Brenda Gandini: "No sigo las reglas que me imponen, hago lo que siento"

Fue la primera en llegar a la producción. Imagino que su bebé, Eloy, de siete meses (que tuvo con el actor Gonzalo Heredia), habrá oficiado de despertador. Está muy linda así, sin una gota de pintura, un jeans y una remera negra. Enseguida su equipo la transformará en una espléndida mujer, cada vez más hot y sexy a la hora de posar.

A Brenda Gandini le toca un gran momento profesional, porque ya comenzó a grabar La Dueña, el programa que traerá de regreso a la televisión a Mirtha Legrand, esta vez como actriz. Ella interpreta a una de sus nietas, una ambiciosa mujer dispuesta a todo. Un gran desafío que le llegó en este momento tan especial.

En una entrevista con la revista Tendencia, habla de todo: su carrera, su familia, su maternidad, su pareja. Pide dejar la nota para el final, para charlar tranquila con la periodista Graciela Cravino.

TENDENCIA: Qué momento especial, ¿no?
BRENDA GANDINI: -(Risas) ¡Qué momento que estoy viviendo!

-¿Es uno de los mejores?
-Sí, uno de los mejores. Viste que generalmente cuando se está solo, el centro de todo es uno mismo. Un hijo viene a equilibrar ese lado. Vos pasás a ser una parte de él; lo que más importa es su bienestar, lo demás ya no es tan importante. Estoy en el momento del enamoramiento.

Me cuesta decirle que no, soy como muy protectora, pero también estoy aprendiendo; es mi primera vez como mamá y estoy tratando de manejarme de la mejor manera. Pero sí, definidamente, es mi mejor momento.

-¿La vida te sorprendió?
-Sí, mucho. Encontrarme con Gonzalo de esta manera, no me lo esperaba.

-¿Fue amor a primera vista?
-Nosotros ya nos conocíamos desde que actuamos juntos en Chiquititas. También estuvimos un año en teatro, en La jaula de las locas, e hicimos de pareja. No nos conocimos en Malparida, como se dice.

-¿En aquellos tiempos ya lo habías mirado como hombre?
-Sí, pero era otro momento. Ambos teníamos pareja. Siempre nos llevamos muy bien en el trabajo. Claro que siempre me atrajo; Gonzalo es un hombre hermoso. Lo que pasa es que cuando estoy en pareja respeto a mi compañero.

-Entonces, ¿desde cuándo se conocen?
-Y... Chiquititas fue en 2006.

-¿Y en ese momento no hubo flechazo?
-Siempre me pareció un chico muy lindo, me atraía. Pero al volver a trabajar juntos en Malparida, lo que menos imaginé es que me iba a poner en pareja con Gonzalo. Además, yo estaba en ese momento especial...

-¿Por qué decís que era un momento especial?
-Llega un momento de la vida en el que querés otro tipo de acompañamiento, más allá de lo estético o de la piel. Buscaba un compañero de ruta y con Gonzalo al mes ya sentí que lo había encontrado. Fue algo que no me había pasado nunca. Por eso el amor no se elige; el amor te pasa, te sucede, es algo que no se puede explicar. Hay cosas que me pasan con él que no puedo explicar, que no las manejo, son sentimientos puros, algo que sólo me paso con Gonza. Con él fue un amor muy fuerte y hasta el día de hoy me sigue pasando. Ya van dos años de estar juntos y me sigue pasando lo mismo.

-Se encontraron y enseguida llegó Eloy...
-Pero como ya nos conocíamos, por lo menos en un aspecto, corríamos con esa ventaja. Nos tocó conocernos como pareja. Igual lo de los tiempos es relativo; yo lo que siento lo hago. No soy de seguir lo que te imponen. Me dejo guiar mucho por mis sentimientos. A veces eso me puede jugar en contra, pero hago todo porque me gusta y porque lo quiero hacer. Si uno piensa en las reglas establecidas que hay que cumplir, no termina viviendo su propia vida.

