El peronismo perdió a uno de sus grandes emblemas: falleció Antonio Cafiero
El histórico dirigente peronista Antonio Cafiero murió este lunes a los 92 años en el sanatorio Las Lomas de la ciudad bonaerense de San Isidro, donde permanecía internado desde el 29 de septiembre último por un cuadro de neumonía.
El ex ministro de Economía falleció a las 5.30 horas en el establecimiento sanitario situado en Diego Carman 554, informaron a DyN sus allegados.
Cafiero atravesó la historia del peronismo en todas sus etapas y se convirtió en el dirigente justicialista con más camino recorrido: fue diputado, senador, gobernador, embajador, candidato presidencial, fue perseguido y estuvo preso, se lo vio en el poder y en la oposición.
Con una familia compuesta por diez hijos unos cuarenta nietos y biznietos, padre de los también políticos Mario Cafiero y Juan Pablo Cafiero, inmortalizó la frase "no me gorilee", cuando un periodista lo consultó sobre los incidentes en el traslado de los restos de Perón a San Vicente, y hacía tiempo que no se lo veía en actos públicos, informó NA.
Comenzaría a militar en el justicialismo desde la marcha del 17 de octubre de 1945, que dio origen al "Día de la Lealtad", aunque no obtendría un cargo de alto rango dentro del partido hasta 1962, cuando fue nombrado secretario político del Consejo Supervisor y luego coordinador del Movimiento Nacional Justicialista, en épocas donde el peronismo se encontraba con su líder a varios kilómetros de distancia.
Obtuvo cargos públicos desde el primer gobierno de Perón, cuando, siendo muy joven, entre 1948 y 1951, fue designado como consejero financiero en la Embajada argentina en Washington, para luego quedar al frente de la Cancillería hasta el Golpe de 1955, cuando fue privado de su libertad durante un año.
A partir de entonces y hasta 1973 militó activamente en la "resistencia peronista" e, incluso, visitó en varias oportunidades a Perón en su exilio hasta su regreso a la Argentina.
En 1973 fue nombrado Presidente de la Caja Nacional de Ahorro y Seguro; fue más tarde secretario de Comercio de la Nación, interventor federal de Mendoza entre agosto de 1974 y mayo de 1975, ministro de Economía de la Nación (1975-1976) y finalmente embajador ante la Santa Sede en 1976, cargo al que debió renunciar otra vez debido al Golpe militar, que volvió a privarlo de su libertad.
En 1983, con la restauración democrática, Cafiero lideró el Movimiento Unidad, Solidaridad y Organización (MUSO); fue precandidato presidencial y en la Provincia de Buenos Aires su sector fue derrotado por Herminio Iglesias.
Después de la derrota del PJ en 1983, fundó junto a otros dirigentes del peronismo, la "Renovación Peronista" y en las elecciones legislativas de 1985 encabezó la lista de Diputados Nacionales por Buenos Aires por el Frente Renovador Justicialista, por la que resultaría electo.
En 1987 sería elegido gobernador bonaerense, un triunfo que fue un hito para el partido en tiempos en que la Presidencia era ocupada por el radical Raúl Alfonsín, y también fue electo presidente del Consejo Nacional del PJ.
Un año después fue precandidato a Presidente por el PJ en una fórmula con José Manuel de La Sota, aunque en las internas resultó derrotada por la de Carlos Menem y Eduardo Duhalde: ocupó entonces la Presidencia del Consejo Provincial del PJ bonaerense y también nacional hasta su designación como embajador en Chile, cargo que desempeñó hasta 1993, cuando asumió una banca en el Senado Nacional hasta 2001.
Durante el breve gobierno de Eduardo Camaño fue designado jefe de Gabinete, aunque el 2 de enero de 2002 volvió a ejercer como senador, cargo que desempeñara hasta diciembre de 2005, cuando asumió la Presidencia de la Conferencia Permanente de los Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal).
El 2 de abril de 2009, en ocasión del sepelio del ex presidente Alfonsín, su adversario político durante los años 80, pronunció un discurso donde afirmó: "Yo tuve dos maestros en la vida, que me enseñaron todo lo que sé o mal sé. Uno se llamó Juan Domingo Perón, el otro Raúl Alfonsín".
Cafiero también estuvo en octubre de 2010 en la despedida del ex presidente Néstor Kirchner, a quien recordó entonces como un "amigo": "El paso de él por la vida argentina no ha sido en vano. Es un hombre que ha dejado sus huellas imborrables en la historia argentina. Nos ha dado un ejemplo de lo que debe ser el político que es fiel a sus convicciones", sostuvo.
Se despide uno de los principales símbolos del PJ, que vio morir a Perón y Evita, a quienes acompañó hasta el final: será ahora homenajeado por sus compañeros de todos los peronismos posibles y también de otras fuerzas que reconocen su trayectoria no sólo como estadista sino, especialmente, como hombre de la democracia.
Boca y el boxeo
Pocos saben que era contador público, recibido en la Universidad de Buenos Aires en 1944, y doctor en Ciencias Económicas, con título obtenido en 1948.
Cafiero era veraneante frecuente del balneario de Pinamar, escenario de lanzamientos de candidaturas, y de varios encuentros políticos, informó Télam.
Fanático de Boca Juniors, hasta su muerte discutió a quien quisiera escucharlo que el General Perón era hincha de Boca y no de Racing, y que incluso también lo era Evita. Nadie podía desmentirlo cuando afirmaba que ni Perón ni Evita confesaban su sentimiento hacia la azul y oro porque no querían tomar partido.
Su gusto por el fútbol lo llevó a la Bombonera habitualmente, en sus años más jóvenes, a la tribuna, y luego al palco, pero también a la canchita donde cada sábado al mediodía durante 32 años se lo vio jugar de mediocampista, "con llegada al arco", como a él le gustaba definirse.
A Cafiero también le gustaba el boxeo, en especial el fallecido Carlos Monzón, a quien consideraba "el boxeador más completo" que vio pelear. Según decía en una entrevista en El Gráfico del 3 de febrero de 1987, el santafesino tenía "técnica" y "golpe".
Entre sus hábitos estaba fumarse cinco puros por día, entre sus últimas tareas pendientes estaba escribir un libro sobre sus memorias, y así lo hizo en 2011 con "Militancia sin tiempo" (Mi vida en el peronismo), que tiene dos prólogos, uno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otro del historiador Pacho O'Donnell.
Aggiornado a las últimas tendencias, Cafiero incluso creó un blog con ayuda de sus nietos en el que exponía sus comentarios y recomendaba notas periodísticas de interés. Siempre se confesó muy católico y practicante, y por eso cada vez que podía iba a misa y comulgaba, según él mismo contó en alguna de las tantas entrevistas que concedió.
Antonio Cafiero visitó en su exilio a Perón en varias oportunidades hasta su regreso a la Argentina, convirtiéndose en uno de los pocos dirigentes que todavía pueden contar que estuvieron con Perón.
Hace poco, en una de sus últimas salidas, visitó el Instituto Juan Domingo Perón, que preside Lorenzo Pepe y donde funciona un bar temático sobre el General.
Según contó Pepe a Télam, apenas entró Cafiero y vio a Perón sentado en una mesa tomando un café, obra del escultor Fernando Pugliese, le dijo: "Por fin lo encuentro General, que ganas tenía de verlo".