"Bond -vínculo en inglés- nació después de mucho trabajo de investigación, de aprendizaje y de concientización", cuenta a iProfesional Malcolm Rendle, creador de este proyecto surgido en 2017. "Como su nombre lo indica, buscamos generar un vínculo con la comunidad. Juntamos algo de dinero y lanzamos el emprendimiento. Las gafas nos parecían un símbolo para dar un mensaje a la gente de que vean las cosas de otra manera y así concientizar sobre esta problemática".

El proyecto comenzó con una inversión inicial de u$s20.000 para el desarrollo, la puesta en marcha y la primera prueba de mercado. Al ver que el producto tenía muy buena salida, se realizó un aporte de capital adicional de u$s180.000 destinado a mejorar procesos, capital de trabajo, estructura y marketing. En 2020 la empresa abrió nuevas oficinas, Casa BOND, ubicada en San Isidro, en donde se unificaron todas las áreas de trabajo.

Desde aquel momento en el que a Malcolm le surgió la inquietud de emprender, el proceso "fue largo, pero aprendí a controlar la ansiedad", dice. "Cada paso llevó tiempo, cada estadio constó de distintas etapas, que hasta que se concretaran, pasaron varios meses. Mucha investigación. Mucha prueba y error. Muchas caídas. Mucha frustración. Muchas sorpresas. Muchas satisfacciones. Un cocktail de sentimientos y emociones constantes que forman parte y hacen el camino".

Según cuenta, "el principal obstáculo es la falta de previsibilidad y la dificultad de planeamiento a largo plazo. Luego se suma la falta de financiamiento ‘barato’ y la alta carga tributaria que mucho no ayuda". Según explica, conseguir financiamiento por parte del estado es muy complicado en Argentina, algo clave para dar los primeros pasos y crecer. Sería fantástico contar con líneas con tasas bajas o aportes no reembolsables al menos para proyectos sustentables y/o reducir la carga tributaría los primeros años. De esta forma, se incentivaría la creación de empresas verdes generarando así más puestos de trabajo", sugiere. "El emprendedor quiere crecer, sea cual sea el emprendimiento".

Sin embargo, hay también "muchísimos aspectos positivos", sigue. "Sobre todo lo que nosotros hacemos. Con una botella de plástico fabricamos un par de gafas: para obtener el material, BOND organiza recolecciones de desechos en la vera del Río de la Plata, además de recibir plástico en sus puntos de venta como forma de pago de sus productos. El plástico es triturado, lavado y transformado en pellets que luego, con un proceso de inyección, ingresa en las matrices que fabrican marcos de gafas de sol o lectura 100% sustentables con una leyenda en las patillas que explica al usuario su origen".

Para él ha sido muy satisfactorio llevar a cabo las ideas que le surgieron. "Materializar ese pensamiento que se me cruzó por la cabeza y convertirlo en una unidad de negocios me resulta desafiante y fantástico", asume. "Ser emprendedor es eso. Es salir de la zona de confort y embarcarse en un gran desafío que depende casi en su totalidad de uno mismo.

De igual manera cada situación es distinta. Para algunas personas es más sencillo, para otras más complicado. Algunas cuentan con más recursos que otras. Otras con más empuje que otras, pero sí creo que todas tienen algo en común: el sentimiento de auto-realización cuando concretas la primera venta, emitís el primer ticket, envias la primer factura. Ahí es cuando baja todo y decís ‘¡Lo logré!’".

BOND lleva reciclados 35.000 kilos de plástico

Ser rentable y generar impacto

Las personas están cambiando sus hábitos de consumo cada vez más, abriendo los ojos y comprendiendo su propio impacto. "Y eso no es solo una cuestión de reciclar, sino de reducir. Esto automáticamente hace que terminen eligiendo productos amigables con el medio ambientes versus otros que contaminan", asegura Malcolm.

El año pasado fue un desafío para la empresa, "no sabíamos qué iba a pasar", dice el joven. "Pero en ese tiempo muchas personas abrieron los ojos con respecto a la contaminación ambiental y comenzaron a cambiar hábitos. De esta manera, los productos de BOND cobraron vuelo: nos dimos cuenta de que nuestros clientes eligen lo que hacemos no sólo por el producto en sí, sino por cómo está fabricado".

En una nueva etapa de expansión, la empresa desarrolló la unidad BONDEco. "Nuestra política es y será siempre no generar desperdicios. Ese fue el puntapié para incursionar en el segmento de decoración y construcción con el terrazo sustentable: esta novedad, que reemplaza el mármol por todo tipo de plástico triturado, puede ser utilizado como revestimiento de paredes, mesadas y pisos, entre otras superficies", explica. Para elaborar terrazo sustentable, se utilizan aproximadamente 10 kilos de plástico reciclado por metro cuadrado del producto final. De esta manera, se reemplaza la carga de mármol del terrazo tradicional por el plástico que recolectamos y trituramos.

Lo dicho da cuenta que de BOND logró los objetivos iniciales que se había propuesto. "Queríamos, con un producto, abrirle los ojos a la mayor cantidad de personas posibles respecto a la contaminación por plásticos. A la fecha llegamos a una buena cantidad de personas, pero aún queda mucho camino por recorrer", asegura Malcolm. "A las que no lleguemos con las gafas, lo haremos con la unidad de indumentaria (BOND Wear) y a las que no, con la unidad de construcción y deco (BONDeco). Estamos sumando la mayor cantidad de productos para llegar a la mayor cantidad de personas posibles".

BOND lleva reciclados 35.000 kilos de plástico. "Si solo recolectáramos el material necesario para elaborar nuestros productos, nos quedaríamos con un sabor amargo. Desde el comienzo nos enfocamos en reciclar la mayor cantidad de desechos posibles", concluye Rendle. Con su marca proyecta fabricar 10.000 gafas por mes para abastecer tanto al mercado local como internacional.