Comprar una isla, una opción para tener privacidad en la era de la comunicación

En la era de Facebook, Twitter y demás redes sociales, la privacidad se volvió uno de los bienes más preciados y escasos del mundo.

Tal es así que las personas, y principalmente las que gozan de cierta fama, están dispuestas a pagar lo que haga falta para conseguirlo.

Pero, aún así, no es tan sencillo encontrar áreas libres del acoso de los medios o de los ojos curiosos.

Es así que los lugares que permiten estar ajenos al mundo se han convertido en un verdadero "boom".

En este marco, es válido mencionar que alrededor de 480 kilómetros de la costa sur del estado de Florida hay una serie de pequeñas islas mayoritariamente deshabitadas, rodeadas de agua cristalina y arrecifes de coral sobre una meseta calcárea.

Allí, la vida nocturna es casi inexistente. No hay grandes aeropuertos ni restaurantes con chefs reconocidos. Tampoco hay vecinos.

En otras palabras, es precisamente ese aislamiento la panacea que ha atraído a un grupo de celebridades adineradas y ejecutivos de grandes empresas.

En el mundo de los bienes raíces de lujo, estas islas se convirtieron en las principales estrellas porque allí la privacidad es algo posible.

Johnny Depp, el mago David Copperfield, el presidente ejecutivo de Louis Vuitton Moët Hennessy, Bernard Arnault, y la cantante de música country Faith Hill tienen islas en Exuma, un archipiélago de 365 islas en las Bahamas.

A pesar de la debilidad de la economía de Estados Unidos, el número de millonarios allí y su patrimonio combinado neto llegó a niveles récord en 2010, y los activos invertibles subieron más de 8,4% con respecto a 2009, de acuerdo con el Informe sobre la Riqueza en el Mundo de Merrill Lynch y Capgemini.

Varias ventas de bienes inmobiliarios que batieron récords este año han impulsado el optimismo en el segmento del mercado ultra caro, incluyendo la comercialización en julio de una propiedad en Los Ángeles que pertenecía a la autora Candy Spelling por u$s85 millones, destacó una nota de Wall Street Journal.

En marzo, un comprador ruso pagó u$s100 millones por una casa en Silicon Valley, el mayor precio por una casa unifamiliar en la historia.

Los proyectos de desarrollo en islas pueden tomar años y hay al menos uno en proceso en el que participan 150 trabajadores.

Según los habitantes de Exuma, uno de los mayores resorts privados en construcción en el archipiélago es un complejo en el que los principales inversionistas son los cofundadores del minorista californiano Fry' Electronics.

En un grupo de ocho islas conocido como Bock Cay, el proyecto contará con alrededor de 35 casas para los empleados, un club y seis edificios para huéspedes en varios estilos, incluyendo uno que se asemejará a una villa italiana. Se instalarán 1.500 palmeras importadas.

Un destino ideal para los millonarios
Exuma posee muchos de los ingredientes para ser un destino para los extremadamente ricos: playas de arena, agua turquesa y posibilidades de desarrollo limitadas (el 90% de las islas o son inhabitables o están protegidas como parte de un parque marino de 456 kilómetros cuadrados).

La creciente facilidad para contar con servicio de Internet y de televisión por cable, así como los avances en la desalinización del agua y la tecnología de generación eléctrica con combustible diesel también han hecho que las islas sean más atractivas, explicó Tom Lawson, un residente que ha desarrollado y administrado varias propiedades en el lugar.

La relativamente gran cantidad de islas hace que Exuma sea generalmente más accesible que otros destinos exclusivos, opinó Farhad Vladi, el fundador de Vladi Private Islands, una empresa inmobiliaria especializada en archipiélagos.

Aunque los precios en Exuma se han duplicado en la última década, en la más exclusiva República de las Seychelles las islas cuestan aún más, debido a que no son tantas y a que ofrecen privacidad extrema.

Según WSJ, los archipiélagos más baratos cuestan alrededor de u$s30 millones.

