Flor de la V se tuvo que mudar y lucha por no quedar en bancarrota

Florencia de la V está pasando por un mal momento. Ya les contamos el escándalo del que la acusa Oriana Junco, pero eso es anecdótico al lado del drama económico que vive la capocómica.

La tarjeta American Express le reclama más de $200.000 y tuvo que mudarse para achicar gastos. Se fue con su familia del lujoso piso en el que vivía en Austria y Libertador a otro un poco más chico ubicado Coronel Díaz y Libertador.

El problema financiero de la capocómica se remonta a 2009 cuando protagonizó en Carlos Paz "La fiesta está en el lago", dirigida por Gerardo Sofovich. En ese entonces, Gonzalo Fariña era gerente en la empresa de Sofovich. Gustavo Vergara y Sandra Bocutti, los contadores.

Cuando terminó la temporada, Flor le propuso a Gerardo ser productora asociada, pero él se negó y la liberó del contrato. La decisión fue extraña y ninguno de los dos habló nunca sobre el tema. "Intuyo que el factor decisivo fue Fariña. Sospecho que él le llenó la cabeza a Sofovich diciéndole que Flor no era más negocio y que tenía que dejarla libre porque se estaba agrandando", le dijo una fuente cercana a Pronto.

Con Florencia liberada, Fariña renunció a la empresa de Sofovich y armó la propia con la actriz. Los contadores mencionados antes se sumaron a ellos.

Y vivieron dos grandes años, 2010 y 2011, cuando hicieron´éxitos en Carlos Paz. En 2012 se animaron a comprar el teatro Melos.

Todo anduvo bien hasta el año siguiente, cuando salió a escena la obra "Cirugía para dos", que fue un fracaso. Y ahí arrancaron los problemas.

"Cuando te va bien, genial. Pero cuando no, se empiezan a buscar culpables y a echarse en caras ciertas cuestiones. Y Pablo, el marido de Florencia, empezó a notar movimientos raros en las liquidaciones. Cuando te entra medio palo verde por verano, no te fijás si en vez de u$s500.000 te tenían que entrar u$s700.000. Pero cuando no te va como esperás, empezás a prestar atención y notás que no todo está tan claro", reveló la fuente.

En 2014, Florencia se tomó vacaciones y el teatro Melos se alquiló. Cuando volvió, recibió una carta documento de su socio por incumplimiento de contrato. Flor empezó a investigar y descubrió irregularidades, como que la productora no había pagado ingresos brutos a la AFIP. "Notó que todo era un desastre, contrató abogados y empezó a perder mucho dinero", dijo la fuente a Pronto.

Flor detectó que no había recibido nada de los $2 millones que se recaudaron por el alquiler del teatro. "Ella siempre fue muy confiada y la estafaron", agregó la fuente.

Por todo esto, Flor tuvo que empezar a reducir gastos. Una amiga suya le reveló a la revista Pronto que ella gastaba mucho.

"Era capaz de gastar u$s15.000 en un shopping en una tarde. Y esos niveles de vida los tenés que mantener. Un día, en el Alvear, se compró una vela por 1.000 pesos".