¿Cuánta gente conocés que se pasa ocho años de novios, no tienen hijos y se separan? Y apenas forman una nueva pareja, se embarazan... A los dos meses de estar juntos ya quería tener hijos con Gonzalo. Me pasó algo que nunca había vivido...

-¡Qué maravilloso es tener esa certeza!
-Sí y no me equivoqué. ¡Por suerte! (risas). Nos sorprendemos día a día...

-¿Cómo manejan la intimidad con tanta exposición?
-Estando juntos y hablando mucho. Los dos sabemos que trabajamos de esto y nos tenemos que bancar mutuamente, porque todo lo que hagamos es en pos de construir algo. Trabajamos para seguir adelante porque necesitamos el dinero. Los dos estamos en un momentode nuestras carreras y nuestras vidas en el que somos jóvenes y el ser padres nos dio otra energía para trabajar y aprovechar las oportunidades. También es importante crear nuestros momentos y los tenemos.

-¿Compartir la misma profesión ayuda?
-Creo que sí.

-¿Es cierto que no aceptaste trabajar con él en Lobo para no compartir más el mismo proyecto con tu pareja?
-No, ¡nada que ver! Todo el tiempo inventan cosas... A veces me da mucha bronca que de un párrafo te saquen otra cosa totalmente distinta. La verdad es que estoy afuera de todo, elijo no mirar nada de lo que sale de mí y concentrarme en mi trabajo. También trato de no mirar nada de lo que se diga de él. Confío en lo nuestro y en lo que yo hago y digo. Después, si quieren inventar, que inventen.

-¿Te costó acostumbrarte al asedio de los medios cuando se supo que estabas en pareja con el galán del momento?
-No. El tema de la prensa lo conozco desde chiquitita por mi mamá (la modelo y actriz Daniela Cardone). Siempre hice notas sólo por mi trabajo. Claro que, al estar con Gonzalo, salió a la luz la vida privada. Pero si prestás atención a mi pasado, pocas de mis parejas se conocieron. Ahora si salimos a pasear ya nos sacan una foto, pero es parte del juego. Por suerte siempre me trataron muy bien. Si alguien saliera a decir algo malo, lo llamaría para preguntarle qué le pasa; las cosas se hablan personalmente.

-¿Qué opinás de la TV de hoy y de cómo se maneja la vida privada de los famosos?
-Creo que buscan las vísceras de las personas. Además, es un momento en el que tanta red social confunde. Cualquiera tiene derecho a opinar de vos sin conocerte. Entonces elijo no leer; no me gusta. Por ahí es porque soy muy tranquila.

Vida nueva
-¿El bebé llegó demasiado rápido?
-Vino enseguida, ¡pero fue muy deseado! Un hijo te cambia la cabeza, la vida, te cambia todo... ¡es increíble! Pero hasta que no lo tenés, no sos conciente de eso. 

Mientras lo tenés en la panza, ya te pasan cosas. En el último mes de mi embarazo fue terrible. Yo ya quería parir, estaba de mal humor. Cuando me acostaba, él sacaba el codo o la mano y no podía dormir. 

-¿Pudiste dedicarle el primer tiempo a tu hijo o enseguida volviste a trabajar? (N. de la R. participó en la película "Mala" de Adrián Caetano)
-Me dediqué de lleno. Estuve ciento por ciento de mi tiempo con el bebé. Sólo grabé un unitario de un día. Después filmé durante una semana. Siempre me lo cuida mi suegra; eso es una tranquilidad. Pero nunca lo dejé más de dos o tres horas en el primer tiempo. También tuve que volver a hacer gimnasia para fortalecer todo.

