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Asuntos internos: las cuentas que saca el Gobierno después de la paliza electoral

Los estrategas territoriales del Frente de Todos apuestan por unas elecciones en noviembre más positivas en base a tres supuestos
15/09/2021 - 13:00hs
Asuntos internos: las cuentas que saca el Gobierno después de la paliza electoral

¿Y ahora, que hacemos? La pregunta surge después de la catástrofe electoral desde las distintas mesas chicas del oficialismo. Son varias y, por ahora, sin demasiada coordinación. Alrededor del Presidente ya el mismo lunes surgía la iniciativa que tomará cuerpo en los próximos días: "Hay que ponerle mas guita en los bolsillos a la gente. Es por ahí".

En eso hay un principio de acuerdo en todos. Las diferencias comienzan cuando se discuten montos, plazos y rumbos. "Ojo, tampoco nos podemos pasar de rosca. Solo gastos que se puedan cortar después de noviembre, no nos zarpemos porque la manta es corta. A ver si se nos escapa el blue y la inflación y nos vuelve un búmeran en las generales".

Desde el Patria hay voces que se elevan por cambios más estructurales, sin precisar demasiado, pero con criticas directas a Guzmán y su "ajuste del primer semestre".

Mientras tanto, entre los estrategas territoriales del Frente de Todos proyectan acciones por un noviembre mejor en tres supuestos:

1. Revertir a nivel nacional es casi imposible. Hay que hacer foco en provincia de Buenos Aires (40% del padrón) y en los distritos que permitan "salvar senadores" como La Pampa y Chubut,

2. El promedio de participación fue bajo -67% del total, el menor de todas las Paso de la década-. Hay que tirar el "mediomundo" entre los que se sumen en la que viene y

3. Confiar -y tratar de influir- en que para las generales el total de Juntos por el Cambio sea menor a la suma de las partes. Como dice un encuestólogo oficial:  "Muchos votos de Manes no irán para Santilli. Lo mismo en otros distritos".

Presentan para sostener científicamente sus afirmaciones trabajos de cientistas políticos que han estudiados casos aquí y en otros países que aportarían datos para sostener ese relato. Algún escéptico y menos académico participante de la mesa dice en voz alta: "Yo no leí esos papers que decís vos, lo único que sé es que en las ultimas tres elecciones los que subieron los votantes después de las PASO fueron ellos, no nosotros".

La administración del Presidente fue generosa en improvisaciones y errores no forzados y lo pagó en las urnas

Siempre las primeras reacciones salen como perdigonazos, disparan al voleo y al montón para ir probando. El tiempo, que no es mucho, dirá quien tiene la razón. Bilardismo al palo. Mientras tanto resulta interesante comparar. Septiembre de 2021 y agosto de 2019 son dos primarias que se parecen mucho. Los oficialismos de una y otra coyuntura se vieron sorprendidos por auténticas palizas electorales que les resultaron absolutamente imprevistas.

El sector de la población (aproximadamente un tercio) que se vincula con la política de modo distante y desconfiado esquivando las formas de investigación tradicionales (encuestas, focus, etc.) suele dar sus veredictos de modo categórico cuando las circunstancias así lo requieren y sin avisar. Y suelen votar para castigar. "Voto bronca" le dicen. En las presidenciales la bronca polariza, en las legislativas se dispersa.

Y aquí hubo mucha bronca, desde la izquierda que se quedó con el tercer puesto nacional (y pocos mencionan) hasta los libertarios de Milei y compañía. Lo cierto es que las elecciones las pierden los oficialismos, no las ganan los opositores. Así lo determinan los ciudadanos resultadistas y sensibles: si les va mal en las cuestiones de su vida cotidiana y siente que no lo escuchan; pegan. Y lo hacen con fuerza, disfrutando de su castigo, una suerte de premio consuelo.

La administración del Presidente, más allá de la comprensión que merece por haber gobernado durante los efectos perversos de una pandemia, fue generosa en improvisaciones y errores no forzados con altos costos materiales y simbólicos. "La victoria tiene mil padres, la derrota uno solo". Desde el punto de vista del análisis sociológico electoral y desde la ciencia política esa sentencia se escucha exagerada.

Alberto Fernández saca cuentas de cara a noviembre, mientras el kirchnerismo pide más plata en los bolsillos de la gente

Desde la lógica política cruda y cotidiana es una verdad del poder y una necesidad que imponen las circunstancias. Y que le agrada a Cristina Fernández de Kirchner para alejarse de las culpas. Quedó a la vista de todos durante la noche de la derrota en el búnker del Frente de Todos. La única voz fue la del Presidente. Alguien debe asumir costos mientras otros planifican la estrategia para buscar un noviembre mas amable.

Y Alberto Fernández, por rango institucional, por haber elegido a las cabezas de lista de los principales distritos y por el Olivos Gate, tiene todos los boletos para ocupar ese rol. Haber renunciado al principio del mandato a construir una base de poder propia lo deja mas vulnerable. La coalición oficialista deberá de aquí en más, reestructurar la formalidad y la sustancia del proceso de toma de decisiones que, muy posiblemente, suponga nuevos protagonistas en algunas áreas.

Esta etapa requiere de un modo de gestionar que trascienda el espontaneismo para encontrar un punto de equilibrio que hasta ahora no se vio y que se hace indispensable por la agenda de temas a encarar fuera de las elecciones (pero influida por ella) todos de central importancia: FMI, Club de País, brecha cambiaria, inflación, tarifas, etc.

Para enfrentar a ese "dream team" se requiere un equipo organizado, con claridad de objetivos y una dirección técnica eficiente. La primera reacción de los mercados fue el festejo mediante la suba de ADRs y baja de riesgos país.

El voto cualitativo de los dueños y administrares del capital aplaude la decisión del voto de la ciudadanía que optó por los candidatos que ellos prefieren. Un desafío adicional para el Gobierno que tiene que conseguir, ahora desde la debilidad, lo que no pudo desde una posición de mayor fuerza relativa. En eso se juega mucho más que la suerte de noviembre.

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