Para que en el verano los turistas que lleguen hasta la costa tengan, si no el placer de comer todos los días pescado, conectividad constante, las tres operadoras de telefonía móvil, Claro, Movistar y Personal, acordaron con el Gobierno instalar 79 radiobases adicionales que se agregarán a las 922 que ya existen en la costa bonaerense.

Se trata, según la información oficial, de antenas dotadas de tecnología 4G, sea que se trate de nuevas antenas o antenas 2G y 3G que serán reconvertidas en las de cuarta generación (swap como también se dice en la jerga de las telecomunicaciones).

El objetivo es que, en plena temporada vacacional, los turistas tengan una mejor conectividad en las principales plazas. De hecho, y de acuerdo al mapa de antenas distribuidas a lo largo de la costa atlántica bonaerense, recién en 2018 algunos de estos centros tuvieron sus primeras antenas móviles en la historia. Tales los casos de Mar de Cobo, que hasta entonces desconocía la experiencia de la telefonía celular, o de Arenas Verdes o Mar Chiquita que cuentan con la mínima infraestructura posible.

La costa bonaerense representa más de un 10% del total de antenas distribuidas en la provincia de Buenos Aires, que no llega aún a las 8.000 radiobases, de acuerdo a los datos que se pueden consultar en el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom).

Pese a esta cantidad de antenas, que todavía no parece ser suficiente para brindar servicios de calidad, apenas 364 son 4G, siguiendo los datos del organismo regulador, es decir, menos del 5 por ciento. Y esto ocurre en tiempos en que las mismas operadoras móviles impulsan a nivel comercial el consumo de sus servicios de datos cuando la infraestructura desplegada no está en condiciones de satisfacer ni la demanda ni lo que ofrecen.

La decisión de acordar con las empresas el refuerzo de antenas en la temporada no sólo reside en el hecho de que, producto de la devaluación, muchos argentinos optaron por la costa atlántica para pasar sus vacaciones sino a que el Gobierno se ha propuesto como objetivo llegar al 93% de cobertura 4G en el país hacia finales de 2019.

Por eso, el acto oficial que se realizó este jueves por la mañana en el emblemático Torreón del Monje de la Feliz, contó con la presencia del vicejefe de Gabinete de la Nación y secretario de Gobierno de Modernización, Andrés Ibarra, de la presidenta del Enacom, Silvana Giudici, y demás funcionarios nacionales, además de representantes de las empresas. La iniciativa se denomina Verano Conectado.

Si bien parte de las dificultades por desplegar más rápidamente antenas 4G en el territorio argentino se debe a las normativas que existen en los diversos municipios para habilitarlas y al aún existente rechazo de parte de ciertas comunidades, a nivel nacional no han encontrado la forma de facilitar la construcción de nueva infraestructura y lograr que los municipios dejen de obstaculizar esas tareas.

“Ahora, los turistas que visiten la costa van a poder conectarse a internet de calidad. El turismo es uno de nuestros grandes motores económicos. Cuando el turismo crece, también lo hacen los argentinos y los puestos de trabajo y para que siga creciendo, la conectividad es una condición necesaria”, sostuvo el vicejefe de Gabinete y Secretario de Gobierno de Modernización de la Nación, Andrés Ibarra.

En los últimos dos años aumentó más del 150% el total de radiobases 4G desplegadas en el país, pasando de 7.600 a más de 20.000 y logrando una penetración del 58%, informó el gobierno a través de un comunicado.

Para alcanzar el 93% de cobertura 4G en el territorio las empresas tendrán que incluir el despliegue de antenas en 1713 ciudades de más de 10.000 habitantes, además de 9.961 kilómetros de rutas y 200 pequeñas localidades turísticas y productivas que hoy no cuentan con internet móvil de calidad.

Estos desarrollos permitieron que, por ejemplo, el pasado 31 de diciembre, la tasa de corte de llamadas de telefonía móvil se redujera en un 50% en comparación con la misma fecha de 2017, siguió el comunicado oficial.

El último día del 2018 se registró un aumento exponencial del consumo de datos de aproximadamente 250%, lo que permitió comunicación en voz y video sin precedentes el último día del año.