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La Argentina es Malbec y más. Esto lo plantean enólogos, bodegueros y también críticos internacionales. Sin embargo, las estadísticas dejan en claro que el Malbec reina y gobierna en el comercio exterior.

Basta analizar las estadísticas: tal como se explicó en esta nota, el año pasado hubo 520 establecimientos que despacharon vino argentino hacia el mundo, también según el INV. Esta cifra es un 27% superior a los 409 que se habían registrado el año previo. Y casi 5 de cada 10 litros que se enviaron al exterior, considerando todas las categorías, correspondieron a la variedad Malbec, que sigue ratificando que es la cepa emblema por excelencia.

Según Wines of Argentina, 124 países importaron Malbec argentino, que generó negocios por u$s327 millones durante 2019.

El problema es que en este 2020 en el que las bodegas se proponían volver a crecer en exportaciones, dado el escenario complejo en el mercado doméstico, el coronavirus trastocó todos los planes.

"No hay ninguna persona viva que haya experimentado una situación semejante como la que estamos transitando. Y el comercio global de vinos no escapa de esta lógica. Todos estamos aprendiendo y las decisiones que se tomen son prueba y error", resume las primeras sensaciones sobre la pandemia el presidente de Wines of Argentina, Alberto Arizu.

Este 17 de abril se celebra aquí y en el resto del mundo el Día Mundial del Malbec. Es una celebración global que llegó a contar con 100 eventos en cerca de 80 ciudades. Sin embargo, este año –por primera vez desde 2011, cuando se instauró la fecha-, el festejo va a ser virtual.

Este año, el lema que acompaña al Malbec es ‘Me Gusta’, en línea con la explosión de las redes sociales y la tendencia a likear todo tipo de contenidos. Y para Arizu, la cepa emblema de la Argentina todavía tiene mucho espacio para seguir creciendo, pese a la coyuntura. Es más, es vital que siga creciendo para las bodegas. Sin embargo, la pregunta que se hace todo el sector vitivinícola es: ¿hay chances de vender vino en un mundo azotado por la pandemia?

"El mercado exportador es fundamental para las bodegas, porque la demanda doméstica se está viendo muy golpeada. Es un gran desafío que tenemos por delante, luego de dos meses y con la economía global paralizada. Y todo esto lógicamente repercutirá en el negocio: todo el sector de restaurantes y hotelería va a tardar mucho en recuperarse. La salida de la pandemia va a ser gradual y la gente va a tardar en volver a viajar, en reunirse. Va a llevar tiempo a que todo retome su ritmo habitual y esto, claramente implicará una recuperación más lenta para el negocio del vino en esos canales", plantea Arizu, en diálogo con iProfesional.

Sin embargo, el presidente de WOfA, considera que hay oportunidades para las bodegas locales: "Estamos viendo que se están activando algunas órdenes de compra. Da la sensación de que Europa ya llegó a su piso en términos comerciales y Estados Unidos y Canadá, dos mercados muy fuertes para nosotros, no bajaron tanto su ritmo. En el caso de Estados Unidos, depende mucho de dónde esté ubicado el importador y en algunos casos aminoró un poco la demanda, pero no dejó de comprar".

"Nos preocupa más América Latina, especialmente Brasil, que venía recuperándose desde el año pasado, pero ahora creemos que va a salir golpeado de esta crisis. Lo mismo que México", agrega.

VINOS | Desde Wines of Argentina destacan que se abren oportunidades en supermercados y vinotecas del exterior.

¿Y en qué canales están las mayores oportunidades? Según plantea Arizu, en el segmento de supermercados y vinotecas estará concentrada la mayor demanda.

"Ahí sin dudas vamos a ver una recuperación más rápida. Es más: Estados Unidos y el Reino Unido cerraron marzo con niveles de ventas mayores que igual mes del año pasado. Básicamente porque hubo buenas ventas en supermercados y porque las vinotecas fueron declaradas esenciales durante la cuarentena", detalla.

Y, bajo su óptica, la Argentina, así como en la crisis de 2008 pudo capitalizar la coyuntura y crecer, "este año también tiene oportunidades, porque seguimos siendo competitivos en el segmento de precios de 15 a 25 dólares la botella".

"Los vinos argentinos tienen una calidad superior a la media mundial en ese nivel de precios y esto es clave como herramienta de competitividad. Además, venimos de dos excelentes cosechas, como fueron la 2017 y la 2018 y la que está entrando, la 2019, también fue estupenda. Entonces, hoy estamos en condiciones de ofrecer muy buena calidad a un buen precio, así que estamos preparados para competir en este contexto", recalca, para luego agregar: "La clave está en entender cómo va a ser el mundo a partir de ahora y trabajar y pensar en función de eso; es decir, cómo vamos a salir a capturar las oportunidades que vamos a tener".

Hacia adelante, el presidente de WOfA advierte que hay que analizar el peso de la carga impositiva: "Me parece que en este contexto tener que pagar impuestos por exportar no tiene lógica. Menos en el caso del sector vitivinícola, que emplea a 200.000 personas. Y más en un escenario en el que las ventas al mundo son vitales, porque son el único ingreso genuino de divisas que tenemos".

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