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Nueve argumentos infalibles que puede usar para conseguir que la empresa pague por un posgrado

Qué aconsejan los expertos para encarar la negociación de un beneficio de capacitación. Los temores de las compañías y motivos frecuentes de rechazo
27/05/2014 - 06:00hs
Nueve argumentos infalibles que puede usar para conseguir que la empresa pague por un posgrado

El beneficio del posgrado pago por el empleador está reservado en la Argentina para unos pocos "elegidos" a los que la compañía quiere promover o a quienes se los capacita como "aumento indirecto" del salario. 

En las grandes corporaciones, la asistencia financiera para estos casos suele ser parte de su cultura empresaria, y la cobertura que queda a su cargo es, en promedio, del 70% del valor total del programa.

"A los empleados se les pagan tres cosas: el sueldo fijo, bonos por resultados o desempeño, y en tercer lugar estos plus medibles financieramente. Las empresas en la Argentina, en general, esto no lo tienen incorporado y no saben lo valioso que es. Así corren el riesgo de que la gente se vaya a las que si lo contemplan", dijo al respecto Luis Pérez van Morlegan, profesor de Recursos Humanos en la Maestría en Administración (MBA) de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

Para este docente y ex vicedecano, es muy difícil que se pueda conseguir ese beneficio en firmas que no lo tienen como política, "salvo bajo amenaza, al estilo 'si no me lo pagás, me voy'". Porque el empleador no solamente debe prever el dinero para pagar un posgrado o maestría, sino también darle a esa persona, una vez recibida, un mejor cargo, salario y porvenir.

Sin embargo, esa potencial negativa no impide que muchos ejecutivos soliciten asistencia para mejorar su formación. Y no en pocos casos consiguen la excepción.

Motivos para no acceder al pedido siempre habrá de sobra: falta de dinero, inestabilidad económica que impide invertir a largo plazo, que el beneficiado deje de lado las obligaciones laborales para dedicar más tiempo al estudio, etc.

Un gran temor es que esa ayuda se convierta en caso testigo para que otros empleados soliciten la misma asistencia. "Muchas empresas más tradicionalistas y paternalistas se preocupan por temas como la equidad, y sienten que acompañar a un colaborador en su desarrollo es un compromiso a aplicar la misma ayuda para todos. Esto no ocurre en aquellas compañías donde la segmentación del talento es clara y donde hay planes para impulsar al personal a crecer", explicó Gonzalo Rossi, CEO de Whalecom, consultora especializada en desarrollo y procesos de cambio.

Por otra parte, en los casos de ejecutivos de alto potencial, el miedo a que éste encuentre una mejor oportunidad de empleo durante la cursada o a partir del networking generado por el intercambio con otros estudiantes, es lo que lleva a los jefes a rechazar los pedidos de capacitación.

"En las empresas pequeñas esto suele ser un temor real en parte porque no hay una segmentación que les permita gestionar un presupuesto justificado por el retorno de la inversión realizada en el empleado. Otras veces el desconocimiento de prácticas como acuerdos de permanencia relacionados con la financiación del posgrado les impide pensar cómo capturar parte de la mejora en el desempeño de la persona que elige hacer un posgrado", agregó al respecto Rossi.

En cualquier caso, no faltarán razones para rechazar el pedido cuando la compañía falle en percibir el beneficio que la iniciativa puede generarle. Pero quienes desean mejorar su desempeño o su empleabilidad a partir de su formación, no pueden dejar de solicitarla por ese motivo, aunque no consigan una respuesta afirmativa en el primer intento.

Sacar el tema
El pedido de financiamiento para un posgrado o maestría suele ser para los empleados algo tan complejo de encarar como un aumento de sueldo o un ascenso. No les es fácil dar el primer paso.

Un factor clave para iniciar la conversación al respecto es elegir el interlocutor adecuado, ya sea un jefe directo o un director de Recursos Humanos.

En segundo lugar, se vuelve fundamental ir "armado" con la decisión tomada respecto del programa que se quiere realizar y en dónde, y toda la información necesaria respecto de sus costos, el tiempo que se necesita para completarlo, si se va a solicitar algún tipo de beca, etc. En ese sentido, el postulante debe tener claro qué porcentaje de la matrícula puede cubrir por su cuenta si fuera necesario, para saber si será suficiente con la ayuda que brinde la empresa en caso de aceptar.

