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La joven es activista por la Ley de Trabajo Sexual: "Queremos desmantelar la trata y ayudar a las personas forzadas a prostituirse contra su voluntad"
17/11/2016 - 22:29hs

“Soy muchas cosas. Soy actriz porno, soy prostituta. Son mis trabajos y hobbies”, dice María Riot, una activista del trabajo sexual que sube a las redes sociales trailers de sus películas y exige que el Código Contravencional deje de sancionar la oferta y demanda de servicios sexuales.

En realidad, María Riot es el nombre que decidió adoptar para su trabajo. Su nombre real es Florencia, y Florencia es “una persona que va al supermercado, se toma el subte y hace un montón de cosas”. 

Florencia fue a un colegio religioso donde la obligaban a creer en ciertas cosas que ella no quería creer. Desde chica, dice, tuvo un pensamiento crítico hacia la sociedad, la vida y la educación: “Siempre tuve reflexión sobre todo lo que nos imponen. Empecé a plantearme el por qué habían personas que nos decían cómo teníamos que pensar”, reflexiona Florencia.

Empezó haciendo shows por webcam y cuando “estaba aburrida en Buenos Aires” y no tenía mucha plata se mudó a Europa donde la paga por su trabajo era mejor. “El porno si es como un hobby”, considera María a pesar de decir “no soy del estereotipo de cómo la gente cree que es una actriz porno”.

Ella, en cambio, dice formar parte de “un porno distinto, que se puede llamar porno mainstream”, y agrega que en un futuro le gustaría ser directora de una película Porno. 

Hoy en día, además de ser actriz porno, María Riot es activista de AMMAR, el sindicato Asociación de Mujeres Meretrices de la  Argentina. Las muejeres de AMMAR se niegan a llamar prostitución a su tarea por el aspecto peyorativo que conlleva y prefieren decirle "Trabajo Sexual".

La organización viene trabajando desde hace tiempo en la elaboración de una Ley que legalice ese trabajo. "Es la única forma de sacarse de encima a la policía ya los proxenetas", dice Georgina Orellano, secretaria general de Ammar.

“Con ls chicas de Ammar estamos trabajando en una ley que no sólo nos va a ayudar a nosotras, sino también a aquellas personas que lo son pero que no quieren decirlo. Queremos desmantelar la trata y ayudar a las personas forzadas a prostituirse contra su voluntad. También hemos hecho seminarios sobre feminismo”, dice María.

Pero eso no es todo. La Universidad de Cornell, en EEUU, le dio una beca para estudiar biotecnología y comunicación en el programa Alliance for Science. “La gané por mi activismo por los derechos animales”, explica.

María (o Florencia) está entusiasmada con la creación de alternativas para los productos alimenticios y los testeos cosméticos o medicinales.

También busca respuestas a la crisis de muchos cultivadores, “aunque el Estado le preste más atención a Greenpeace o a activistas millonarios como [la ecofeminista india] Vandana Shiva”.

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