Carrió se fue de UNEN: una vez más la oposición es la gran aliada de Cristina
Fiel a su estilo, Elisa Carrió prendió el ventilador y apuntó contra todo el arco opositor, sus socios en el Frente Amplio UNEN y hasta contra Mauricio Macri, con quien viene coqueteando para formar una alianza en las elecciones de 2015. Una estrategia que la pone en el centro de la pelea política y en los titulares de todos los medios, pero que es funcional al gobierno de Cristina Kirchner.
Lilita salió este miércoles a mostrar su enojo tras la cumbre del radicalismo donde la UCR decidió fortalecer UNEN y poner en el freezer un posible acuerdo con el PRO.
"Me retiro de UNEN nacional y peleo por la Capital con Lousteau-Sánchez. No voy por la Nación", dijo la chaqueña esta mañana en declaraciones a Radio Mitre y Vorterix. De inmediato, señaló: "No descarto una interna con Macri", con lo que se mostraría lejana a la competencia por la candidatura presidencial del Frente Amplio-UNEN.
"Está bien que la UCR haga lo que le parece, que vayan hasta donde les va. Pero yo no me suicido", aseveró y fiel a su estilo, afirmó: "Están todos contentos. Ellos liberados de mí y yo liberada de ellos".
"No quiero participar de la fragmentación de la Nación, para no ir a la República y ser funcional al kirchnerismo, sobre todo a (Daniel) Scioli", dijo sin darse cuenta de que cada estallido dentro de las alianzas opositoras fortalecen justamente al Gobierno.
"Yo servil al kirchnerismo no fui nunca. Nunca me pudieron trampear en una votación. La semana pasada el socialismo y el radicalismo le dieron la ley Milani, porque si se levantaban de la banca no tenían quórum", continuó la funcionaria.
"Hay diputados radicales que reciben plata de Scioli", lanzó. "Él paga esto en la Cámara de Diputados de la provincia", aseguró y criticó: "Muchos de lo que se dicen progresistas cobran de Scioli".
Y descargó contra sus ahora ex aliados de manera individual. "Nito Artaza fue puesto por (el ministro de Planificación, Julio) De Vido en Corrientes para que pierda (Ricardo) Colombi. De hecho, se perdió la capital de Corrientes por la candidatura de Artaza", dijo.
"Hoy lo que está haciendo el radicalismo y el socialismo es seguir jugando para Cristina. Como jugaron en los mandatos y como llenaron de narcos Santa Fe", dijo en alusión a los casos de tráficos de drogas que hoy se multiplican en la provincia del litoral. "(Hermes) Binner tiene que explicar el narcotráfico en Santa Fe. No se puede hacer el gobernador maravilloso", concluyó.
Luego fue por la cabeza de Julio Cobos. "Fue el vicepresidente de Cristina y yo no sé si está apretado por la efedrina", sostuvo y aseguró que fue financiado por el narcotráfico durante la campaña de 2007.
Finalmente, Carrió apuntó contra quien fue su compañero de fórmula en las primarias legislativas de 2013. "(Fernando) 'Pino' Solanas vino acá diciendo que hacía cualquier cosa para ser senador. Me vino a buscar acá porque sino no era senador. Todos los progres falsos que tienen problemas ideológicos en realidad, lo único que quieren es cargo por cuatro años y sueldo", indicó enojada en una entrevista a TN.
"¿Cuántos votos tiene Pino? Nada. ¿Qué va a gobernar, para el fracking?", cuestionó de manera burlona el caudal electoral del líder de Proyecto Sur, conocido públicamente por su lucha contra el método de explotación de hidrocarburos y de minería que hay en las provincias cordilleranas.
"Veré el año que viene qué es lo que decide el partido y veré lo que hago yo. Si hay un frente que pueda disputarle mano a mano el poder al oficialismo, yo voy a estar. Pero no cuenten conmigo para estas experiencias menores de gente menor", dijo duramente.
