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Aunque no lo crea, existe un billete de 100 trillones de dólares pero sirve para poco

El papel es usado en Zimbabwe y su depreciación se debe a una hiperinflación de la moneda. Sólo puede ser cambiado por menos de 40 centavos de dólar  
07/05/2016 - 11:30hs
Aunque no lo crea, existe un billete de 100 trillones de dólares pero sirve para poco

¿Qué tienen en común el dólar estadounidense, el rand sudafricano, la libra esterlina, el rupee de la India, el yen japonés y el yuan de China?

Todos están entre las monedas que se están usando en Zimbabwe como una solución a los problemas de hiperinflación del país.

Desde 2009, Zimbabwe usó otras monedas en lugar de la propia, que se abandonó luego que la hiperinflación de más de 5,000% la hiciera básicamente despreciable.

El sistema de usar varias monedas ha llevado a la que inflación se ubique en -2.3%, según el banco de ese país.

"Hemos cambiado a un sistema de múltiples monedas para estabilizarnos, y la inflación bajó a 0% y fue mágico", dijo John Mangudya, gobernador del Banco de la Reserva de ese país.

Zimbabwe solía tener un billete de un trillón de dólares zimbabwenses.

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El billete, junto con otras denominaciones hiper-infladas incluyendo 10 trillones, un trillón, podía cambiarse por dólares estadounidenses hasta abril de 2016, pero valía apenas 0.40 centavos de dólar.

Ahora tiene más valor por ser una curiosidad, y se ha vendido por precios superiores en sitios web como eBay.

Cuando la inflación llegó al 230,000,000% en 2009, el banco de reserva del país, tristemente célebre por su inhabilidad de contener la hiper-inflación, declaró el el dólar estadounidense como su moneda oficial.

De una inflación por las nubes a una inflación de -2.3%, Mangudya recuerda esos años difíciles vívidamente. "Era traumatizante", admite, "no teníamos las herramientas para luchar contra el monstruo que la economía estaba enfrentando en ese momento", según Expansión.

El país siguió imprimiendo dinero. Los precios cambiaban cada minuto, causando estrés por las fluctuaciones, uno de los devastadores efectos de la hiperinflación.

"Era terrible. Debías pagar por tu café antes de tomarlo porque si esperabas el precio podía aumentar en sólo minutos", dijo el comerciante Shingi Minyeza, presidente de la firma de inversión Vinal.

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