El "cafecito" porteño, al mismo precio que en Europa o Nueva York

¿Qué tienen en común un "cafecito" en Buenos Aires, Nueva York o Europa? Básicamente, su precio.

Es que si bien el café es uno de los símbolos porteños (no cabe más que mencionar nombres como Tortoni, Richmond o London para comprobarlo), hoy en día se ha vuelto un pequeño lujo.

¿Carísimo?, se pregunta una nota de Clarín. "Por lo menos... bien cargado", responde. Y para justificar esta afirmación muestra un relevamiento de precios:

• En el tradicional Florida Garden, de Florida y Paraguay, el pocillo cuesta $11. 
• En el Tortoni, donde los fines de semana hay colas de turistas, se paga $12. 
• En la Paz, en Corrientes y Montevideo, cuna de encuentros en el siglo pasado y de debates filosóficos y políticos de horas, llega a $13. 
• En La Giralda, también en Corrientes, donde el punto fuerte de la carta es el chocolate con churros, un café cuesta $12. 
• Más gourmet, en Maru Botana está a $12.

Las cadenas también tienen precios similares:

• Havanna ofrece un café a $12,50 para acompañar cualquiera de sus exquisiteces.
• Bonafide lo tiene a $11, igual que Tienda de Café. 
• Starbucks, la gran franquicia que no para de crecer en la Ciudad ­donde tiene más de 30 locales e impuso entre jóvenes sub 30 la manera de tomar café para llevar (take away), cuesta $12.

Con estos precios, tomar un café en un bar porteño ya cuesta lo mismo que en París, Roma, Madrid o Lisboa.

Sucede que, en toda Europa el precio "estándar" ronda los 2 euros. Al cambio oficial actual son poco menos que $12, indicó la nota del matutino porteño.

Y añadió que, en Nueva York, la ciudad más cara de Estados Unidos según el último informe de la consultora Mercer sobre costo de vida, un espresso italiano cuesta 3 dólares.

Más caros
Si bien en torno a los $12 es el valor más generalizado, lo cierto es que también los hay más caros.

Afuera del shopping Alto Palermo, sentarse a la mesa de un barcito y pedir un cortado sale un poco más: entre $16 y $17.

El mismo precio que se paga en el Hilton de Puerto Madero. En tanto que en el Faena hay que desembolsar $25.

De todas maneras, no llega a ser el más caro del mundo: por ejemplo, en el Café de la Paix, el más famoso de París, hay que pagar 9 euros por cada pocillito.

Amplio margen de rentabilidad
Nicolás Artusi, sommelier de café, explica: "El café se encareció en los últimos meses, pero también es cierto que es uno de los ítems donde ganan los dueños: es 98% agua, el resto es ganancia, de un kilo salen cien cafés. Esa rentabilidad sirve para pagar gastos fijos".

"Lo que está pasando es que se redujo la ganancia en otros rubros y se aprovecha en este producto. Ya no hay más mercado donde aumentar la comida, entonces se encarece el café, que también se cobra como derecho de permanencia", indica el experto consultado por Clarín.

En tanto, Julio Elmer Blanco, gerente de la Cámara Argentina de Café, añade que esa entidad "no tiene entre sus objetivos establecer precios de venta de los productos" y que los valores dependen de las decisiones "de cada cafetero".

Es, en rigor, la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés de la Ciudad (que nuclea a 3.000 cafetines) la que tiene la respuesta. Luis María Peña, vicepresidente de la entidad, considera: "Por los costos que tenemos que afrontar, la inflación, y los impuestos de la Ciudad, para ser rentable el café debería estar cómo mínimo a $20, o el doble".

Según explica, hoy hay una baja en el consumo que disminuyó las ventas un 30%. "El café debería ser más caro si queremos ser equilibrados. Hoy los bares están pasando por una situación crítica por los impuestos que son exagerados, por los costos del café importado, por los salarios. Hay una creencia de que el café tiene costo mínimo para el bar, pero no es así porque hay que aplicarle todos esos gastos", concluye Peña en declaraciones al matutino porteño.

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