Gabriel Estrada: "Un puro y un cabernet se disfrutan más juntos"

–¿Qué relación tiene el ritual de fumar puros con el disfrute de una bebida alcohólica?
–Se vinculan en todo, porque el puro con lo que mejor da es con esas bebidas, sea un buen cognac, un buen oporto o un buen vino tinto. Las cosechas tardí­as, al ser vinos dulces, dan muy bien a la hora del postre. Porque el buen tabaco –aunque no tiene agregados de azúcar– tiene un dejo a madera. Todo eso aunque los enólogos lo desmientan
–¿Por qué los expertos en vinos no coinciden?
–La mayorí­a dice que el puro compite con el aroma del vino y que es imposible degustarlo. Sin embargo, yo puedo degustar las dos cosas perfectamente. Es más, el sabor que deja el puro con un buen cabernet es mejor que si estuviera haciendo las dos cosas por separado.
–¿Quiénes son sus clientes famosos que desmienten a los enólogos?
–Principalmente, los bodegueros. Héctor Bianchi, Roberto Arizu, Antonio Carrasco de Rosell Boer, que es fumador y hace unos vinos y unos champagnes excelentes. Incluso en este momento la gente de Nieto Senetiner quiere hacer una alianza con Davidoff para hacer degustaciones de tabaco y vinos.
–¿Qué otras combinaciones se pueden hacer?
–Yo no tomo whisky pero hay mucha gente que le gusta fumar con una buena malta inglesa, por ejemplo. Es ideal con un puro de mucho cuerpo como la lí­nea Millenium Blend de Davidoff, que tiene mucha nicotina.
–¿Se puede afirmar como regla la importancia de combinar puros fuertes con bebidas potentes y cigarros livianos con bebidas iguales?
–Claro, porque es importante que ningún sabor pierda con respecto a otro. Por eso, para puros más livianos es recomendable un Malbec, cognac o un oporto suave, no muy añejado
–¿Cómo da al paladar el maridaje de vinos blancos con cigarros?
–No muy bien, porque el sabor del puro compite demasiado con el cuerpo del vino blanco. Tal vez sí­ dé bien con un cigarrito muy suave, una panetelita.
–¿Y con champagne?
–Da bien, queda incluso mejor que con vino blanco. Puede ser ideal para terminar la cena con un puro no muy fuerte. Es para una vez que ya se tomó vino tinto y vino de postre.
–Además del alcohol, ¿con qué otras bebidas da bien el maridaje?
–Con café y unos chocolates. También se puede dar con tés. Hay tés especiados o té negro que compiten bien con la fortaleza del puro.
–A la hora de hacer estas combinaciones, ¿conviene asesorarse o un fumador puede confiar en su intuición?
–Esto se va probando con degustaciones. Incluso yo, que hace mucho que estoy en esto, sigo probando vinos y cigarros nuevos. Hay que ir experimentando diferentes matices. Por ejemplo, para los eventos que hicimos con el puro Avo, usamos Pedriel Colección Syrah y Malbec y Pedriel Centenario. El resultado fue excelente. Se trata de un puro premium, de alta gama, con mucho cuerpo, que ronda los ocho dólares. Es para fumadores que entiendan.
–¿Hay bebidas que definitivamente no vayan con puros?
A mí­, por ejemplo, el puro con cerveza me parece algo detestable. Pero hay gente que lo hace. En Estados Unidos hasta he visto gente fumando puros y tomando Coca-Cola. Acá no es tan frecuente porque el argentino es muy sibarita, es conocedor, y tiene mucha cultura europea.