En tanto, la relativa falta de infraestructura turística de Exuma la ha mantenido bastante fuera del radar. La gente frecuentemente llega por yate, hidroavión o helicóptero. "Puedo estar aquí tres o cuatro días y realmente no veo a nadie", aseguró Eddie Irvine, un ex corredor de Fórmula Uno de Irlanda del Norte que compró una isla en la zona hace un año.

Construir en una isla desierta, un desafío
Construir una casa de lujo en una isla remota implica importar desde torres eléctricas y de celulares a purificadores de agua.

Eduardo Martínez, un arquitecto de Miami que ha diseñado casas e interiores para varios propietarios de islas en las Exumas, explicó que el primer paso es dragar una marina y después construir casas temporales y comedores para el personal, que, de acuerdo a la ley local, deben ser residentes del lugar.

Un proyecto normalmente requiere dos años y medio de construcción. "El depósito de madera más cercano está en Ford Lauderdale (en Florida). Uno no puede correr a la esquina para comprar clavos y cemento", apuntó.

Los materiales de construcción tienen que ser traídos en grandes balsas, que demoran alrededor de dos días en llegar desde Florida, si el clima lo permite.

Las islas que no tienen una fuente de energía requieren generadores diesel -que también deben ser importados- cuyo funcionamiento cuesta alrededor de u$s1 millón anual.

¿Cuánto cuestan las islas?
Una de las islas menos caras es Cayo Leaf, que pertenecía al actor Nicolas Cage. No ha sido desarrollada y está disponible por u$s8,5 millones.

En el rango superior del mercado está Cayo Cave, una isla de 101 hectáreas que cuesta u$s110 millones y que tiene su propio puerto y pista.

Kevin Cross, un operador inmobiliario en Nassau, informó que hay compradores en el rango de precios que va de los u$s30 millones a los u$s50 millones.

De paraíso a base de narcotraficantes y luego, nuevamente paraíso
Artistas de cine, miembros de la realeza y familias tradicionalmente ricas han navegado en las Exumas y pasado vacaciones en la isla principal, Gran Exuma, al menos desde los años ‘50.

Durante las décadas del ‘70 y ‘80, sin embargo, la reputación de la zona se vio manchada cuando los traficantes de droga utilizaron las islas como un punto de conexión clave para llevar cocaína desde América del Sur a EE.UU.

Cayo Norman fue alguna vez la base de operaciones del cofundador del cartel de Medellín Carlos Lehder, hasta que fue arrestado en 1987.

Con el tiempo, el gobierno de las Bahamas se estabilizó y el turismo comenzó a prosperar a fines de los años ‘90 con la construcción de enormes resorts en Nassau y Paradise Island.

Otro proyecto enorme (contará con un hotel y casino) llamado Baha Mar está siendo construido en Nassau a un costo de u$s3.400 millones.

Un lugar lleno de magia
Quizás el conjunto de islas más conocido sea el del mago David Copperfield, que tiene un resort de 283 hectáreas llamado Musha Cay que se extiende a lo largo de 11 islas.

El artista compró varias de estas propiedades hace algo más de cinco años por más de u$s50 millones y gastó otros u$s30 millones renovando y expandiendo el resort.

Hay cinco casas para huéspedes con playas privadas, un cine al aire libre y un personal de 30 empleados que incluye una masajista y un sommelier.

Los visitantes pueden alquilar toda la propiedad, que tiene 40 playas privadas y espacio para 24 personas, por una tarifa mínima de u$s37.500 por noche, incluyendo comidas y bebidas.

Penélope Cruz se casó allí. También lo hizo el cofundador de Google Sergey Brin.

Copperfield dice que en el lugar puede "crear magia en tres dimensiones". La estadía puede incluir una búsqueda del tesoro opcional e interactiva, en la cual los huéspedes ingresan en "una película viviente", en la que docenas de actores e ilusionistas representan a piratas, indicó WSJ.