El cardenal que pronunció el "Habemus Papam": quién es Dominique Mamberti

Como protodiácono del Colegio Cardenalicio —el cardenal de mayor antigüedad en la orden de los diáconos—, Dominique Mamberti salió al balcón de la Basílica de San Pedro para, tras el histórico "¡Habemus Papam!", comunicar en latín a los fieles que se había elegido a un nuevo Obispo de Roma: el cardenal norteamericano Robert Prevost, quien eligió el nombre de León XIV.

De diplomático vaticano a protodiácono: el camino de Mamberti hacia un rol histórico

La designación de Mamberti para este rol crucial se oficializó en julio de 2024. Su participación en este trascendental momento del rito vaticano adquirió un profundo significado simbólico e institucional, ya que fue él quien pronunció el nombre del sucesor del papa Francisco.

Mamberti jugó un papel importante durante los días de duelo. Fue él quien presidió la novena y última misa en honor al papa argentino. "Estuve con él el día de Pascua. Vi de cerca su sufrimiento, pero también su coraje y su firme compromiso con el Pueblo de Dios hasta el final", comentó en ese entonces.

Mamberti nació el 7 de marzo de 1952 en Marrakech, Marruecos, hijo de padres franceses. Fue ordenado sacerdote en 1981 en Francia. Contaba con estudios en Ciencias Políticas y Derecho Público. Se unió al servicio diplomático de la Santa Sede en 1986

Su carrera lo condujo a desempeñarse en representaciones pontificias en África, América Latina, Medio Oriente y ante las Naciones Unidas, aparte de formar parte de la Secretaría de Estado en Roma. Entre sus destinos diplomáticos más destacados se incluyeron Argelia, Chile, Líbano y la misión vaticana ante la ONU en Nueva York.

En 2002, fue nombrado nuncio apostólico —es decir, representante diplomático del Vaticano— en Sudán, Eritrea y Somalia. Cuatro años más tarde, Benedicto XVI lo designó secretario para las Relaciones con los Estados, función que desempeñó hasta 2015. Ese mismo año, el papa Francisco lo creó cardenal.

En 2014, un año antes de ser nombrado cardenal, el papa Francisco lo había designado al frente del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, la máxima instancia judicial del Vaticano. En ese cargo, reemplazó al cardenal Raymond Burke, señalado como el favorito del expresidente estadounidense Donald Trump para liderar la Iglesia Católica.

De carácter reservado y bajo perfil, Mamberti no se destacó por participar activamente en debates públicos sobre cuestiones sociales o doctrinales. Sin embargo, mantuvo posturas firmes en temas sensibles: defendió el derecho a la vida y la dignidad humana como fundamentos esenciales de la doctrina católica.

En una entrevista concedida a Radio Vaticano en 2013, respaldó el derecho de los empresarios cristianos a rechazar la prestación de servicios que contradijeran sus creencias, como en el caso de celebraciones de parejas del mismo sexo. Además, manifestó su preocupación por el avance del secularismo en las sociedades occidentales.