• 19/12/2025
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¿Qué paí­ses de América tuvieron más y menos déficit fiscal en 2017?

En el caso de Latinoamérica y el Caribe, la media del rojo en los balances llegó a 3% del PIB en 2017, según un informe publicado por el Banco Mundial.
28/12/2017 - 16:37hs
¿Qué paí­ses de América tuvieron más y menos déficit fiscal en 2017?

Todos los paí­ses de América Latina cerraron 2017 con déficit fiscal por la sencilla razón de que gastaron más dinero del que ingresó a las arcas estatales.

Aunque puede sonar preocupante, lo cierto es que la mayorí­a de los paí­ses en el mundo -incluyendo las economí­as desarrolladas- viven con cifras rojas en sus balances.

Está el caso de Estados Unidos que registró este año un déficit fiscal de u$s665.700 millones (equivalente a un 3,5% del Producto Bruto Interno -PBI-) o el de Japón que llegó al 4,5%, informó la BBC.

El déficit suele ser un acalorado tema de discusión económico y polí­tico, dado que los gobiernos pueden abrir la billetera (especialmente en perí­odos preelectorales) y heredarle a los sucesores deudas gigantescas que les restringen notablemente las posibilidades de gasto.

Hay también gobiernos "responsables" en términos presupuestarios, que dedican los recursos a programas sociales, obras de infraestructura o proyectos de inversión que acaban por impulsar el crecimiento económico.

En el caso de Latinoamérica y el Caribe, la media del déficit fiscal llegó a 3% del PBI en 2017, según un reciente informe publicado por el Banco Mundial.

Sin embargo, algunos paí­ses han superado esa referencia y están con apuros tratando de manejar su déficit. Ellos son: Venezuela (21,2%), Trinidad y Tobago (10,1%), Brasil (8,2% del PIB), Surinam (7%) y Argentina (7%).

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En el otro extremo, los que registraron menos déficit en el continente son: Barbados (0,2%), Jamaica (0,3%), Bahamas (0,4%), Panamá (0,8%) y Canadá (0,9%).

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"Una débil posición fiscal"
"Uno de los principales problemas macroeconómicos de la región es la débil posición fiscal de la mayorí­a de los paí­ses", aseguró Carlos Végh, economista jefe del Banco Mundial para América Latina.

Considerando este contexto, Végh planteó que existe poco margen para que las polí­ticas fiscales estimulen el crecimiento de las economí­as, una situación que pone más presión sobre la polí­tica monetaria que manejan los bancos centrales. Y agregó: "Desafortunadamente, las necesidades de la región de aumentar el gasto en capital fí­sico y humano, se verán obstaculizadas por las limitaciones de los recursos fiscales".

El Banco Mundial espera que permanezcan estables o, a lo sumo, muestren una leve mejorí­a los factores externos que habitualmente han estado asociados al crecimiento de América Latina y el Caribe: los precios de las materias primas; el crecimiento de China para Sudamérica; o el desempeño de Estados Unidos, especialmente para México, Centroamérica y el Caribe.

Este escenario requiere, según el economista, que los paí­ses implementen cambios en el futuro cercano.

"La región necesitará reformas estructurales, particularmente en los sistemas de pensiones, los mercados de trabajo, los sistemas educativos y el gasto en infraestructura", agregó.

Estas reformas buscarán que los paí­ses tengan una mejor posición fiscal y así­ estén mejor preparados ante cualquier imprevisto.

Justamente la baja del precio de las materias primas en los últimos años, fue un factor externo que golpeó duramente a Latinoamérica, dado que los commodities constituyen su principal producto de exportación.

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Pero luego de una desaceleración del crecimiento durante seis años consecutivos (incluyendo una contracción del 1,3% el año pasado), pareciera ser que la tendencia está repuntando.

Las proyecciones del Banco Mundial son optimistas y apuntan a que este año el PBI real en la región será de 1,2% y en 2018 de 2,3%.

El milagro de los "commodities baratos"
A diferencia de América Latina, en el Caribe el déficit fiscal fue bajo. Tanto así­, que cuatro paí­ses de las Antillas tuvieron superávit: San Cristóbal y Nieves; San Vicente y Granadinas; Granada; Antigua y Barbuda.

La razón fundamental es bastante clara: los cuatro paí­ses con superávit fiscal no son exportadores de materias primas a diferencia del resto.

Ahora bien, que tengan superávit no significa que sean paí­ses millonarios con dinero para derrochar. Efectivamente, mejoraron su situación respecto a los años anteriores, pero siguen siendo territorios con altos niveles de pobreza, inequidad y falta de desarrollo.

A nivel global, uno de los factores clave en el déficit fiscal es el nivel de deuda que tienen los paí­ses, esa famosa "mochila" que se arrastra por años y que suele ser un dolor de cabeza para los gobiernos.

En el caso de Estados Unidos, esa deuda pública supera el 100% del PBI (siendo China su mayor acreedor), aunque hay otras economí­as desarrolladas que están en una situación aún más complicada, como la de Japón, donde la deuda del fisco llega a un 250%.

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En el caso de Latinoamérica y el Caribe, el promedio de la deuda es de 58,7% del PBI, un nivel que podrí­a parecer bajo en relación a las grandes potencias, pero que en realidad no se puede medir con la misma vara.

"Los paí­ses desarrollados pueden permitirse un nivel más alto de deuda en relación a otras economí­as emergentes, porque los acreedores les tienen más confianza", explicó Végh a la BBC.

Es decir, si un paí­s latinoamericano tuviera una deuda superior al 100% de su PIB como Estados Unidos, estarí­a en graves problemas porque los acreedores encenderí­an una luz de alerta.

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