Insólito: renunció a su trabajo por maltrato y le pagaron con 90 mil monedas de un centavo
Andras Flaten es el protagonista de esta historia. Un hombre que presentó su carta de renuncia al taller mecánico donde trabajaba, llamado OK Walker Autoworks, ubicado en Georgia (Estados Unidos).
Si bien creyó que ese sería el fin de un año de trabajo y de maltrato que sufría por parte de su jefe, Miles Walker, este supo sorprenderlo una vez más.
En noviembre del 2020, Andreas, entregó el telegrama en el que anunciaba que su ciclo en el taller había llegado a su final. Lo que le seguía eran las últimas dos semanas de trabajo y por fin sería libre.
Pero Flaten no esperaba que esa carta de renuncia fuera el comienzo de una guerra con su odiado jefe. "Se quedó paralizado y me miró fijamente durante un minuto...", recordó el empleado a CBS al rememorar aquel incómodo momento. "Después se levantó, se puso las manos en la cabeza, salió por la puerta y desapareció durante una hora".
Como las agresiones no tardaron en llegar, las últimas dos semanas que pasaría allí se redujeron a cinco días. Cuando finalmente llegó el día de irse, Andreas entregó su uniforme lavado junto a una carta en la que explicaba los motivos de su renuncia.
Fue en ese entonces cuando comenzaron los problemas por la fecha de pago de la liquidación final. Eran aproximadamente unos mil dólares, que se debían pagar en diciembre, pero terminaron negociando que se concretaría en enero, algo que nunca pasó.
"Honestamente, en ese momento no esperaba que él me pagara", relató Flaten, que sufrió hasta el último día en aquel trabajo. "Me insultaba y hacía comentarios desubicados sobre mi hija. Simplemente era un idiota conmigo", describió.

Flaten no fue el único maltratado por su jefe
De acuerdo a la investigación de CBS, Flaten no era el único empleado de aquel taller que sufrió del maltrato de Walker.
Eric Meléndez, quien trabajó allí durante dos años, contó que el hombre le rompió los cheques que tenía que pagarle frente a sus ojos. Por su parte Cerena Wandersee relató un episodio de acoso sexual y laboral al que el hombre la había sometido.
"Un día me dijo: 'Creés que tenés una pi... más grande que cualquiera de los chicos, bueno, vamos a probar eso ahora mismo'. Y me quitó los pantalones en el vestíbulo como si eso fuera era divertido", manifestó la mujer.
Andreas Flaten conocía a Walker desde hacía ocho años, pero nunca supo de su lado maltratador hasta que no trabajó en su taller.
La demora en el pago se extendió durante cinco meses y, lejos de buscar una solución al conflicto, el jefe argumentó que Andreas había provocado daños al negocio y por eso no le pagaría el dinero que le correspondía.
Cuando se mencionó la palabra "abogado", el problema se destrabó, pero de una forma que seguramente ni Flaten, ni nadie había imaginado.
90.000 monedas en la puerta de su casa
El pasado 12 de marzo, cuando abrió la puerta de su casa para ir a comprar, se encontró con una enorme montaña de monedas de un centavo. Estaban tiradas en el suelo y cuando las quiso agarrar advirtió que habían sido rociadas con aceite para motores. Entre todas las monedas había un papel con el claro mensaje de su jefe: "Fuck you" (Andate a la mierda,, en inglés).
Efectivamente, el hombre le había pagado los mil dólares que le debía con 90.000 monedas de un centavo. "Esto es algo infantil", dijo Flaten que desde aquel 12 de marzo en que la pila de centavos apareció en su puerta, gasta un buen tiempo para recuperar el dinero que se había ganado trabajando.
Con una pala juntó todas las monedas y las colocó en una carretilla dentro de su garaje. Era tanto el peso de los centavos (unos 226 kilos) que se desinflaron los neumáticos de la carretilla.
En diálogo con Fox 5, Flaten explicó que su nueva rutina ahora es sentarse en su garaje por la noche y limpiar los centavos con una solución de jabón para platos, vinagre y agua. Sin embargo, incluso con todos esos productos, es difícil limpiar los centavos. Además, el trabajo parece ser eterno, ya que se necesitan aproximadamente dos horas para pulir el valor de 5 dólares.
"Creo que va a ser mucho sufrimiento por el dinero por el que ya he trabajado", dijo el joven. "Serán horas y horas de esto para limpiar este dinero para que este disponible para gastar. Definitivamente no es justo".
Como si fuera poco, Flaten dijo que le preocupa que el aceite o la grasa sean dañinos para el medio ambiente. Tiene árboles frutales en su patio trasero y un arroyo de agua dulce a unos pocos metros y sospecha que el líquido podría terminar afectando a todo eso.

El propietario del taller, Miles Walker, habló brevemente con la cadena WGCL-TV y se hizo el desentendido sobre el tema. "Realmente no lo recuerdo", dijo y luego agregó: "No importa. Le pagaron. Eso es todo lo que importa."
El caso ganó visibilidad cuando la novia de Flaten, Olivia Oxley, contó lo sucedido en una publicación en su Instagram que se viralizó. Ante el revuelo que se generó, la joven contó que espera que todos sepan cómo es que Walker trata a las personas.
Luego, señaló que encaran el tema con humor: "Con tantos centavos, seguramente encontraremos algunos tesoros. Ya encontré uno de 1937. Después de la primera pala llena, todo lo que pudimos hacer fue reír porque este pobre miserable se tomó tanto tiempo para ser vengativo y cruel. Nos negamos rotundamente a dejar que arruine un solo momento nuestro".
En un artículo publicado por el New York Times sobre esta insólita disputa, se contactó al especialista Eric Lucero del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, que aclaró que no hay nada que puedan hacer: "No hay nada en las regulaciones que dicte en qué moneda se le debe pagar al empleado". Lo que indica que sin dudas, Walker se salió con las suyas.