-¿Te costó volver a tu peso?
-No mucho. Durante el embarazo comía todo el día; engordé 17 kilos. Igual, cuando parí perdí ocho, así que no había quedado tan gorda. Pero el cuerpo te cambia. Recién al año vuelve todo a la normalidad. Con el cuidado de mi cuerpo soy muy respetuosa, no voy a dejar de comer. Si no llego a estar flaca para una película, bueno, esto es lo que hay. Soy por naturaleza de comer muy sano y no pienso tanto en que tengo que hacer dieta.

-¿Ya piensan en tener otro hijo?
-Sí, me muero por tener una nena. La voy a volver loca vistiéndola. A mí me encantaría tener como cinco, ahora que me enamoré de los nenes. Cuando me preguntan qué sentí cuando fui mamá, les digo que es una sensación que no se puede describir. Lo tenés que vivir porque es más que amor, pasa a ser tu vida. Aparte me equilibra, me da fuerzas.

-¿Sos una madre que pone límites?
-Gonzalo intenta poner más límites. A mí me cuesta decirle que no; me mira y me empiezo a reír. Está empezando a conocerme. Me mira como diciendo: "¿Qué me decís? Si yo puedo hacer esto". Pero no somos padres chapados a la antigua, queremos darle una educación muy abierta. Buscamos criarlo con otra libertad. Me parece que es la época para criarlos de esa manera y queremos llevarlo con nosotros al trabajo para que se dé cuenta de lo que hacemos desde chiquito.

-Debés pensar mucho en cómo te educaron tus padres.
-Ahora los entiendo más. Pienso en todo lo que hago por él y que después seguramente todo desaparecerá... Es que es un hijo de la vida, por eso lo importante es marcarle desde un principio todos los valores que quiero transmitirle. Ahora entiendo por qué mis viejos me llaman todo el tiempo y quieren saber cómo estoy.

-Infaltable la pregunta: ¿cómo es Gonzalo como papá?
-Maravilloso, muy presente. Siempre lo digo: un hijo es un hijo de a dos y cada uno tiene su rol y depende de cada uno la relación que quiera establecer con su hijo. El chico va a amar a los dos, pero depende de cada uno el tipo de vínculo que va a tener.

-Pasaste rápidamente del modelaje a la actuación. ¿Fue una decisión conciente?
-No sé si fui muy conciente, en realidad. Digamos que empecé a actuar y me gustó. Enseguida empecé a formarme, estudie en la escuela de Raúl Serrano, con Helena Tritek, Julio Chávez, hice cursos de baile y canto... Creo que uno nunca tiene que dejar de formarse. Me gustaría, por ejemplo, hacer una comedia, salir de lo que hago. 

-¿Y este año ya tenías pensado volver a trabajar o el proyecto de hacer La dueña te tomó desprevenida?
-Pensaba, sí, pero hacer pocas cosas. Apenas parí me empezaron a hablar de este proyecto. Mi idea era primero estar bien emocional y físicamente. Al ser madre, una está con las emociones a flor de piel. Por eso me dije: "Tengo que hacer algo que me contrarreste esto, sino voy a terminar hecha una loca despotricando todo el día en casa". Son tres meses y me hace bien.

Lo que no hubiera hecho es meterme en una tira para grabar todo el año, todo el día. Quiero indagar más en otras cuestiones, como el cine.

-¿Cómo te preparás para encarar un nuevo trabajo?
-Tengo una coach que me ayuda con los personajes, para buscarles las características más acentuadas, mas allá de lo que proponen los autores en el libreto. Con ella hago un trabajo más personalizado y abordo personajes que nunca había hecho, como la loca, la borracha, personajes que rápidamente te pueden llevar al ridículo.

-Ponés gran responsabilidad y cuidado en tu carrera. ¿Llegaste al lugar que anhelabas?
-Estoy en un buen momento, pero me falta crecer un montón. La sensación es que que estoy parada sobre las dos primeras piedras de una montaña de 80 mil más que me faltan subir. Recién me estoy formando, pero siento que de a poco voy avanzando.

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