Desde el domingo, cuando una persona compre una tarjeta SIM con tarifa de datos en China deberá permitir que se escanee su cara por sistemas de reconocimiento facial. Hasta ahora únicamente era necesario mostrar un documento de identidad y permitir que se realizase una fotografía.

El Gobierno chino defiende la medida como una forma de "proteger los derechos y los intereses legítimos de los ciudadanos en el ciberespacio", según informó la cadena audiovisual inglesa BBC. Sin embargo, también ha generado preocupación, ya que podría limiar la posibilidad de acceder a la red y utilizar sus servicios de forma anónima.

En teoría, la medida, que fue anunciada en septiembre, únicamente se utilizará para asegurarse de que la persona que adquiere la tarjeta SIM es la misma que la que aparece en el documento de identidad entregado.

Gran parte de la población accede a Internet desde dispositivos móviles. Por este motivo, al temor a un mayor control de la población se une el miedo a que los datos biométricos puedan filtrarse o ser robados. China es uno de los países en los que más se utilizan los sistemas de reconocimiento facial, tanto en el día a día como en el control de los ciudadanos.