Asimismo, el postulante puede sumar distintos argumentos para reforzar la solicitud de este beneficio:

1.Valor para la compañía
El solicitante debe poder comunicar expresamente cuál será el beneficio que la empresa obtendrá al potenciar su desarrollo profesional. "Para eso tiene que ligar su función al resultado, demostrar lo que va generando incluso durante la cursada y no recién después de llegar al título. Si no sabe hacer eso, no puede tener un máster", consideró Pérez van Morlegan. Asimismo, si bien algunos expertos consideran que es mejor no correr el riesgo de sobrevenderse al prometer resultados a cambio de la capacitación, este docente y ex vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas piensa lo contrario: "Hablamos de un pedido de 50 mil pesos para arriba. Si no te sobrevendes, no te lo van a dar".

2.Un esfuerzo compartido
"Si una persona tiene buen desempeño, puede apalancar su pedido argumentando que es un esfuerzo para ambas partes: el colaborador pone su tiempo y compromiso para cursar ese posgrado o MBA y la empresa lo financia total o parcialmente", indicó el CEO de Whalecom.

3.Sueldo encubierto
No son pocas las ocasiones en las que la propuesta del potencial pago de un posgrado surge en medio de la discusión salarial. Muchas veces el propio empleador sugiere esta alternativa cuando no quiere aumentar el sueldo, lo que acarrea además modificaciones de haberes, cambios de categoría, etc. Pero según Pérez Van Morlegan, "no queda mal que el interesado en capacitarse lo proponga, y de hecho es bastante habitual".

4.Retorno de la inversión
Debe existir un compromiso de quedarse por lo menos dos años en la compañía luego de haber obtenido el título, a manera de contraprestación por el financiamiento recibido. "El interesado en profundizar su capacitación puede ofrecer un acuerdo de permanencia que le asegure a la empresa que podrá capitalizar parte del esfuerzo financiero, contando con que el colaborador volcará los conocimientos adquiridos a su gestión en el futuro, y así forjar un 'win-win'", afirmó el titular de Whalecom. Pérez van Morlegan agregó que en este tipo de convenios, también suele haber una cláusula para que el ejecutivo devuelva la inversión realizada en su formación si decide irse a otro trabajo antes del período acordado.

5.Especialización
Cuando el puesto de la persona requiere un alto nivel de especialización -sobre todo en carreas técnicas- la necesidad de actualización constante puede ser un argumento válido. Sin embargo, es cierto que el beneficio del posgrado pago "suele ser reservado para los casos de ingenieros industriales, licenciados en administración y abogados. Aunque es muy indicado para áreas comerciales, financieras y productivas", dijo al respecto Pérez van Morlegan.

6.Apoyarse en la experiencia
Este pedido suele ser más fácil de introducir cuando el jefe al cual se le solicita la asistencia ha pasado por la cursada de un posgrado o MBA y reconoce en ese aprendizaje cierto valor.

7.Benchmarking
El estudio, el contacto con los pares, representan una "oportunidad de acercar nuevas prácticas del benchmark natural que aporta el compartir un ámbito académico con profesionales de otras industrias", dijo Rossi.

8.Deducible
Las inversiones en capacitación pueden ser deducidas de impuestos, sin límites en el monto, aunque siempre con vinculación con la venta grabada. Es decir, para ello el programa de formación debe estar asociado a la actividad que realiza la empresa. No está demás investigar esa posibilidad antes de entrar en negociaciones, para proveer al interlocutor con datos certeros de cuánto de su inversión recuperará de esta forma.

9.Vínculos académicos
Muchas veces las compañías mantienen convenios de apoyo con distintas casas de estudio para luego quedarse con los graduados con mejores promedios. Es por ese motivo que Pérez van Morlegan recomienda "antes de encarar la negociación, investigar diversas universidades para ver cuál tiene más afinidad con la empresa en cuestión". En el caso de existir un convenio, "le da más plataforma a la solicitud", añadió.

Por último, además de argumentos para encarar esta compleja conversación, Rossi aconseja al postulante "ser transparente sobre sus expectativas de desarrollo profesional y de crecimiento dentro de la empresa".

"Solo hay que cuidar que esa solicitud no se sienta como una exigencia sino como un pedido genuino de apoyo al desarrollo profesional", sentenció.

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