"Cuando no hay conducción es muy difícil todo. Quiero liberarlos a ellos. Yo mido un año y ellos miden hoy. Mi causa es nacional. Si ellos revierten su posición, yo lo pensaré", afirmó sobre sus compañeros de espacio, y luego aclaró: "No estoy enojada, al contrario. Me liberé de una mochila, porque es imposible trabajar con mediocres".
Al ser consultada por el Frente Renovador, respondió que "se está cayendo decisivamente y es oficialismo después. Y está el narcotráfico de por medio, hay seis investigaciones". Y aprovechó para pedir que le hagan una rinoscopía (examen de la nariz) a Sergio Massa.
Respecto de la potencial alianza con el PRO de Mauricio Macri, que desde hace meses impulsa la diputada, explicó: "No hay otra alternativa, esto significaba el 50% del electorado del país. Esto hacía crecer a UNEN con una fórmula y hacía crecer a Macri".
Pero pese a sus deseos de aliarse con el PRO, también apuntó con un tiro por elevación. "Todos recibieron plata de Franco Macri, menos yo", dijo en alusión al padre del jefe de gobierno porteño que hoy está un poco alejado ideológicamente de su hijo.
Ante la negativa de UNEN a realizar dicha asociación, la senadora confesó haber "perdido interés" en participar de la mesa chica de ese espacio político.
Dolor y sorpresa de los aliados de Carrió
Las palabras de Carrió cayeron como un baldazo de agua fría entre los dirigentes con quien comparte el frente electoral desde 2013. Es que todos se enteraron del portazo de Lilita por los medios. Nunca hubo una discusión puertas abiertas que aligerara el escándalo.
El líder de Proyecto Sur, Fernando "Pino" Solanas, quedó "estupefacto".
"No sé qué decirle. Me está dando unos sacudones terribles, me está despertando", señaló Solanas al ser entrevistado por radio La Red sobre la deserción de Carrió.
"Me sorprende un poco porque ella fue fundadora de este espacio", prosiguió, y dijo que, si bien la respeta "por su coraje", se expresó en contra de que los miembros de UNEN se manifiesten "cada uno tirando por su lado y lanzando propuestas que desconciertan", como aliarse al macrismo o al massismo de cara a las elecciones del año próximo.
Consultado sobre si la partida de Carrió le hacía bien a UNEN, Solanas respondió: "Por supuesto que no".
Sin embargo recalcó que la salida de Lilita "no quiere decir que UNEN esté muerto".
El diputado advirtió, en ese sentido: "No tengo cara para salir a la calle a decir que hay que aliarse con quien enfrentamos en dos elecciones".
"Nacimos como un cuatro de copas, nadie daba nada. En dos meses y medio y sin recursos, le ganamos al PRO por casi dos puntos de ventaja en las primarias. Se equivoca el que cree que los acuerdos de dirigentes trasladan automáticamente al ciudadano como si fuera ganado. No existe eso", agregó.
Mientras Solanas no salía de su asombro, el diputado y precandidato presidencial de UNEN, Julio Cobos, dijo que está "dolido" por las declaraciones de Carrió y le reclamó que no sea una mala perdedora y aseguró que su portazo del Frente Amplio UNEN se dio porque la UCR no tomó "la decisión que ella quería".
El ex vicepresidente defendió así la estrategia del radicalismo de cerrarle la puerta a una alianza nacional con el PRO y el Frente Renovador.
Además, rechazó imputaciones de Lilita, quien lo vinculó con dinero "de la efederina" que, según señaló, habría financiado la campaña en la que acompañó a la presidenta Cristina Kirchner como candidato a vicepresidente.
"Si dijo eso es un total disparate", se quejó.
Una voz a favor de Lilita
Uno de los pocos que salieron a apoyar a Carrió fue el senador del peronismo opositor Luis Juez, quien con su Alianza Frente Cívico también pertenece a UNEN.
Advirtió que UNEN no es una "alternativa electoral para suceder al gobierno del kirchnerismo".
En declaraciones a radio América, coincidió con la líder de la Coalición Cívica en que el frente debe ampliar sus alianzas: "No animarse a discutir dentro de UNEN la incorporación del PRO para revitalizar el debate es absolutamente funcional al oficialismo".
