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Ansiedad, depresión y manipulación: así juega el móvil con tu cerebro

Un estudio muestra como cuando la batería del teléfono se encuentra a tope, los participantes experimentaban una sensación de euforia
10/10/2019 - 09:57hs
Ansiedad, depresión y manipulación: así juega el móvil con tu cerebro

Hechos triviales relacionados con el manejo de la tecnología, como la cantidad de batería que nos queda en el teléfono, le juegan malas pasadas a nuestra mente e, incluso, llegan a provocar ansiedad y a afectar a nuestro estado de ánimo, según ha demostrado un estudio publicado en la City University of London.

Cuando la batería baja del 30% "ya no me lo paso bien", señaló una de las participantes en el estudio. Otra comparaba el hecho de que se acabe la batería con el hecho de que se te vacíe la bañara en un día de invierno: "Te congelas y te sientes desnudo y con frío".

El estudio muestra como, en el caso opuesto, cuando la batería del teléfono se encuentra a tope, los sujetos de la investigaciónexperimentaban una sensación de euforia haciéndoles "sentir positivos con la confianza de que podrían ir a cualquier sitio y hacer cualquier cosa". El caso de la batería es simplemente un ejemplo que apunta como la tecnología afecta al estado de ánimo de las personas y a su autopercepción.

La autopercepción es frágil y mutable. Así lo demuestra un estudio realizado por la Ohio State University en el que estudiaban la influencia de los anuncios personalizados que recibimos en las redes sociales sobre la imagen que una persona tiene de sí misma. Esta investigación demuestra que cuando los usuarios son conscientes de estar viendo anuncios personalizados, la imagen que tienen sobre si mismo se ve influenciada.

"Los consumidores que sabían que estaba viendo anuncios personalizados se mostraban más interesados en los productos anunciados e incluso cambiaban la percepción que tenían sobre sí mismos para alinearse con los anuncios", explica el estudio.

Un efecto del que sin embargo, avisan que es necesario que la marca y el anuncio se encuentren en cierto modo alienados con los valores y el comportamiento del consumidor, que el "target de la marca sea de algún modo acertado", inciden.

Durante la investigación, los académicos consiguieron identificar nichos, como el de los productos relacionados con la ecología, en el que los cambios de percepción se hacían más evidentes. "El hecho de recibir anuncios personalizados sobre productos verdes hacía sentir a los consumidores que tenían una mayor conciencia ecológica del cara al consumo", explica.

Una manipulación no solo aplicable al terreno del marketing comercial, sino que también tiene una traslación al ámbito político. Más allá de los contenidos inyectados por marcas en las redes sociales, el mero hecho de visualizar contenido orgánico en las redes sociales -aquel que cuelgan los usuarios motu propio aunque posteriormente sea un algoritmo programado por los técnicos de la red social quien lo haya jerarquizado y decidido cuándo y a quién se muestra- también puede provocar tristeza y pensamientos depresivos entre quienes lo han consumido.

"Si ves en Facebook lo bien que le va económicamente a un conocido o que feliz es algún viejo amigo en una relación -cuestiones que generan envidia entre los humanos- el uso de la plataforma puede conducir a sentimientos depresivos. Hemos descubierto que los usuarios de Facebook siente envidia de las actividades y el estilo de vida de sus amigos en la red social y tienen muchas más posibilidades de manifestar sentimientos de depresión", asegura un estudio de la University of Missouri.

Sin embargo, estos son solo algunos de los ejemplos de los efectos colaterales que la economía de la atención de las plataformas y las redes sociales tienen en el cerebro humano y en la que los consumidores y el tiempo que pasan enganchados (miramos entre 80 y 100 veces el móvil al día) son la materia prima con la que ganan dinero.