Las cábalas más insólitas de los famosos para hacer fuerza por la Selección
Desde ver el partido en la más absoluta soledad hasta no verlo para no sufrir, desde usar exactamente la misma ropa que en los partidos anteriores hasta vestir a las mascotas con la camiseta celeste y blanca: estas son las cábalas que no fallaron y que hoy actores, actrices, vedettes y escritores sostendrán como un ritual.
"Mi cábala es no verlo", dice a Clarín Moria Casán. "Pero no mi amor, no es que no me importe sino que me da mucho sufrimiento: esa cosa de tensión que no quiero transmitirle a los jugadores que están tan angelados. El miércoles me encerré en la habitación mientras mi hija veía el partido en el living, así que iba guiándome por los gritos y los bocinazos. Para la final voy a hacer lo mismo: me encerraré a mirar E! Entertainment Television hasta que escuche los gritos".
"Me visto todo de Argentina: camiseta, buzo de la Selección, zapatos celestes y blancos, calzoncillos de Argentina y un pin que me regaló Messi", cuenta Marley al diario Clarín. "Y vienen los mismos amigos y los vemos siempre en mi casa: asado y cerveza sentados todos en el mismo lugar", sigue. Confiesa que putea Marley, que se pone muy nervioso, así que las cábalas funcionan como funciona un ritual para quien tiene un TOC: aferrarse a algo, repetirlo, calma la desesperación y baja la ansiedad.
"Mi cábala es besar la tele antes de cada partido y tirarle agua bendita a la camiseta después", dice la actriz Floppy Tesouro. Es que las cábalas son parte del pensamiento mágico y, por supuesto, no tienen reglas ni lógica: así, hay quienes ven en la camiseta azul que estrenará hoy la Argentina una nueva cábala para volver a ser campeones y hay quienes ven otra cosa: azul era la camiseta que usamos frente a Alemania cuando perdimos la final del 90.
"Durante el partido soy bastante tranquilo: me quedo callado, no hablo con nadie, pero la procesión va por dentro", jura Arturo Puig. "Vi todos los partidos sentado en el mismo sillón y ni loco me iría a ver la final a otro lado".
El actor Martín Seefeld, según el matutino, comparte algo de ese ritual: "Una hora de previa frente a la tele y siempre con la misma gente: cada uno tiene un lugar asignado y no se puede levantar. Hay chicos, sí, y si se mueven los ato".
Hay quienes se ponen tan nerviosos que necesitan silencio y soledad: "Viene toda la familia a casa pero yo lo veo solo, en el comedor", cuenta Carlitos Balá, a punto de cumplir 89 años. "Me pongo muy nervioso y no me gusta que me hablen, que den pronósticos, eso de que todos somos DT. Con la familia hablo sólo en los entretiempos y si hay penales me tapo la cara: me da mucha impresión".
La actriz Andrea Estévez, en cambio, tiene una cábala animal: "Verlo con mi perro Athos, los dos vestidos de Argentina". Nazarena Vélez tiene una con sus hijos: "Tengo que ver el partido con alguno de mis hijos en la cama y tomando una cerveza. La semifinal la vi con mi hijo Thiago en un hotel de Posadas, en la gira de Los locos Grimaldi".
Y Georgina Barbarrosa tiene una cábala de gimnasta: "ver el partido en la habitación con mi mamá y después correr al living a tirarme encima de mis hijos".