Cuatro mitos sobre el deseo sexual femenino
El deseo sexual se puede definir como una ansiedad placentera de carácter erótico. Un estado anímico donde se acumula una gran diversidad de sensaciones agradables; sin embargo, ¿cómo es esta sensación en el caso de las mujeres?
Según Daniel Bergner, autor del libro "¿Qué quieren las mujeres? Aventuras en la ciencia del deseo", hay cuatro mitos que rodean esta área sexual que tanto misterio ha causado para muchos hombres y mujeres, tal como publica Women´s Health.
Mito 1: A las mujeres no les gusta iniciar el encuentro sexual. El estereotipo de que los hombres suelen ser los iniciadores sexuales puede no ser totalmente exacto. Bergner encontró que el sexo femenino es sexualmente más agresivo que el masculino, y que este estereotipo puede ser simplemente el resultado de nuestra cultura. Que puede tener mucho que ver con el hecho de que estamos más receptivos a la iniciación sexual masculina.
Mito 2. Sólo las hormonas alimentan el deseo sexual femenino. La mayoría sabe que las hormonas afectan la libido, pero hay mucho más en el deseo sexual, que la testosterona y el estrógeno. Ejemplo de ello es la dopamina y la serotonina (neurotransmisores en el cerebro que participan en el sistema de recompensa y en el estado de ánimo, respectivamente), también existe la noradrenalina (una hormona similar a la adrenalina que está involucrado en la excitación).
Mito 3. La monogamia es más fácil para las mujeres. Un estudio realizado por Meredith Chivers, profesor asistente en la Universidad de Queens en Canadá, sugiere que la libido femenina es mucho más compleja de lo que se piensa. Cuando se trata de sexo, la monogamia puede ser al menos tan problemático para las mujeres como para los hombres, tal un poco más.
Mito 4. Necesitan de una conexión emocional para practicar el sexo. Bergner indica que a través de un estudio donde un grupo de participantes, hombres y mujeres, se les propuso escenarios y situaciones hipotéticas sexuales. El mismo porcentaje eligió tener un encuentro sin la necesidad de que existiera un lazo afectivo.
La intimidad emocional es un gran predecesor del sexo, pero no se puede hacer la generalización de que es un requisito para todas las mujeres.
El deseo sexual se expresa de diferente manera, no entre hombres y mujeres, sino en cada persona. La única forma de descubrirlo es explorando, confiando y respetando, finaliza el autor.