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Macri va en busca de la foto con el Papa Francisco para completar la imagen de su realineamiento internacional

Macri va en busca de la foto con el Papa Francisco para completar la imagen de su realineamiento internacional
26/02/2016 - 08:57hs
Macri va en busca de la foto con el Papa Francisco para completar la imagen de su realineamiento internacional

Mauricio Macri viajó a Roma para reunirse finalmente con el Papa Francisco y coronar así una cargada agenda internacional, que comenzó a fines del mes pasado cuando el Presidente voló al Foro Económico de Davos, en Suiza, y se volvió la sensación de los medios internacionales.

Tras una serie de desencuentros, Macri logró un acercamiento con el líder de la Iglesia Católica al llamarlo por su cumpleaños, el pasado 17 de diciembre.

La reunión con el Sumo Pontífice busca poner un punto final a las susceptibilidades que se generaron en los últimos meses respecto a la relación tirante del otrora azorbispo y el ex jefe de Gobierno porteño. Macri concurre al Vaticano, en compañía de su mujer, Juliana Awada, y su hija, Antonia.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña; la canciller Susana Malcorra; el secretario de Culto, Santiago de Estrada; y el secretario Planeamiento Estratégico, Fulvio Pompeo, son parte de la comitiva oficial.

La esperada audiencia tendrá lugar muy temprano este sábado en la Biblioteca del Palacio Apostólico de la Santa Sede, donde revisarán las relaciones entre ambos Estados y otros asuntos de interés común.

En las horas previas al encuentro, la salud del Sumo Pontífice, que canceló su agenda por un estado febril, llamó la atención de los más suspicaces.

Sin embargo, en la Casa Rosada apuestan a que el encuentro se dé en un ámbito de cordialidad y que la foto del mandatario argentino con su compatriota papal de la vuelta al mundo.

Como figura de peso internacional, Francisco está a la altura de otros líderes políticos con los que Macri ha buscado afianzar el vínculo en los últimos meses: el premier italiano, Matteo Renzi, el primer ministro francés, Francois Hollande, que visitaron el país en las últimas semanas; y el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, que hará lo propio en la segunda quincena de marzo.

En declaraciones a medios franceses, el presidente Macri había afirmado días atrás que esperaba con "alegría" la audiencia que mantendrá con el papa Francisco e indicó que anhelaba que el pontífice le diera "consejos valiosos para la tarea que he comenzado en la Argentina".

El Papa peronista
Aunque no haya realizado ninguna declaración pública que lo avale, en el entorno de Mauricio Macri están convencidos de que el Papa Francisco tenía como favorito en las elecciones presidenciales de octubre a su oponente, Daniel Scioli.

Y pese a que no haya evidencia formal, se superponen los rumores y los “indicios” de que Francisco no ve con buenos ojos el giro a la derecha que la Argentina ha emprendido, tras el triunfo de Cambiemos en el balotaje del 22 de noviembre.

Por lo bajo, muchos dicen que al Sumo Pontífice le preocupan puntualmente el protocolo antipiquetes, que avala la represión de la protesta social, los despidos masivos en el sector público y la detención de Milagro Sala. De hecho, aunque en las voces de la Iglesia local aseguren que el envío de un rosario bendecido a la dirigente social no tuvo una intencionalidad política, fue visto como un desaire en el macrismo.

Incluso, uno de los miembros más altos del Gobierno mantuvo en discreción un diálogo sobre este asunto con el rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), Víctor Fernández, mano derecha del Papa en nuestro país, en la que se le expresó al monseñor la sorpresa por esta situación.

Haciéndose eco de esa sorpresa, Fernández publicó en una columna en el matutino La Nación que el gesto de Francisco -tomado por algunos como un apoyo a la oposición- fue "coherente": "De hecho hizo lo mismo con culpables ya condenados por delitos muy graves", y recordó que el Papa visitó cárceles y repartió rosarios "en lugares repletos de criminales peligrosos".

Más allá de sus afiliaciones políticas, la relación de Francisco con el jefe de Estado dista mucho de parecerse a la que tenía con su predecesora, Cristina Kirchner, a la que, luego de algunos tropiezos cuando él era todavía Jorge Bergoglio, recibió repetidas veces.

Pero no sólo la cantidad de encuentros, sino la calidad de los mismos, son los que marcan la diferencia entre la relación del Papa con el peronismo y la que ha entablado con Cambiemos.

Mientras que Cristina fue recibida por el Pontífice en Santa Marta, su propia residencia, en audiencias que se extendieron más de tres horas, el actual presidente se encontrará por un espacio de 40 minutos en un lugar “más protocolar”, como es el Palacio Apostólico. Allí ingresan todos los jefes de Estado que visitan el Vaticano: parece que Francisco no está dispuesto a hacer distinciones con Macri.

Una larga serie de desencuentros
Si bien la relación entre el líder del PRO y el Santo Padre nunca fue del todo fluida, los últimos tramos de la campaña presidencial que llevaron a Macri a la Casa Rosada fueron los que aumentaron la frialdad entre ambos.

A Francisco no le gustó que el asesor de Cambiemos, Jaime Durán Barba, se refiriera livianamente al aborto. “Si una mujer quiere abortar, es libre de hacerlo”, dijo el ecuatoriano y, pese a que la frase no es representativa de los pensamientos del resto de los miembros del oficialismo, fueron recibidas como una puñalada en la Iglesia.

Tanto fue el malestar generado, que Macri se vio obligado a una desmentida: “Las declaraciones de Jaime Durán Barba son a título personal y no representan mi pensamiento ni el del espacio que lidero. Siento un profundo respeto y admiración por el Papa Francisco y en lo personal, estoy a favor de la vida”. Para el Vaticano, la piedra ya había sido arrojada.

Luego, Francisco se sintió desairado cuando, en medio de los tironeos por el traspaso presidencial entre Cristina Kirchner y Macri, éste último prefirió la vía judicial a la mediación de la Iglesia.

El enojo papal fue percibido el 10 de diciembre, cuando tras la asunción de Macri, no hubo ni llamado ni mensaje de felicitación. Tanto era el frío en esa relación, que el presidente decidió hacer lo que siempre se destaca que hace el pontífice: levantó el teléfono y lo llamó para su cumpleaños.

Aunque en la Santa Sede sostienen que fue muy bien recibido Rogelio Pfirter, el diplomático de carrera que envió Macri a la embajada argentina en el Vaticano, reconocen que esperaban un gesto más cálido desde la Argentina. Algo que fuera más allá de la relación meramente “institucional” propuesta por la canciller Susana Malcorra.

Agenda movida
Hospedado en un hotel a la vuelta de la céntrica Piazza di Popolo, Macri mantendrá este viernes por la tarde reuniones preparatorias de cara a la agenda del día siguiente, y en la Casa Rosada ultimaban los detalles de las actividades de ese día, que podían contemplar una reunión con el rector de la Universidad de Bologna.

Al día siguiente, el sábado, la agenda comenzará a las 9.30 (hora de Italia) con una audiencia bilateral y privada con Francisco, la cual "está prevista que dure entre 30 y 45 minutos", informaron fuentes oficiales.

Luego, se sumarán a la reunión los gobernadores y funcionarios y se realizará el protocolar intercambio de regalos entre los jefes de Estado y la foto de ocasión. Cerca de las 11, Macri tendrá otro encuentro, esta vez con el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, quien oficia en los hechos como una especie de primer ministro del Papa.

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