Empleados de Nac&Pop eran amenazados por sus jefes y obligados a vender mercadería vencida
Una de las empleadas del la cadena Nac&Pop, Karen Ibarra denunció este lunes las condiciones laborales en las que se encontraban los trabajadores del local ubicado en Avenida Rivadavia 1775.
En diálogo con radio Mitre y luego de que se diera a conocer "el default" de la cadena, detalló: "Ganábamos alrededor de $6.000, pero jamás vimos un sueldo entero, nos pagaban en vales. Si las condiciones no nos gustaban, nos teníamos que ir, nos decían".
Además explicó que eran "apretados" para quedarse después de hora pero que jamás recibieron una bonificación.
"Nos obligaban a quedarnos después de hora. 'Quedate, sino mañana no vengas', nos apretaban. Tampoco hacían aportes jubilatorios. Los recibo de sueldo eran truchísimos, todo en negro. Tampoco aportaba a la ART. Yo me abrí la cabeza con una tabla y me hicieron firmar un papel renunciando a la ART. Nunca denunciaron el siniestro a La Caja. Nadie me preguntó si necesitaba algo", puntualizó.
Y amplió: "Este local vende muchísimo. No entiendo porqué no nos pagan hace tanto tiempo. Se mueve muchísimo dinero. En este local se puede pagar a 10 personas tranquilamente y éramos seis. Además, se vende mercadería podrida. Nos obligaban a dar mercadería vencida y en mal estado. Nos obligaban a reutilizarla, sino se nos descontaba el sueldo".
Amplió además que cuando inspectores de la Ciudad realizaban controles bromatológicos, los obligaban a "esconder o tapa la mercadería en mal estado para que no fuera vista".
"Constantemente nos obligaban a vender salchichas en mal estado. Hay criaturas que vienen a comer acá. Es una cosa muy grave", dijo.
"El dueño es Alex Gordon. La persona visible igualmente era Julio Cesar Rosas Chevalier. Teníamos que hacer los depósitos a su nombre. El hermano de Gordon era uno de los encargados. Encargado de retarte o echarte", remarcó Karen.
La empleada además denunció que hubo empleados a quienes echaron de palabra "sin mandar telegrama de despido" y que "jamás cobraron indemnización".
"Dejaron gente en la calle, compañeros extranjeros. Se llegó al punto de que nos amenazaban tipo 'ojito con lo que hacés'. Parecía la colimba", comentó.
"Estamos en asamblea permanente por tiempo indefinido y exigimos la presencia de Gordon o Chevalier, que se vengan a presentar en persona y que aclaren la situación".
Jairo, otro trabajador de la cadena, denunció aprietes policiales en otros locales.
"Hace menos de un mes se presentaron una personas como los nuevos dueños, dijeron que eran policías de la brigada de bomberos de Palermo. Nos invitaron a quedarnos o irnos. Cuando fui a hablar, salieron cuatro de estos tipos y nos encerreraron y nos dijeron que la empresa había quebrado. Cuando les pedí la identificación, me dijeron que no era asunto mío y nos dijeron que si hablábamos nos iban a pegar un tiro a mí y a todos. La plata de los locales se la están llevando los policías, los nuevos dueños, pasan por los locales llevándose la recaudación. 'Al que hace quilombo, un tiro en la cabeza', nos amenazaron".
La toma del local de Congreso continuará hasta el momento en que los empleados consigan una respuesta favorable a sus reclamos.