iProfesionaliProfesional

¿Es seguro instalar una pileta en una terraza?: claves para evitar daños graves en tu propiedad

Advierten que las terrazas y los balcones no resisten piscinas con más de 30 cm de agua, salvo si se calculó en el proyecto o si se reforzó la estructura
16/01/2022 - 08:27hs
¿Es seguro instalar una pileta en una terraza?: claves para evitar daños graves en tu propiedad

Ante la ola de calor que atraviesa el país, el agotamiento y la desesperación se apodera de todos. Más aún, lógicamente, a partir de los sucesivos cortes de luz que se registran en varios barrios de la Ciudad y del Gran Buenos Aires.

En busca de soluciones para refrescarse, la opción de instalar una piscina en la terraza o el balcón de la vivienda puede parecer ideal. Pero, no resulta tan sencillo como parece. Hay que ser cautos porque en muchos casos esto puede desencadenar una serie de daños importantes en la propiedad, dado que la mayor parte de casas no fueron diseñadas para que sus losas soporten la sobrecarga que implica el volumen de agua requerido para llenar una pileta.

Según establece el reglamento argentino de seguridad para obras respecto a las estructuras (norma CIRSOC 101, de 2005), el diseño de los balcones se debe calcular para tolerar 500 kilos de peso por metro cuadrado como máximo, mientras que para azoteas transitables el rango varía de 300 a 500 kilos por metro cuadrado. En función de estos parámetros y al tener en cuenta que un litro de líquido pesa un kilo, además de considerar el peso de las personas que se sumergirían en ella, llevan a concluir que toda pileta que supere los 30 cm de altura de agua pone en riesgo la integridad estructural de la vivienda. Salvo, claro está, que se trate de la construcción de un nuevo desarrollo en el que el cálculo correspondiente a la pileta sea incluido en la etapa de proyecto.

Al respecto, el ingeniero civil Mariano Ventrice, especializado en cálculos estructurales, miembro de la Asociación de Ingenieros Estructurales y docente de la materia Estructuras de la carrera de Arquitectura en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), señala: "La factibilidad de colocar una pileta en una terraza es una consulta muy cotidiana que la gente hace. El tema es que el agua es muy pesada y, si bien los parámetros que el reglamento detalla para balcones seguramente se cumplen porque estos siempre son calculados, no sucede necesariamente lo mismo con las terrazas. No todas las casas que tienen azoteas fueron estudiadas".

Y cita un ejemplo: "En una vivienda que fue construida por albañiles, sin la intervención de un director de obra, de un arquitecto o de un ingeniero, con certeza la terraza no fue calculada por lo que es muy difícil saber cuánto resiste. Hay muchos proyectos así".

Las terrazas no resisten piscinas con más de 30 cm de agua, salvo si se calculó en el proyecto o si se reforzó la estructura

Piletas en la terraza: cálculos en los nuevos desarrollos

La arquitecta Verónica López, socia del estudio Noemí Rio & Asociadas, coincide en que instalar piletas en terrazas o balcones es seguro siempre y cuando hayan estado contempladas dentro del cálculo estructural del edificio desde el inicio del proyecto. "Todo el peso extra que se le agrega a la estructura sin haber sido previsto, puede generar fallas e inconvenientes varios en la propiedad, como rajaduras, filtraciones y hasta derrumbes", advierte.

Para evitar este tipo de daños, en los nuevos desarrollos todo se define de antemano. De esta forma se aseguran "que el calculista tenga toda la información para poder prever los refuerzos necesarios para soportar el peso del agua", agrega López.

En cambio, si se trata de la instalación de cualquier tipo de piscina sobre viviendas ya construidas, en las que se desconoce si el peso del líquido fue previsto, se debe consultar con algún profesional idóneo para que evalúe si hay que reforzar la estructura existente.

En particular, la arquitecta Denisa Porpich, coordinadora del departamento de arquitectura de la desarrolladora inmobiliaria Rosbaco & Partners, enciende las alarmas sobre la colocación de piletas en los balcones: "Esto es más peligroso aún dado que, en la mayoría de los casos, están en voladizo y, al agregarle un sobrepeso, se envía toda la carga a una sola viga, lo que podría provocar fisuras o hasta su derrumbe".

Si bien todas las construcciones se deforman, siempre se hace un análisis dado que algunas deformaciones son consideradas "admisibles", informa Ventrice. Pero, no hay que subestimar las señales, éstas dependerán de múltiples variables, como las luces o las longitudes de cada estructura.

"El daño estructural siempre se evidencia con fisuras (que pasan a ser grietas, con el paso del tiempo) y con deformaciones excesivas. Cuando se pone carga en exceso sobre una estructura para la que no estuvo pensada, las deformaciones serán muchísimo más importantes", añade el ingeniero.

Sin embargo, no todo está perdido. Existe la posibilidad de realizar algunas intervenciones sobre el inmueble para reforzar su estructura e incrementar así su capacidad de carga.

Piletas en la terraza: soluciones a medida

Para los casos de viviendas existentes, colocar una pileta sobre una azotea o un balcón es lo que en la jerga de la construcción se llama "hacer un cambio de destino", dado que seguramente la estructura original no estuvo pensada para el nuevo uso que se desea darle.

