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Cómo es la crometofobia, el miedo a gastar dinero

Una mujer contó cómo es vivir con esta fobia y qué consecuencias está trayendo a su vida diaria y social. ¿Es más que ser tacaño?
06/12/2022 - 10:21hs
Cómo es la crometofobia, el miedo a gastar dinero

"Creo que lo tengo desde pequeña. Un miedo a salir y perder el dinero, a que te quiten la billetera, a ir a un sitio a comprar y que no tengas la tarjeta, o que no tenga saldo en la tarjeta. Miedo a gastar dinero y que te quedes 'sin blanca'", describió Rocío Alcolea.

La mujer contó a Business Insider cómo es vivir con crometofobia, la fobia a perder o gastar dinero. 

Alcolea asegura que antes de salir de su casa contabiliza alrededor de 5 veces cuánto efectivo lleva encima, y cuando regresa a su hogar lo vuelve a hacer. "Tengo que revisar el dinero y hasta los céntimos que tengo en la cartera. Y claro, todo eso afecta a mi vida," dijo. 

Cómo es la vida de alguien con crometofobia

Al salir con amigas o con su marido, Alcolea sabe con cuánto dinero cuenta; suele pagar con tarjeta y luego vuelve a chequear cuánto le queda con la aplicación de su banco.

"Hago la cuenta de cuánto voy a gastar en la semana y pienso 'la semana que viene no voy a gastar nada o voy a pasar la tarde solamente con 5 euros'. La gente que me conoce dice que esto es una enfermedad. Otros dicen que soy como 'la Virgen del puño', ahorrativa", relató la mujer.

Pero ella no está de acuerdo con esas apreciaciones, y asegura que tiene una obsesión con el dinero. "el miedo a que llegue un día que llegas a tu cuenta corriente y no tengas dinero. Es como la pescadilla que se muerde la cola, porque la preocupación también es quedarme sin trabajo e intentar ahorrar"

Rocío Alcolea tenía miedo a quedarse sin dinero sin importar cuánto ahorrara
Rocío Alcolea tenía miedo a quedarse sin dinero sin importar cuánto ahorrara

Asegura que se da ciertos gustos como comprarse ropa o hacerle buenos regalos a familiares y amigos. "Que tenga obsesión por el dinero no significa que sea usurera."

"Yo creo que esto me viene de mi abuelo, que empezaba a contar todas las moneditas y el dinero y creo que tengo esa forma de ser. Y digo como él, hay que vivir la vida, pero sin malgastar. Me empecé a dar cuenta de que esta relación con el dinero no era lo común en la adolescencia. Empecé a salir con las amigas y quizás nos daban 200 pesetas. Íbamos a comprar y si mis amigas se gastaban 150 pesetas, yo me gastaba 75. Siempre quería tener algo de más, que me sobrara para estar tranquila", contó.

Por todo esto, aun la llaman "Rocío la ahorrativa". Para ella el tener dinero disponible es una preocupación constante que otra gente no tiene. Una ansiedad por quedarme sin dinero. Y asegura: "No es ser tacaña y no lo soy, aún menos para los demás."

Inestabilidad económica

La mujer dijo que en épocas de inestabilidad económica intentaba ahorrar al máximo. En esa época, por falta de empleo sus amigas hacían lo mismo. 

"Con la ayuda de mis padres, me compré un piso cuando tenía 18 años y ahora, a mis 40, ya no tengo hipoteca, lo cual es una tranquilidad. El tiempo que estuve sin trabajo tenía bastante más ansiedad por no tener dinero y por no poder gastarlo si lo necesitaba, así que ahorraba en todo lo que podía", continuó.

Quien tiene crom tiene otras fobias, respecto de los ruidos y la limpieza, por ejemplo
Quien tiene crometofobia tiene otras fobias, respecto de los ruidos y la limpieza, por ejemplo

"Llevo trabajando en la misma empresa casi 12 años, aunque nadie tiene un futuro asegurado. Y menos con la situación que vivimos actualmente. Por eso tengo miedo a perder el trabajo. Tendría derecho a huelga, pero pienso "y si no puedo cogerlo porque los políticos se gastan ese dinero". Son conversaciones que tengo con mi marido prácticamente todos los días" dijo Alcolea.

Ella reconoce que "esa ansiedad por el dinero es mala". De la misma manera, vive en Barcelona y por los carteristas intenta no llevar ningún anillo, collar  o aros. Usa relojes y bolsos que no sean de marca, para prevenirse de potenciales robos.

"Dicen que es común que quien sufre de una fobia tenga más. Y en mi caso es cierto. Con los ruidos y con la limpieza. Tengo que estar continuamente con el gel hidroalcohólico en las manos por si tengo que tocar los pomos de las puertas y cuando voy a un lugar no me gusta que la gente me dé la mano para saludar, aún peor con la pandemia", analizó.

"Son cosas que tú no eliges y se pasa mal. Por eso es importante hablarlo de alguna manera. Entender que no se trata de que sea "rata", como me han llegado a decir. Entender que es una preocupación que va más allá", sentenció.

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