Graciela Misasi afirma que su compromiso con la sostenibilidad y el reciclaje ha sido una constante en su vida desde una edad temprana. A lo largo de su trayectoria, ha integrado estos valores en diversos aspectos de su carrera.

Iniciando su formación como arquitecta, Graciela posteriormente incursionó en el mundo de la decoración, experimentó como artista plástica y, en un punto de inflexión en su vida, descubrió el glamour que buscaba en la industria de la moda.

Fue en el año 2018 cuando decidió adentrarse en el arte de la sombrerería, y sorprendentemente, apenas cuatro clases después, ya se encontraba participando en el prestigioso HAT SHOW, un desfile de sombreros enfocado en el diseño sostenible y el consumo responsable.

Graciela Misasi, posando el fascinatorios presentado en Hat Show de Hipódromo de Palermo – Otoño Invierno 2019.

En su conversación con el medio Mano a Mano, Graciela compartió sus primeras experiencias en el mundo de la moda sostenible. Mencionó que, al principio, había confeccionado fascinators (accesorios de cabeza más pequeños que los sombreros, también conocidos como tocados), pero se encontró con una sorpresa inesperada: la diseñadora a cargo del evento prefería los turbantes.

"Sentí un miedo paralizante, pensé que estábamos perdidos, ya que todavía no dominaba completamente lo que se requería. Sin embargo, optaron por un turbante de ratán que puse a prueba durante tres días, moviendo la cabeza repetidamente, y al final, fue un rotundo éxito", comentó con orgullo.

A partir de esta experiencia, Graciela Misasi se adentró de lleno en la Asociación Moda Sostenible de Argentina y se convirtió en un rostro recurrente en eventos destacados, como la Argentina Fashion Week. En estos eventos, demostró su habilidad para crear diseños utilizando una amplia variedad de materiales, desde envases de tetrapack hasta cápsulas de Nespresso, y hasta trofeos reciclados.

Hat Show – Hipódromo de Palermo – Otoño invierno 2019 Cinturón de lana gris Descartes de lana fucsia Retazo de marabu lila.

-¿Cómo definís a la moda sostenible?

-Los valores son reutilizar y reciclar, para tratar de contribuir con un granito de arena a cuidar al planeta. Es tener el ojo en cosas que uno ve que ya se hace como una oportunidad a lo que encuentra en el volquete, y el expertise del ojo de que ve cualquier cosa, una malla de seguridad de las empresas constructores o un parlante, y lo ve hecho un sombrero. Eso más maravilloso. Yo ya lo tengo incorporado, porque lo implementaba en la decoración y en las colecciones de arte, pero es como que el ojo se te va agudizando.

 

 

 

 

 

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-¿Dónde se exhiben tus productos?

-Tengo tres pop arts. Uno en el Museo Sívori, el otro en el Hipódromo de Palermo y el último es un negocio vintage en Recoleta. También tenemos pop arts cuando hacemos desfiles en las plazas de la Ciudad de Buenos Aires o en los talleres de reciclado.

Desde la asociación, reciben invitaciones a eventos nacionales e internacionales, como en México y la Chicago Fashion Week, y remarca que Argentina está muy avanzada en la materia.

"Por el tema del costo de los materiales, a uno le nace el ingenio para reemplazar un material caro por otro reciclado. Es un mercado a desarrollar", dice Misassi.

Además, señala que cada desfile es un desafío porque es necesario redoblar la apuesta y mejorar el diseño de la última presentación. "La calidad de nuestra pasarela es impresionante. Somos muy talentosas las diseñadoras sostenibles", añade.

 

¿Cómo es la tendencia en el mundo? 

-Cada vez más, como ahora está de moda los negocios vintage, que es la segunda oportunidad de las prendas de ropa, porque uno elimina una cadena de contaminación ambiental muy grande que se genera con el algodón. Y después está el tema de los biomateriales que, también es una progresión geométrica, como las telas que se producen con biomateriales o hasta con leche.

Por último, la diseñadora aconseja a la gente que agudice el ojo y mire antes de tirar las cosas que uno cree que son basura. "Hay personas que se mueren y tiran todo el guardarropas. Quizá se pueden encontrar tesoros y darles una segunda oportunidad", concluye.