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Entre populismo y neoliberalismo: cómo está el mapa político de América latina hoy

Los resultados de las elecciones presidenciales de Argentina, Bolivia y Uruguay revelan que la polarización también está en la región
30/10/2019 - 11:30hs
Entre populismo y neoliberalismo: cómo está el mapa político de América latina hoy

Son varios los países de América latina que atraviesan momentos políticos álgidos: ya sea por cuenta de las elecciones y el modelo político que está en juego o por las intensas protestas que han levantado su voz de rechazo.

En Argentina, el peronismo acaba de apuntarse un nuevo triunfo con Alberto Fernández, quien logró más del 48% de los votos frente al candidato de Cambiemos, Mauricio Macri. Mientras que en Bolivia, Evo Morales se enfrenta a unos cuestionados comicios entre masivas protestas.

Ecuador apenas se recupera de la agitación social que se desató durante días por el decreto firmado por el mandatario Lenin Moreno con el que suspendía los subsidios al combustible.

Y en otras naciones, los resultados electorales del año pasado reflejaron el deseo de un cambio radical, como fue el caso de Brasil que con la victoria de Bolsonaro le apostó a un modelo de derecha (rozando en lo extrema), después del gobierno de Dilma Dilma Rousseff y Michel Temer. 

Además, es muy probable que el Frente Amplio pierda el poder en la segunda vuelta en Uruguay, lo que consolidaría por su lado las posiciones de la derecha, que gobierna en Brasil, Chile y Colombia. Como ha sucedido desde 2015, el péndulo regresa pero se queda a mitad del camino.

En medio de las realidades políticas que definen a cada país de la región, resulta necesario un mapa que permita entender cómo están las fuerzas: ¿izquierda, derecha o centro?

Quienes más vocación geopolítica poseen, el venezolano Nicolás Maduro de un lado y el brasileño Jair Bolsonaro del otro. Cada uno busca siempre unificar su bando. El primero quisiera creer que toda la izquierda latinoamericana es "bolivariana", a pesar de tantas evidencias en contra, mientras el segundo atribuye a todas las derechas su propio militarismo.

Los adjetivos "popular" y "neoliberal" comienzan a usarse con ligereza antológica, analiza Rafael Rojas en el sitio Letras Libres.

No pocos medios han editorializado el triunfo de Alberto Fernández como "fin de la pesadilla neoliberal" en Argentina. Algo similar se ha dicho y se dice en México desde el triunfo de Andrés Manuel López Obrador. La política económica mexicana no ha cambiado sustancialmente en el último año, como probablemente no cambie a partir de enero de 2020 en Argentina. Y sin embargo, a ambos, López Obrador y Fernández, se les ve como políticos "post-neoliberales". El concepto de neoliberalismo ya no funciona como definición de un tipo específico de capitalismo, hegemónico a nivel global, sino como cualidad ideológica o retórica de un gobierno o un gobernante.

En las protestas recientes en Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Chile, Haití e, incluso, Puerto Rico, ha habido un denominador común que es la represión sistemática, acompañada de la criminalización verbal de los manifestantes desde el gobierno. Sean de derecha o izquierda, esos gobiernos han actuado de modo muy parecido. Lenín Moreno y Sebastián Piñera se tomaron fotos casi idénticas, rodeados de militares, el primero anunciando el traslado del gobierno a Guayaquil y el segundo decretando un toque de queda prolongado. El estudioso Javier Corrales ha observado una tendencia a la "militarización de las democracias latinoamericanas", como consecuencia de los graves problemas de seguridad, pero también de la contención de la protesta pública con métodos represivos.

La criminalización de la protesta comienza desde que los manifestantes son acusados de "golpismo" por salir a la calle. Como antes Maduro y Correa, Evo Morales ha recurrido a la trama del golpe de Estado para dar sentido a las movilizaciones en contra de las irregularidades en el pasado proceso electoral boliviano.

El analista Pablo Stefanoni, gran conocedor de la experiencia boliviana, se ha referido a una "venezuelización de Bolivia", a partir de la cuarta reelección de Morales, que avanzaría por medio de una sociedad polarizada, que tiende a la ingobernabilidad y a la aplicación de frecuentes estados de emergencia.

"El nuevo mapa político que surge en la región es el más dividido desde la caída del Muro de Berlín", asegura Rojas. Al consenso neoliberal de fines del siglo XX siguió el consenso neopopulista de principios del siglo XXI. Hoy no queda en pie ninguno de los dos y las nuevas derechas e izquierdas no parecen inclinarse plenamente por una u otra opción. Lo único que se mantiene en pie es régimen democrático que sigue predominando en la zona.