MERCADO INMOBILIARIO

Cuánto hay que gastar para construir una pileta y cómo ayuda a revalorizar una propiedad

Con una inversión mucho menor que la de cualquier inmueble, una piscina lista para usar revaloriza tu vivienda y la hace atractiva para alquilar
Por Nicolás Bal
REAL ESTATE - 12 de Octubre, 2025

Tener una pileta dejó de ser un lujo para convertirse en un factor decisivo dentro del mercado inmobiliario argentino. Cada vez más compradores e inquilinos priorizan propiedades que combinan comodidad y espacios de recreación, y entre todos los amenities, la piscina se destaca como el verdadero imán al momento de elegir vivienda. En los barrios cerrados del norte, oeste y sur del Gran Buenos Aires, este elemento no solo capta la atención: también incrementa el atractivo y el valor de las propiedades.

Tras la pandemia, el hogar pasó a ocupar un lugar central en la vida cotidiana, y las áreas al aire libre ganaron un protagonismo casi inédito. En este contexto, la piscina dejó de ser un simple agregado y se consolidó como un punto de encuentro y bienestar. Ya no se la concibe solo como un lugar para refrescarse, sino como una extensión del jardín que integra naturaleza, confort y disfrute.

Además de su aporte a la calidad de vida, invertir en una pileta puede ser una decisión financiera estratégica. Muchos propietarios reconocen que estas mejoras no solo potencian el valor de su inmueble, sino que también abren la posibilidad de generar ingresos adicionales mediante alquileres temporarios o de larga duración. Así, la piscina deja de ser un detalle estético para transformarse en un activo tangible con beneficios concretos.

Una pileta estándar de 8x4 cuenta unos 15.000 dólares

Hoy, muchas empresas especializadas destacan que construir una piscina va mucho más allá de la obra en sí. Ofrecen un servicio integral "llave en mano", que acompaña al cliente desde el asesoramiento inicial hasta la entrega final del proyecto. Esto incluye el revestimiento, la instalación de la bomba de filtrado en funcionamiento, la iluminación y todos los elementos necesarios para que la pileta pueda disfrutarse desde el primer día, sin trabajos adicionales.

A puro guarismo, "el precio de una piscina estándar de 8x4 metros hoy ronda los 15.000 dólares, aunque este valor puede variar según las dimensiones y los accesorios que se deseen incorporar", detalla", precisa Juan Manuel Selvas, gerente general de Selvas Natatorios. La construcción, por su parte, se completa en, aproximadamente, 15 días, lo que permite disfrutar de la inversión realizada casi de inmediato.

En cuanto a su repercusión económica, un estudio reciente revela que sumar una piscina puede aumentar el valor de una propiedad hasta un 7% y elevar su renta hasta un 45%. Los datos provienen de la misma firma, que realizó el análisis a partir de portales de venta y alquiler en los corredores norte y oeste del Gran Buenos Aires.

El relevamiento concluye que invertir en una piscina puede generar un margen de ganancia de hasta el 100%, considerando un valor promedio de 330.000 dólares para casas sin piscina, 360.000 dólares para las que la tienen y un costo de construcción de 15.000 dólares.

Más allá de las diferencias de presupuesto, construir una piscina de mayores dimensiones (10 x 5 m) para una casa de 300 m2 en una zona premium puede rondar los u$s1.000, detalla Alejandro "Nano" Salas, socio gerente de Aguas Cristalinas. "Hablamos de acabados con piedra Bali, iluminación, playa húmeda y otros detalles", precisa, subrayando que el costo final depende de los materiales y terminaciones elegidos.

En concreto, "alquilar una casa de 3 dormitorios con piscina en barrios cerrados tiene un costo promedio de u$s4.000 durante enero. En cambio, para la misma propiedad sin piscina no existe un precio de referencia, ya que directamente no se alquilan", explica Mariana Pomarada, gerenta de la Sucursal Pilar de Castex.

En cuanto a la venta, se toma como referencia que el valor de construcción de una piscina ronda los u$s15.000, un monto que se considera dentro de la negociación. El comprador compara la propiedad con otras casas similares en el mismo barrio que sí cuentan con pileta y negocia en consecuencia. "Lo importante es que, en estos casos, la ausencia de piscina no constituye un impedimento para la venta", adiciona la experta.

Agua, luz y diseño: así son las piscinas que marcan tendencia

Más allá de su valor económico, la piscina dejó de ser un simple espacio de recreación veraniega. Esta evolución también se refleja en la manera de planificar su construcción. "Antes los clientes nos consultaban solo para definir ubicación, tamaño y orientación. Hoy llegan con planos y una idea clara de cómo quieren que se integre con la vivienda, ya sea que la casa esté en obra o terminada", detalla Selvas.

En cuanto a tendencias, este año predominan los tonos oscuros, como el gris, que generan un efecto similar al de las lagunas naturales y permiten conservar hasta un 10% más la temperatura del agua que los colores claros. También siguen en auge los solariums secos y húmedos integrados a la vivienda, los bordes infinitos y las terminaciones en travertilit o decks de hormigón, elegidos por su estética y bajo mantenimiento.

La iluminación se convirtió en un elemento indispensable, y hoy prácticamente no se construye ninguna piscina sin ella. Respecto a las formas, predominan las líneas rectas y minimalistas, aunque el diseño del lote y de la casa puede llevar a optar por figuras irregulares que recuerdan espejos de agua. "No hay un estilo único de moda: la elección debe armonizar con la arquitectura de la vivienda y las características del terreno", subraya Selvas.

Qué tener en cuenta para diseñar y mantener una pileta

Al momento de diseñar una piscina, la orientación es clave para aprovechar el mejor sol de la tarde y mantener la temperatura del agua. También se debe analizar el terreno, su nivelación, los retiros y la distancia respecto de la casa. La profundidad ha ido disminuyendo con los años: mientras hace 30 años las piscinas podían superar los 1,80 metros, hoy suelen tener entre 1 y 1,50 metros.

El cuidado del agua es relativamente sencillo: cloro y, eventualmente, ácido son suficientes para mantenerla limpia durante todo el año. Durante el verano, debido a las altas temperaturas y al uso intensivo, se requiere mayor cantidad de cloro y filtrado; en invierno, estas necesidades disminuyen. Para la estructura de la piscina, se recomienda revestirla en venecitas, lo que asegura durabilidad y minimiza el mantenimiento, sin necesidad de vaciado anual.

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