusiese el grito en el cielo.

De todas formas nadie cree que vaya a ser sencillo doblarle el brazo a la vicepresidenta. La acumulación de poder y los espacios para mayores conquistas que genera la coyuntura son su especialidad, casi un desafío inevitable, donde siempre "se va por todo", y como dice uno de los organizadores y negociadores de la candidatura de Palazzo: "Ellos están un poco oxidados, les falta reacción política".

Veremos si esa lectura es correcta o es una bravuconada, en todo caso la pelea va a ser para alquilar balcones, entre un factor de poder tradicional y la aceitada máquina kirchnerista.

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