Como las piscinas en terrazas o balcones pueden sobrepasar las cargas, "si se cuenta con una losa típica (una azotea que tiene columnas cada cuatro metros y vigas cada tres o cuatro metros) podría llegar a ser reforzada: es posible cruzar vigas adicionales (del tipo perfiles metálicos) para aumentar la capacidad de carga de la losa al disminuir luces y apoyos. Esto puede hacerse pero siempre se requiere que, en cada caso puntual, un profesional realice análisis previos de cargas y de estructuras", detalla Ventrice.

Para ello hay algunos pasos a seguir: "Si existen los planos del inmueble, lo primero a hacer es verlos porque eso suministra información de la estructura. Y, si no están, se debe comenzar a hacer cateos. Es decir, a picar en los elementos existentes para descubrir espesores y armaduras. Con las estructuras, nunca hay que confiar solo en la suerte. Siempre hay que tener un análisis estructural que aporte sustento científico y matemático", concluye Ventrice.

Piletas en terrazas: hay que consultar con algún profesional idóneo para que evalúe si hay que reforzar la estructura existente

Piletas en la terraza: protegerse de filtraciones

Una vez resuelto el tema estructural, Porpich aconseja que si la pileta se construye junto con el edificio o la vivienda, en la primera etapa de obra –que es la del hormigón- la losa de la terraza se debe ejecutar en forma independiente y separada de la estructura de la piscina para que -de producirse alguna filtración- ésta no afecte la vivienda de abajo. Además, destaca que hay que impermeabilizar entre ambas losas.

En tanto, en el caso de querer colocar una piscina en una edificación existente, si ya se evaluó la sobrecarga y no hay inconvenientes, Porpich recomienda también impermeabilizar la superficie "para estar preparados ante una eventual fisura en la piscina". Pero, antes se debe:

1. Evaluar la zona y, si al inspeccionar la superficie se encuentran baldosas sueltas, deben pegarse. Luego hay que revisar el estado de las juntas ya que suelen deteriorarse con el tiempo, por lo que cada tanto hay que renovarlas para evitar filtraciones.

2. Una vez que toda el área está en buen estado hay que despejar la zona de suciedades con un adecuado barrido y un lavado con una medida de cloro por tres de agua (idealmente con hidrolavadora o con un cepillo de cerdas duras) para dejarla secar durante un día.

3. Si aparecen grietas, se deben sellar con algún sellador a cartucho o pomo y nuevamente esperar otras 24 horas para que sequen.

4. Recién luego de todo esto se procede a colocar algún impermeabilizante, como membrana líquida o Impermeabilizante acrílico líquido incoloro.

López adhiere y aconseja: "Siempre es bueno asegurarse de tener una buena impermeabilización ya que tanto el agua volcada como la proveniente de alguna pinchadura podría generar filtraciones hacia los pisos inferiores. Lo más aconsejable es consultar con especialistas en el tema".

Existe una amplia variedad de piscinas en el mercado. Su elección dependerá de las variables de espacio, presupuesto, velocidad de instalación y, por supuesto, de la resistencia estructural de la vivienda así como de lo que el reglamento de copropiedad y las normativas de su localidad permitan. Están las que se construyen en hormigón, las prefabricadas, las desmontables (estructurales de tela vinílica o las inflables) y las de estilo jacuzzi, que suelen revestirse en madera. Más allá de las pequeñas piletas inflables infantiles, los valores de las restantes parten desde $ 7.500.

Las piscinas de construcción in situ requieren de espacio, de personal capacitado para su ejecución e implican entre dos y tres semanas de obra, dependiendo su tamaño. "Son las más costosas del mercado pero tiene la ventaja de que podemos diseñarlas a medida, prever artefactos de iluminación, la calefacción del agua, los juegos con chorros o cascadas de agua y hasta los revestimientos para su terminación", explica Porpich. Por ello suelen ser elegidas para instalarlas en la planta baja (jardines o patios) o en azoteas de casas o edificios que fueron proyectadas para resistir su peso.

En el caso de que sea construida en un parque, hay que ser cautos al momento de realizar la excavación dado que es posible encontrarse con raíces, caños de tendido eléctrico o agua de las napas. "Es importante inspeccionar la zona previamente y realizar la excavación con cuidado", apunta esta arquitecta.

En tanto, las prefabricadas ya llegan construidas por lo que se acortan los tiempos de ejecución, aunque son de formato estándar. "Esta instalación es más limpia, práctica y económica. Además, los clientes no sufren las típicas molestias que ocasiona una obra. Pero –advierte- algo no menor a tener en cuenta antes de embarcarse en la compra es cómo la piscina será introducida en el espacio asignado ya que muchas veces su trasladado resulta más caro que la piscina en sí y, en ocasiones, esto puede convertirse en una tarea prácticamente imposible".

Por último, están las de lona o tela vinílica y las inflables, que son las más económicas del mercado y pueden desarmarse, trasladarse y rearmarse según se desee. Al respecto, lo importante es que se coloquen sobre una superficie lisa, libre de objetos cortopunzantes (lo ideal sería utilizar una base protectora o lona para evitar pinchaduras) y que esté nivelada "para que su estructura trabaje en forma pareja y no se deterioren los caños", comenta Porpich.

Además, en el caso de colocarlas en una terraza existente, hay que "tener la precaución de no llenarlas al máximo ya que se sobrecargaría la estructura con la posibilidad de ocasionar fisuras o hasta un colapso". De ser posible, es aconsejable "apoyarla sobre el sector de la losa que tenga vigas para mejorar la distribución de las cargas".

Temas relacionados