• 17/12/2025
ALERTA

Isabelita: hoy triste y solitaria, a 40 años de su asunción como Presidenta

Se cumplen cuatro décadas de la llegada de María Estela Martínez de Perón al sillón presidencial. Está enferma y aseguran que ya firmó su testamento
01/07/2014 - 13:50hs
Isabelita: hoy triste y solitaria, a 40 años de su asunción como Presidenta

Los abogados y amigos de María Estela Martínez, viuda de Juan Perón, cuentan que "ya firmó su testamento" tras décadas de pleitos con los herederos del ex tres veces presidente y de Eva Duarte; que está "enferma" pero no quieren pronunciar la palabra Alzheimer; que perdió muchos de los bienes que le había legado el General y que vive de una pensión.

Lo que no cuentan es que Isabelita, quien cumplió 83 años el 4 de febrero, no se arrepintió de las 525 ejecuciones sumarias y desapariciones que registra la CONADEP antes del 24 de marzo de 1976, día en que se inició la noche trágica del país.

El diario español "ABC" señaló que la ex presidenta donará el 90% de su patrimonio a asociaciones benéficas, que les dará una "cantidad testimonial" a sus empleados y el resto será para sus sobrinas.

María Estela nació en La Rioja, donde su padre Carmelo Martínez, un empleado bancario que murió en 1938, había sido destinado.

Sin embargo, pasó su infancia en Buenos Aires, donde cursó la escuela primaria y estudió danzas en el Conservatorio del Teatro Cervantes. Apenas alcanzó la mayoría de edad, se distanció de su madre María Cartas y sus cinco hermanos, adoptó el seudónimo artístico de Isabel Gómez y comenzó a trabajar como bailarina en una compañía que recorrió América Latina.

En 1955, tres meses después del golpe de Estado, Isabel se relacionó en la ciudad panameña de Colón con un hombre de 60 años que había cambiado el destino de muchos argentinos y que cambiaría también el suyo: El general que la prensa de su país defenestraba como "El dictador depuesto".

El presentador televisivo Roberto Galán, a quien se le atribuye haber formado esa pareja, comentó que fue en verdad el mayor Omar Torrijos -entonces edecán de Juan Domingo Perón y futuro dictador de Panamá- quien le comunicó a "El General" que unas bailarinas del cabaret de Colón querían conocerlo.

Cuenta la leyenda que, entre todas las artistas, Perón "fichó" de inmediato a una joven de 24 años y hermosas piernas llamada Isabelita.

En marzo del año siguiente, la joven visitó las oficinas del ex presidente y se ofreció a trabajar como "secretaria personal". Desde ese momento, fue su compañera de exilio, no sólo en Panamá sino también en Venezuela, República Dominicana y España, donde se casaron en 1961, tal como relata La Gaceta Mercantíl.

Isabel tuvo su bautismo partidario en 1965, cuando visitó la Argentina como delegada del General para censurar a dirigentes que pretendían pactar con los militares un "Peronismo sin Perón", entre ellos el metalúrgico Augusto Vandor. Acaso haya sido ésa la primera vez que se codeó con la violencia política: El "Lobo" fue acribillado por un comando guerrillero cuatro años más tarde.

Durante ese viaje, conoció en casa de un amigo de Perón, el mayor Bernardo Alberte, a un ex policía que, al igual que ella, tenía apego por el espiritismo: José "El Brujo" López Rega.

Lopecito se ganó pronto la confianza de Isabel, para quien trabajó como custodio y secretario en España. Fue allí mismo, en Puerta de Hierro, donde se convirtió a instancias de ella en la mano derecha del "Viejo león herbívoro".

El resto es sabido: Perón regresó del exilio, arrasó en las primeras elecciones libres que tuvo el país desde 1952, murió con la Banda Presidencial puesta y lo sucedió su viuda, Isabel, siempre bajo la férrea tutela de López Rega, ya mentor dela Alianza Anticomunista Argentina.

Pudo haber sido recordada hoy como la primera mujer en regir un estado democrático en América. No obstante, hoy apenas es evocada como la presidenta que gobernó al amparo de una organización que ejecutaba a los argentinos que pensaban distinto y que le marcó el camino a la última dictadura militar.