Las diez causas de la "crisis de los 40" en el matrimonio
Cada pareja es un mundo, pero muchas tienen algo en común: un momento de flaqueza cerca de la mediana edad. El Foro Español de la Familia analizó el hecho
23/04/2012 - 19:50hs
Cada matrimonio es un mundo. Cada uno vive sus momentos de alegría y también sus problemas. Pero muchos parecen tener en común un momento de crisis: los 40.
Tan famosa es la "crisis de los 40" que el Foro Español de la Familia decidió enumerar las principales causas de este momento que parece ser duro para más de un matrimonio.
Según cita el medio ABC, los motivos por los que la unión parece tambalear son:
- El dar por terminados los objetivos que ambos tenían en común cuando, en realidad, todavía les queda mucho por hacer conjuntamente.
- Perder "el norte" que les servía para educarse y fomentar las convicciones, las virtudes y valores humanos que les daban seguridad a la hora de actuar. "Desgraciadamente, muchos los han sustituido por actitudes materialistas, que los llevan a ver la vida bajo otros enfoques", apuntó el mencionado foro.
- Considerar que sus tareas familiares conllevan un exceso de responsabilidades, imposibles de sobrellevar, de manera que el matrimonio empieza a volverse una carga difícil.
- Los cambios físicos, biológicos, psicológicos, religiosos, económicos y sociales que se producen al llegar a esa edad hacen que algunos crean han disminuido o desaparecido las cosas importantes que la pareja tenía en común.
Así, aparecen malestares pasajeros o francas depresiones, con situaciones de crisis transitoria, cuya duración permite la elaboración de otros cambios más fuertes, que hacen para pasar a la siguiente etapa.
En general, estos cambios pueden tener un valor positivo, si la pareja consigue que les sirvan para un mutuo conocimiento, maduración y crecimiento, como personas y como matrimonio. - No estar preparados para sobrellevar el llamado síndrome del "nido vacío", que es cuando los hijos dejan la casa paterna para irse a vivir a otro lado, por motivos de estudio, trabajo, amigos o matrimonio.
En cuanto los hijos crecen lo suficiente como para ser más independientes, tienden a alejarse del hogar familiar, lo que origina que los padres se sientan solos.
Así, si en los primeros años del matrimonio existía la ilusión de la juventud y la esperanza de formar una familia, con el paso de los años y tras haber luchado por ella y por la vida, el hueco dejado por los hijos puede separar a la pareja.
Muchas veces, en el metrimonio la pareja ha perdido su carácter excitante, por la frenética actividad y las múltiples preocupaciones que conlleva una vida familiar en armonía y felicidad. - Que uno de los miembros de la pareja luche para seguir adelante con los planes que hicieron juntos y para cumplir los objetivos de vida en común, mientras que la otra persona se acomoda a quedarse atrás.
Es un caso frecuente cuando uno de ellos continúa estudiando, mientras trabaja en casa o en el exterior, y la otra persona no sigue formándose. - Cuando aparecen los aspectos psicológicos de desilusión, cansancio y desengaño y se reflejan en la crisis.
La desilusión puede ser con uno mismo, porque los proyectos juveniles, no se han realizado. El cansancio llega al ver que las responsabilidades aceptadas de familia, hijos, trabajo y obligaciones sociales piden un esfuerzo continuado y se hacen cada vez más pesadas, pues exigen mucha atención y muy constante, lo que origina múltiples sacrificios. En tanto, el desengaño se produce cuando se percibe que la pareja no quiere seguir luchando por conseguir los objetivos que se propusieron. - Los esposos, como cuando eran jóvenes, algunas veces buscan nuevas experiencias, muy atrevidas o de alto riego matrimonial, a fin de evitar la sensación de tiempo perdido o de aburrimiento. Así, coquetean con otras personas, incluso más jóvenes, sin tener en cuenta el grave riesgo de que pueda haber infidelidades.
- La práctica de deportes de alto riesgo, el exagerado cambio de imagen, o las grandes inversiones económicas, que normalmente uno no haría y simplemente lo hace por llamar la atención, como el comprar coches deportivos, descapotables y de colores chillones.
- Un cambio profundo en la vida económica, física o social de la pareja, o una situación social inestable o peligrosa. En este sentido, se destaca como motivo de crisis la modificación del carácter, motivado por la excesiva preocupación por la salud, la aparición de enfermedades imaginarias, una cierta pérdida de interés por el trabajo profesional, etc.
Pero también se cuenta en este punto cualquier otra situación externa que llegue sin tiempo para prevenirla, por ejemplo: ganar un premio de lotería, un accidente con graves consecuencias futuras, problemas de salud, de inmigración, de cárcel, de servicio militar, de inundaciones, etc.
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