La cantautora estadounidense Taylor Swift recientemente dio bonos por valor de más de 55 millones de dólares a todo el equipo de trabajo que hace posible que su gira 'The Eras Tour' se lleve cabo, afirmaron fuentes para la revista People.

Aunque no se sabe con exactitud la cantidad de personas que se encargan de la producción del 'show', es seguro que se trata de más de 100 personas, entre músicos, bailarines, tramoyistas, técnicos de sonido y luces, conductores y proveedores de 'catering', entre otros.

Tampoco se sabe con exactitud la cantidad que cada persona recibió, sin embargo, el medio TMZ informó esta semana que Swift ya había regalado a los conductores de camiones de la gira bonos por 100.000 dólares a cada uno.

"¡Las palabras no pueden expresar nuestra gratitud por su aprecio, reconocimiento y generosidad!", manifestó el fundador de la empresa encargada de la logística de los conciertos, Michael Scherkenbach.

The Eras Tour, el show de Taylor que bate records

'The Eras Tour', que se lleva realizando desde marzo de este año y se planea que termine en agosto del 2024, ha logrado batir el récord de la mayor cantidad de ventas en un solo día. Se prevé que al final del gira se hayan generado más de mil millones de dólares en total.

Quien la trae a la Argentian es Diego Finkelstein, un empresario con una larga historia de asociaciones locales e internacionales que lo ha llevado a convertirse en el hombre récord en cantidad de presentaciones de artistas que facturan millones aún en plena crisis económica.

Taylor Swift rompe todos los records.

En su momento se asoció a Marcelo Figoli, empresario del entretenimiento y de la comunicación, a Eduardo Elztain, del grupo Irsa, y logró una proyección internacional al asegurarse la venta del 51% de su productora DF Entertainment.

Y por último, pero no menos importante, se podría pensar que tuvo como aliado a la pandemia porque se bien, durante los dos años en los que se extendieron las cuarentenas ordenadas por la administración de Alberto Fernández, Finkelstein no pudo realizar ningún show pero tampoco lo pudieron realizar sus competidores.

Un público deseoso de ver espectáculos internacionales

Sin embargo, esa falta de producción e ingresos fueron superados ampliamente por el ansia del público argentino que suele endeudarse para ver a los artistas internacionales que los enamoran.

Esa ausencia de fechas, de shows, fueron compensados por la demanda que existió tras la pandemia cada vez que se vendieron los tickets del festival Lollapalooza, los 10 recitales de Coldplay en el Monumental de Núñez., ahora, los shows de Taylor Swift que tiene valores altos para el actual poder adquisitivo de los argentinos.

La necesidad de conectar con un artista se impuso y, a pesar de la crisis financiera de muchas familias, se postergan otros consumos pero se puja para obtener un ticket para ver y escuchar o sólo escuchar a la cantautora estadounidense.

El crecimiento exponencial de su productora

Finkelstein lo logró una vez más pero existe una historia para llegar hasta este momento exitoso de su productora. En un principio, Diego Finkelstein trabajó con Marcelo Fígoli en la organización de eventos. El actual mandamás de Alpha Media tenía más de dos décadas en ese entonces trabajando en el rubro de entretenimiento y juntos realizaron numerosos shows con Fenix Entertainment Group.

Finkelstein, el empresario que traerá a Taylor a la Argentina.

Pero las desavenencias entre los socios no tardaron en aparecer y debió intervenir una firma de abogados, Zang, Bergel & Viñes que asesoraron en la creación de una nueva compañía de entretenimiento derivada de Fénix Entertainment Group, empresa que originalmente organizaba el festival Lollapalooza en el país.

El acuerdo se hizo efectivo el 20 de agosto de 2015 e involucró la venta de la participación de Diego Finkelstein (50%) a Marcelo Figoli, el otro accionista de Fénix, por una cifra no revelada.

Por la separación, Diego Finkelstein retuvo los derechos para realizar el Lollapalooza en Buenos Aires, así como una participación del 50% en el centro de convenciones de Buenos Aires y en el estadio La Rural, mientras que Fénix, mantuvo los derechos para organizar espectáculos en el estadio de River Plate y el Club de Gimnasia y Esgrima.