¿Sentís que si no hacés algo productivo estás perdiendo el tiempo? La ciencia dice otra cosa
Hace unos días hablé con un gran amigo, docente en la facultad de ingeniería y un verdadero apasionado por el progreso. Entró en Insight Timer para dejarme una buena reseña en una meditación de movimiento que publiqué allí. Sorprendido, le pregunté si también había meditado. Su respuesta fue tajante: "No, solo entré para dejarte las referencias".
Le agradecí, pero como buen amigo y promotor del bienestar, aproveché para picarlo un poco: "Dale, no seas vago, probá meditar aunque sea unos minutos". Su respuesta fue inmediata y reveladora: "No tengo tiempo. Me la paso trabajando, estudiando o preparando clases".
Le dije algo que muchas veces incomoda escuchar: "Entonces sí tenés tiempo. Simplemente elegís invertirlo en trabajar y estudiar". Y ahí llegó la frase que resume un paradigma muy instalado en el mundo de los negocios y la educación: "No puedo dejar de invertir mi tiempo en tratar de progresar. Perdóname, pero para mí no veo que progrese mientras estoy sentado, cerrando los ojos y respirando. No lo siento como una inversión de tiempo. Me hace feliz terminar el día sabiendo que hice un montón de cosas que me ayudan a progresar en el futuro. Si no es así, me voy a dormir triste".
Lo llamativo es que este mismo amigo me contó que hace años vive colapsado, con estrés crónico, y que cuando se despierta por la noche y comienza a pensar, ya no puede volver a dormirse.
Lo que le pasa a mi amigo -y a muchos empresarios, docentes y profesionales- es completamente normal: confundimos actividad con progreso. Nos enseñaron que productividad es igual a hacer más, estar más ocupados y llenar la agenda. Pero la ciencia hace años viene desmintiendo esta creencia.
Un metaanálisis publicado en JAMA Internal Medicine en 2014 mostró que la meditación mindfulness reduce significativamente la ansiedad, el estrés y la depresión (ver estudio). Pero más allá de la salud mental, hay algo que interesa mucho en el mundo corporativo: el impacto en el rendimiento y la productividad.
Por ejemplo, un estudio publicado en Frontiers in Psychology documentó que las intervenciones basadas en mindfulness no solo reducen el estrés y la ansiedad, sino que aumentan la productividad, el compromiso laboral y la resiliencia emocional, todos factores clave para el éxito empresarial sostenido (ver estudio).
En otras palabras: meditar no es "perder el tiempo". Es afilar el hacha.
Muchos CEOs y líderes globales ya entendieron esta ecuación. Empresas como Google, Intel, LinkedIn y General Mills han incorporado programas de mindfulness para sus empleados, con resultados que incluyen mejor clima laboral, menos rotación de personal y una mayor capacidad de adaptación al cambio. Universidades de prestigio como Harvard, Yale y Stanford también ofrecen cursos de mindfulness para sus estudiantes y personal académico, reconociendo que el bienestar mental es una parte fundamental del rendimiento sostenido y la creatividad.
Mi amigo, como tantos otros, mide el progreso con resultados tangibles: tareas realizadas, papers escritos, clases dadas, proyectos entregados. Y está perfecto. Pero la pregunta que propongo es: ¿de qué sirve todo eso si la mente y el cuerpo no acompañan en el camino? ¿Qué valor tiene ese progreso si está sostenido sobre el agotamiento y la ansiedad?
La ciencia es clara: dedicar apenas 10 o 15 minutos al día a la práctica de mindfulness no resta, suma. Suma energía, claridad mental, capacidad para manejar la frustración y, sobre todo, bienestar. El verdadero progreso -el que se sostiene en el tiempo- no es solo el que se ve en la superficie, sino el que se construye desde adentro.
Como decía un proverbio zen: "Deberías meditar 20 minutos al día. A menos que no tengas tiempo… entonces deberías meditar una hora".
Alan Hecker es instructor de mindfulness y reiki, escritor de cuentos infantiles y maratonista. Cofundador de Armonía Mindfulness, donde acompaña a personas y equipos a cultivar bienestar y calma en medio del caos cotidiano. Más en: www.armoniamindfulness.com Escuchá mis meditaciones en Spotify: https://open.spotify.com/show/3Kc5dGfoOcWPc89hHCXRJe?si=0cbdcf3e886e40d1