"Si queremos ser una opción en la Argentina necesitamos juntar un espacio mucho más amplio", añadió el legislador.
Juez aseguró que para estar dispuesto a construir un espacio político alternativo es necesario admitir a personas con las que se pudo haber tenido diferencias, dificultades o contradicciones.
"A mí la gente no me para en la calle para discutir ideología, me para para decirme que hago para cambiarle la vida, se me ocurre que no le puedo cambiar la vida si no tengo el poder, y creo que en UNEN no estamos disputado el poder", agregó.
Consultado sobre la posibilidad de alejamiento de la fuerza UNEN, Juez aseguró no tener tomada la decisión y no sentirse comprometido con la postura de Carrió, pero señaló que tomará la decisión cuando el tema sea analizado junto a sus pares del Frente Amplio Progresista.
"Soy independiente, tengo autonomía, no llegue donde estoy arrodillándome con ninguno, tomaremos la decisión que tengamos que tomar en su momento", expresó.
La oposición se pelea y el "relato" gana oxígeno
A pesar de todos los problemas de la economía, de los errores y contradicciones de Cristina Kirchner, de las acusaciones de corrupción y del desgaste natural tras muchos años en el poder, todavía el kirchnerismo sigue dando batalla.
A punto tal que ningún político se anima a decir que echará por tierra varias de las iniciativas económicas y sociales, incluso considerando que muchas de ellas han sido objeto de fuertes críticas.
De hecho, bastó con que la oposición insinuara que daría marcha atrás con algunas de las reformas recientes impulsadas por la Presidenta para que el Gobierno recuperase fuerza política y autoestima, justo cuando atravesaba uno de sus peores momentos.
Tras la evidencia de las dificultades para resolver la falta de dólares, la inflación, los cortes de luz, la suba del desempleo, la pérdida del poder de compra del salario y los conflictos sociales, parecía difícil que la situación pudiera ser remontable políticamente.
Todo el arco opositor percibía que el kirchnerismo se encontraba en un estado de debilidad. A tal punto que, meses atrás, no eran pocos los que ponían en duda que pudiera llegar a completar el año de mandato.
Pero Cristina cuenta con un gran aliado para sus momentos de debilidad: la propia oposición, que le "tira centros para que ella los cabecee".
Como afirma el analista Jorge Asís, "el peor de los productos del cristinismo es el anticristinismo ciego. Es tan peligroso y equivocado como el cristinismo negacionista. El que no asimila la mínima crítica y contraataca con descalificaciones globales".
Lo cierto es que las peleas del arco opositor le dan aun más oxígeno al relato.
Por otro lado, el legado del kirchnerismo -que hasta hace pocos tiempo era visto como un lastre- ahora hasta es considerado como un capital político.
1. Caso Scioli
Un primer síntoma en este sentido es el cambio de actitud del gobernador, que descubrió que es más redituable, como estrategia electoral, enfatizar su perfil "continuista" en vez de resaltar su perfil "moderado".
"Asume que el contexto de 'estamos mal pero podríamos estar mucho peor' es el argumento ideal y al que apela para alentar un voto a la vez conservador y populista", afirma Marcos Novaro, director del Centro de Investigaciones Políticas.
En otras palabras, apunta a "recrear una mayoría peronista inclinada más a la continuidad que al cambio, que él está en condiciones inmejorables para representar".
Pero, sobre todo, si hay algo que hoy en día prueba que ser anti-kirchnerista "no garpa" políticamente es la propia reacción de los opositores.
2. Caso Macri
Es elocuente el caso de Mauricio Macri, quien hasta hace poco declaraba su predisposición a revertir la estatización del sistema jubilatorio y ahora afirma no tener intenciones de volver a un régimen de capitalización privada, como el vigente en la época de las AFJP.
También se expresó a favor de la continuidad de YPF como empresa de propiedad estatal, lo cual implica un flanco para ser atacado por el oficialismo: en el debate parlamentario -que cambió el estatus de la petrolera- la bancada del PRO había rechazado la expropiación a Repsol.
