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Precios insólitos: por qué un kilo de morrón cuesta tanto como uno de carne

En algunos supermercados, el pimiento rojo se vende a $2.650, un valor similar al que se encuentra, por ejemplo, un kilo de tapa de asado.
06/10/2023 - 16:53hs
Precios insólitos: por qué un kilo de morrón cuesta tanto como uno de carne

La elevada inflación provoca que los consumidores pierdan noción del "valor" de los distintos bienes que compran. Entra en juego, también, una marcada dispersión de precios en la que un mismo producto puede costar distinto según el lugar en donde se adquiere.

A su vez, en muchos casos, es difícil determinar si algo que se va a comprar está "barato o caro". Compararlo con otros artículos puede ayudar, en ese sentido, a dimensionar su valor. El morrón rojo, actualmente, puede ser un ejemplo de ello.

En algunos supermercados el kilo de pimiento colorado puede llegar a valer $2.650 actualmente. Un valor similar al que tiene, por ejemplo, un kilo de tapa de asado o uno de paleta, que rondan los $2.700. Pero, también en el morrón, hay una marcada dispersión de precios según el lugar donde se compre.

Es algo que se percibe sólo con realizar una rápida recorrida por los principales supermercados. En uno de ellos, el kilo cuesta $1.800, mientras que en otro se vende a $2.500 y en un tercero, sale $2.300, con una versión "especial" a $2.650. También hay brecha entre las verdulerías: mientras que en una se vende a $1.750, en otra el kilo sale $2.200.

Lo cierto es que se encuentra en valores elevados y el hecho de comprar al menos un morrón mediano, puede demandar un gasto de alrededor de $700. Es decir, el equivalente a un litro y medio de leche o un pote de queso crema.

Precio del morrón por las nubes: a qué se debe

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Hay diversos factores que pueden incidir en los precios actuales del morrón rojo

De acuerdo al relevamiento realizado por iProfesional, puede haber una brecha de hasta $900 en el precio del morrón en los distintos canales de venta. Según explicó Mariano Winograd, empresario y consultor frutihortícola, esta dispersión se debe a que hay "distintos orígenes del pimiento: Corrientes y Salta". "En general, las calidades son muy diferenciales. Los que vienen de Salta tienen un precio totalmente distinto al de Corrientes: debiera haber pimiento en la calle desde $1.500 hasta $2.500", aseguró.

De hecho, a modo de referencia, el cajón de 8 kilos de morrón en el Mercado Central está actualmente alrededor de los $8.000. En la misma fecha del año pasado, de acuerdo a las estadísticas de precios mayoristas publicadas en su sitio web, costaba unos $3.300: es decir que en un año aumentó un 142 por ciento.

Al analizar el motivo de este aumento, Winograd enumeró una serie de factores. "En primer lugar, el pimiento es un condimento, no es un alimento. Es un producto que se utiliza para darle sazón a una comida, nadie lo come solo. Entonces, en alguna medida, los condimentos, como el ajo, el perejil, el limón o el mismo pimiento, son insustituibles. Al ser insustituible, si de pronto vale mucho, no se le pone a una comida y no pasa nada", señaló.

"Por otro lado, hubo una cantidad de exportación, o de contrabando, a Paraguay desde Corrientes. Porque tenemos una situación tan distorsionada, que hay una parte de la producción que se está yendo a Paraguay", agregó el experto, quien detalló: "Si desde Paraguay pagan con dólares billete, valen más de $700, y acá el tipo de cambio oficial está $350. Entonces Paraguay tiene un poder adquisitivo más grande que el nuestro. Y hay un tráfico de mercadería de todo tipo: desde aceite y nafta, hasta de pimiento".

Una menor producción de morrón puede ser otro de los factores que influyan en los precios. "Argentina viene aplicando políticas anti productivas hace muchos años. No tiene moneda, no tiene crédito, no tiene tipo de cambio, tiene inflación y tiene una legislación absurda. Entonces, no hay ningún aliciente para desarrollar el sistema productivo. Puede ser que este año en particular se haya plantado menos pimiento, porque el año pasado no hubo rentabilidad y faltó. En definitiva, la política en Argentina no invita a producir", explicó Winograd.

De todas formas, estimó que es probable que, por una cuestión de oferta y demanda, el precio se acomode a la baja en un futuro cercano. "Si sube el pimiento una semana, no pasa nada. Seguramente va a bajar el consumo y la semana que viene va a aumentar la oferta y va a bajar de precio", remarcó el especialista.

Precios locos: ¿la carne volció a quedar "barata"?

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Luego de la fuerte suba de agosto, por una caída en la demanda, el precio de la carne se "acomodó" a la baja

La comparación de precios entre distintos productos puede ayudar a dar una noción, en épocas de elevada inflación, si un artículo está relativamente "caro o barato". Y la carne suele ser utilizado en ese aspecto.

Aunque en las últimas semanas la carne vacuna experimentó una especie de sube y baja por diversos motivos. "Durante el último año, hasta principios de agosto, la carne estuvo muy barata. Se atrasó con respecto a la inflación, producto de la sequía, que hizo que los productores tuvieran que mandarla a faenar los animales: en los doce meses hasta julio, la faena fue 1,4 millones de cabezas más que el año anterior. Hubo un exceso de oferta producto de la sequía y mantuvo el precio bajo, sobre una exportación que no pudo traccionar el precio", explicó a iProfesional David Miazzo, economista jefe de la Fundación FADA.

"Eso pasó hasta julio. Pero toda esta producción que se faenó o se adelantó, en algún momento iba a faltar. Ese quiebre se vio en agosto. Por primera vez en quince meses la producción empezó a caer. Se vio el principio del quiebre, donde en el mercado de hacienda hubo menos oferta y se empezó a escapar el precio y se tradujo en el valor de la carne que pagan los consumidores. A eso se le sumó la devaluación, por lo que hubo un salto de precios fuerte", agregó el analista.

De todas formas, esa suba de precios que se ubicó por encima de los niveles de la inflación general, "se encontró con un poder adquisitivo de los consumidores muy debilitado". "Entonces, empezó a pasar que los aumentos que estaba teniendo la carne, el consumo no los pudo convalidar. Y empezó a quedar carne sin vender a esos precios. Entonces, el carnicero se ve obligado a bajarlos y puede pagar menos por la media res y se puede pagar menos por la hacienda", explicó Miazzo.

Con ese escenario, los precios comenzaron a "acomodarse". "Después del pico, empezó a descender y se está equilibrando, aunque tampoco se terminó de ver la corrección final, porque el precio de la hacienda corrigió hasta un 20% y eso todavía no se vio todo en el mostrador. Pero sí se acomodó desde máximos y si a eso se le descuenta una inflación de 10% mensual, va a parecer que la carne queda ‘barata’ nuevamente", subrayó el analista, quien aseguró: "Queda relativamente barata. Porque la carne vacuna en el mundo es cara. Porque es muy cara de producir".

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