Analizan expedientes de telecomunicaciones frenados en la gestión K

Desde hace dos semanas, sin pausa, el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) comenzó a ejercitar el músculo burocrático de aprobar o desaprobar pedidos de autorizaciones de interesados en brindar servicios de telecomunicaciones. El ente regulador comenzó a analizar los más de 11.000 expedientes que, en los últimos años de Gobierno, acumularon la ex Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Social (AFSCA) y la ex Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC), los dos organismos que, en la anterior gestión, estaban a cargo de esta actividad, entre otras.

A un ritmo de cinco a ocho resoluciones por día, el Ente a cargo de Miguel de Godoy se está expidiendo sobre diversas solicitudes, a favor o rechazándolas, según consideraciones que quedan expresadas en cada una de las resoluciones que se publican en el Boletín Oficial.

Hay empresas de telecomunicaciones que quieren brindar nuevos servicios y piden que les habiliten numeración geográfica nueva o que les extiendan algún permiso adicional para prestaciones de valor. Y también hay interesados en ingresar al mercado de telecomunicaciones y solicitan la licencia única de servicios, sea para montar una estación de radio o, inclusive en otros casos, montar un canal de televisión. Estas últimas situaciones se han visto demandadas principalmente en localidades de distintas provincias del país.

Que esté otorgado el permiso posibilita que se realicen nuevas inversiones, especialmente cuando se trata de la solicitud de nuevas licencias de telecomunicaciones. Y en caso de que eso no ocurra -pues las autorizadas tienen un tiempo para hacer efectiva la explotación de esa solicitud- el ente de control cuenta con la potestad de retirarle la habilitación. Es decir, el otorgamiento de permisos abre el juego, amplía la competencia y es un facilitador de futuras inversiones.

Para el sector, que haya comenzado a entrenarse el músculo de la burocracia es altamente positivo, confiaron fuentes del mercado de las telecomunicaciones consultadas por iProfesional.com. Porque es una manera de saber que, en algún momento, habrá definición -por la positiva o por la negativa- sobre lo pedido y, a partir de ahí, saber cómo encarar sus negocios.

Que se hayan acumulado 11.000 expedientes a lo largo de los 12 años de gestión kirchnerista habla de casi 1.000 solicitudes por año. O prácticamente tres permisos de distinto tipo que ingresaban por día al organismo de control pertinente y que no encontrara ningún tipo de resolución ni en el corto, mediano ni largo plazo.

Si bien en las últimas dos semanas se destacaron las autorizaciones elevadas por parte de particulares, empresas del sector e interesados en participar del mercado argentino de las telecomunicaciones en su más amplia acepción, las primeras aprobaciones en masa se otorgaron unas semanas atrás y la mayoría fueron para representaciones eclesiales que querían tener su radio o canal de TV en localidades asentadas en distintos puntos del país.

Durante la gestión de la AFSCA, que comenzó a operar a partir de la ley de medios, esta entidad estuvo más concentrada en sus disputas con el Grupo Clarín que con otras cuestiones vinculadas también con el mercado audiovisual en general, como la solicitud de permisos para brindar nuevas prestaciones o, inclusive, para regularizar la situación de cientos de emisoras de radio y TV que aún hoy continúan operando con habilitaciones precarias. En el caso de la AFTIC, cuya conformación fue mucho más reciente, también se acumularon expedientes. Pero la diferencia entre un organismo y otro fue que, mientras el primero estuvo rápidamente conformado tal como la ley lo disponía -y, por ende, podía trabajar sin inconvenientes en todos los frentes bajo su jurisdicción- en el segundo como la norma que lo creó nunca terminó de reglamentarse la obligación tampoco se hacía efectiva.

Sin embargo, la cantidad de expedientes demorados no fue sólo responsabilidad de Martín Sabbatella, ex presidente de la AFSCA, ni tampoco de Norberto Berner, ex director de la AFTIC. La Secretaría de Comunicaciones (SeCom) que funcionó hasta 2014 también dejó de ejercer su función esencial de fiscalizadora del mercado.

Las tareas mínimas de autorización de nuevos permisos dejó de cumplirse en el inicio de la gestión K, cuando asumió Guillermo Moreno al frente de la SeCom. En ese entonces, el ex funcionario dejó de lado estas cuestiones para meterse en otros temas, como la nacionalización de Thales Spectrum (que controlaba el espacio radioeléctrico), la estatización del Correo Argentino y la nacionalización de la ex NahuelSat -hoy ArSat-, entre otros. La gestión de todos estos temas eran solicitados expresamente por el ex presidente Néstor Kirchner.