Además, Macri tuvo que salir a aclarar expresamente que, en caso de llegar a la presidencia, no recortará los pagos que reciben los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo.
"El que tenga un plan social lo va a seguir teniendo, no tengan miedo", aseguró.
3. Caso Massa
También el otro opositor bien posicionado, Sergio Massa, se vio obligado a formular aclaraciones en el mismo tenor de las de Macri.
Una situación que seguramente le recordó las recomendaciones de sus asesores, en el sentido de que su fortaleza no pasa por sobreactuar su perfil opositor.
A fin de cuentas, como suelen recordar los encuestadores, en las elecciones legislativas de 2013 que lo catapultaron a su estatus de candidato presidencial, muchos de quienes lo votaron creían que él seguía aliado con el kirchnerismo.
Massa también quedó expuesto a críticas. Como la del senador Aníbal Fernández, quien afirmó: "Solo un advenedizo con marcadas limitaciones culturales, profesionales y políticas puede sostener que la Asignación Universal por Hijo es ‘un decreto que se actualiza según el funcionario de turno'".
Corriendo por izquierda
La vigencia del lema "corregir lo malo pero sin destruir lo que está bien hecho", que ahora abrazan la mayoría de los opositores, parece corroborada por las encuestas.
De las mismas se desprende que la opinión pública rechaza un cambio radical en la política económica, si bien da muestras de preocupación por la inflación y pérdida del salario.
Es sobre esta constatación que el oficialismo basa su nueva estrategia de afirmar que hay cambios "irreversibles".
Pero si hay algo destacable en este momento político es la demostración, una vez más, de la habilidad de Cristina Kirchner para transformar sus debilidades en virtudes y refrescar su "relato".
"La Presidenta corrió otra vez por izquierda a la oposición y con éxito. Porque ahora salen a decir que mantendrán todo, que nadie va a reducir el Estado. Pero ninguno dice qué va a pasar con la emergencia económica o con la ley de abastecimiento", observa el analista Guillermo Kohan.
Lo cierto es que, merced a esta nueva polémica, el kirchnerismo ha logrado correr el foco de la discusión que quería plantear la oposición.
En efecto, en vez de debatir sobre las causas de la inflación o sobre las leyes más controversiales -como la antiterrorista o como la posibilidad de pesificar contratos prevista en el nuevo Código Civil-, el Gobierno ha logrado llevar la discusión a la antinomia "estatismo versus privatismo".
Es un terreno ideal para el kirchnerismo, que siempre ha contado con fuerte respaldo en este tipo de medidas -la re-estatización de YPF recibió en su momento un 85% de aprobación-.
Pese al desgaste, la agenda la marca el kirchernismo
Los analistas políticos hacen referencia no sólo la habilidad discursiva de la Presidenta sino también a cierta falta de reflejos de la oposición.
A fin de cuentas, el "relato" sigue ofreciendo muchos flancos débiles que los opositores no explotan.
La lista de contradicciones K es larga, pero nada parece hacer mella en un "relato" que demuestra una asombrosa capacidad de adaptación y supervivencia.
"La Presidenta está reteniendo mucha más capacidad de iniciativa de lo que se pensaba, teniendo en cuenta la derrota en las elecciones del año pasado y sobre todo el hecho de que no hay reelección", afirma el analista Sergio Berensztein.
El politólogo indica que "está aprovechando los recursos del Ejecutivo, que son muy importantes y significativos, para mantener el control de la agenda y la iniciativa política".
Ejemplo de ello, indica Berensztein, es que semanalmente la mandataria "logra sanciones de leyes muy controversiales en el Congreso prácticamente sin discusión".
"Todos los dirigentes políticos con proyección están trabajando muchísimo para tener competitividad el año próximo, pero el debate del día a día sigue siendo dominado por Cristina", concluye.
Lo cierto es que encontró la forma de replantear el argumento preferido por todos los presidentes: si gana la oposición, viene el desastre.