iProfesionaliProfesional

Qué es el Síndrome de Kessler, la amenaza que pone en riesgo al planeta tras el coronavirus

Es un peligro que se encuentra nada más y nada menos que en el espacio y que podría afectar la vida tal como la conocemos. Qué dicen los expertos
17/10/2020 - 13:01hs
Qué es el Síndrome de Kessler, la amenaza que pone en riesgo al planeta tras el coronavirus

El mundo aún no superó el coronavirus: los rebrotes ya comenzaron a aparecer en varios países y la vacuna, según las predicciones más optimistas, recién estaría disponible para el año que viene. Sin embargo, una nueva amenaza aparece: el Síndrome de Kessler.

Es un peligro que se encuentra nada más y nada menos que en el espacio y que podría afectar la vida tal como la conocemos.

Su nombre proviene del científico estadounidense de la NASA Donald Kessler, que lo acuñó por primera vez en 1991, y hace referencia a una posible reacción en cadena producida por la colisión de fragmentos de desechos que ya se encuentran en el espacio.

Esto, a su vez, generaría aún más fragmentos, lo que podría significar la destrucción de todos los satélites artificiales que orbitan a la Tierra e impedir la salida al espacio de nuevas naves. Mientras que el número de satélites en órbita crece y los viejos satélites se acumulan, el riesgo de este efecto dominó se hace cada vez mayor.

Tras el coronavirus, los expertos advierten por otros riesgos para la población
Tras el coronavirus, los expertos advierten por otros riesgos para la población

El gran problema de la basura espacial

Para comprender el Síndrome de Kessler es necesario entender qué sucede a miles de kilómetros de la Tierra. Allí, los expertos de la Agencia Espacial Europea (ESA) calculan que hay unos 129 millones de fragmentos de residuos dan vueltas alrededor del planeta. De ese total, alrededor de 34 mil miden, al menos, 4 pulgadas de ancho (unos 10 centímetros).

Más: se cree que hay unos 166.000 millones de fragmentos de basura de entre un milímetro y un centímetro. "Los fragmentos pequeños también son peligrosos", explicó Holger Krag, uno de los científicos de más renombre de ESA.

Por su parte, el astrofísico estadounidense Jonathan McDowell estima que hay casi 7.200 toneladas de basura espacial. La mitad de esos objetos corresponde a restos de sondas y cohetes fabricados y lanzados por su país de origen.

Pero el problema no termina allí: más del 75% de estos desechos ni siquiera están identificados. Todos ellos están ubicados en órbita geosíncrona, precisamente donde se concentran los satélites de telecomunicaciones.

El año pasado hasta la Estación Espacial Internacional estuvo en alerta: tras un ensayo de un misil antisatélites realizado por la India, la probabilidad de un impacto de basura especial se incrementó en un 5%.

"Es posible que ya hayamos cruzado en cierto sentido la frontera en la que superpoblamos el espacio circunterrestre al punto en que ya tiene vida propia y se convierte en una especie de escudo que no permitirá realizar investigaciones espaciales en el futuro", alertó en aquel momento Boris Shustov, director del Instituto de Astronomía de la Academia de Ciencias de Rusia.

Uno de los grandes problemas que advierten los especialistas es el de la basura espacial
Uno de los grandes problemas que advierten los especialistas es el de la basura espacial

El plan de la NASA

Lejos de quedarse con los brazos cruzados, las diferentes agencias espaciales del planeta ya contemplan esta amenaza y buscan soluciones.

La NASA, por ejemplo, está desarrollando un sofisticado aparato, diseñado especialmente para recoger y retirar de orbita los residuos diseminados en el espacio.

Según explica un artículo publicado por el sitio web "Space", Captura y Eliminación de Naves Obsoletas (OSCAR, según su sigla en inglés) llevará redes y amarras a bordo y trabajará en forma autónoma, con una mínima orientación por parte de controladores desde la Tierra.

"Le decimos a Oscar qué hacer y luego tenemos que confiar en ello", señaló el líder del proyecto, Kurt Anderson, profesor de Ingeniería Mecánica, Aeroespacial y Nuclear del Instituto Politécnico Rensselaer, con sede en Nueva York, Estados Unidos.